Sevilla

El código ético del PSOE se le queda corto a la presidenta andaluza Susana Díaz. El simple hecho de estar imputado puede ser razón suficiente para dejar cualquier responsabilidad política. Ya lo dijo así hace más de un año, lo aplicó y supuso que los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán dejaran sus sillones en el Congreso y en el Senado, respectivamente, y poner punto y final a su carrera política mucho antes de llegar a juicio. Ahora los ensalza como el ejemplo a seguir, el “camino correcto”, en lo que es un nuevo pulso con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Díaz ha reaccionado así a la decisión de Sánchez de arropar y mostrar su confianza en la inocencia del secretario general del PSOE gallego, José Ramón Gómez Besteiro, que seguirá en el cargo pero se retira como aspirante a ser candidato en las próximas elecciones a la Xunta de Galicia después de conocerse que está investigado judicialmente en dos causas por diez delitos.

Aunque el PSOE tiene un código ético, que marca que se deben abandonar los cargos coincidiendo con la apertura de juicio oral, Díaz ha valorado que “en Andalucía hay personas que, más allá del código ético, asumen sus responsabilidades previamente a lo que pide ese código”. No los ha mencionado en ningún momento, pero es un claro reconocimiento al gesto de sus predecesores, que han dejado sus escaños mucho antes de que haya fecha para el juicio por sus imputaciones en los ERE (la pieza política de este escándalo podría ser la primera en enjuiciarse y se prevé para finales de este año).

Tanto Griñán como Chaves abandonaron sus sillones en las dos cámaras tras su declaración voluntaria ante el Tribunal Supremo y su posterior imputación por el mismo (junio 2015). Tras perder su condición de aforados, el caso ha retornado al juzgado de instrucción número 6 de Sevilla y, precisamente, es este miércoles cuando está prevista su declaración ante el juez encargado de la pieza política de este escándalo, Álvaro Martín. 

Esta coincidencia en el tiempo del caso de Besteiro y el de Chaves y Griñán, le ha brindado la oportunidad a Díaz no sólo de reconocerles su “generosidad” y “no hacer daño” al partido, sino de enfrentar los dos casos y ver las diferencias respecto a lo que está haciendo desde Ferraz. Para Díaz, lo hecho por los expresidentes andaluces además de “loable”, marca “el camino correcto y adecuado”, ha zanjado.

Con esta declaración, Díaz también viene de alguna forma a compensar a Chaves y Griñán por su sacrificio. Ambos se sintieron en noviembre de 2014 muy molestos cuando Díaz, en otro tira y afloja con Sánchez a cuenta del código ético del PSOE, llegó a afirmar que cualquier imputado tendría que dejar el escaño. "Cualquier persona que resulte imputada va a tener que dejar el escaño. La gente ya no está para palabras, sino que quieren hechos y eso es lo que voy a hacer en Andalucía", afirmó, lo cual levantó ampollas en el partido y afectó a su relación con sus antecesores.

Tarea en Andalucía

Díaz sigue jugando al despiste mientras arrecian los comentarios sobre una nueva operación suya de asalto a Madrid. Insiste en que en la “tarea” en la que está es poner solución a los problemas de los andaluces y que el debate es que España necesita un gobierno cuanto antes y se acabe esta situación de “interinidad”.Desde la dirección del PSOE-A, se ha restado importancia al “ruido mediático” y también se ha insistido en esa línea: Díaz, está dedicada “en cuerpo y alma” a la Presidencia andaluza.

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