El prófugo Edward Snowden, conocido por revelar la vigilancia masiva de las autoridades de EEUU a millones de personas en todo el mundo, cuestiona que el Gobierno y el CNI ni supieran ni estuvieran implicados en el espionaje masivo que, según él, se lleva a cabo en España.
Lo ha asegurado en el programa el Objetivo de la Sexta, que le ha entrevistado en Moscú, donde ha recibido asilo tras ser acusado de revelación de secretos y traición por el Gobierno estadounidense por sacar a la luz en 2013 los programas secretos para monitorizar conversaciones de telefonía y correo electrónico.
"En España hay aproximadamente 45 millones de habitantes. Cada vez que alguien manda un mensaje de texto, hace una llamada, visita una web, eso crea un registro. Cada vez que haces una compra, eso queda registrado" - ha explicado.
Snowden ha relatado que descubrió, desde su ordenador, cómo España también era uno de los países espiados. “Cuando yo estaba sentado en mi mesa en Hawái y trabajaba en el ordenador, allí veía entradas de llamadas españolas, y lo sé porque cada una estaba marcada con una banderita. EE.UU. obtuvo de España los metadatos de 60 millones de llamadas telefónicas”.
Por este motivo, el exanalista de la CIA considera que el Ejecutivo de Mariano Rajoy debía conocer el programa de espionaje que llevaba a cabo la administración estadounidense y ha apuntado a una"implicación" de los servicios secretos españoles. "Es imposible que no lo supieran", afirma, antes de añadir que probablemente EEUU no permitiría que "lo supieran todo".
Las empresas de telecomunicaciones que operan en España también estarían implicadas. "Esa es la forma en que funciona en cualquier otro país del mundo. ¿Por qué España sería diferente?", se ha preguntado Snowden
La Red reacciona con escepticismo
Sea porque las revelaciones de Edward Snowden no ha sido especialmente novedosas o porque su alcance resulte difícil de creer, las reacciones de los usuarios que seguían el programa ha sido más irónicas que indignadas. Un chiste recurrente es el de la tendencia de la presentadora Ana Pastor de interrumpir a su invitado, que no ha faltado incluso en una conversación de esta trascendencia.