Lejos de remitir, la crisis interna de Podemos acaba de alcanzar niveles que parecían insospechados hasta solo hace unos días. Como adelantó en exclusiva EL ESPAÑOL este martes por la noche, Pablo Iglesias ha decidido cesar al número tres del partido, el hasta ahora secretario de Organización, Sergio Pascual, que era considerado como la mano derecha de Íñigo Errejón. Una decisión que solo puede explicarse teniendo en cuenta la crisis desatada la semana pasada en Podemos Madrid, cuando hasta diez dirigentes 'errejonistas' dimitieron de sus cargos.
Amigo y brazo ejecutor de Errejón
Para entender la magnitud de lo acontecido, primero hay que tener en cuenta los lazos personales que entreveran a unos y otros. Sergio Pascual conoció a su amigo Íñigo Errejón en Bolivia años atrás. Compartieron piso y vivencias hasta hacerse compañeros inseparables. De hecho, fue el número dos del partido emergente quien convenció al hasta ahora número tres para que se sumase al proyecto morado. Por esa estrecha relación, Pascual es considerado como un 'errejonista' de pura cepa. No solo era un amigo de Errejón, era su escudero, su mano derecha, su brazo ejecutor.
Entre ambos, controlaban las estructuras territoriales del partido. Hasta ahora, cuando Iglesias ha decidido por sorpresa fulminar al secretario de Organización. Sin duda, un golpe de mando del número uno que será difícil de asumir para su número dos.
Enfrentado con Anticapitalistas
Una prueba de la total sintonía entre Errejón y Pascual es que el segundo ha mantenido varios enfrentamientos con la corriente de Anticapitalistas, liderada por la secretaria general andaluza, Teresa Rodríguez, y por el eurodiputado Miguel Urbán. Sin ir más lejos, el hasta ahora número tres del partido mantuvo una fortísima tensión con Rodríguez a cuenta de la elaboración de las listas para las elecciones generales en Andalucía. Aunque lo cierto es que los problemas internos se aparcaron durante la campaña electoral, en dos mítines que Sergio Pascual y Teresa Rodríguez compartieron junto a la plana mayor del partido, uno en Cádiz y otro en Sevilla, se veía en el escenario que la relación entre ambos no era la mejor.
Las diferencias siempre han existido entre la corriente anticapitalista, la que se ubica más a la izquierda, y entre la dirección del partido, cuyas dos cabezas visibles, Iglesias y Errejón, han apelado siempre a “la centralidad del tablero”. Se trata de diferencias meramente ideológicas y también organizativas. No en vano, ya en la asamblea constituyente de Vista Alegre, en octubre de 2014, los anticapitalistas, por aquel entonces aliados con Pablo Echenique, plantaron cara a Iglesias.
En la guerra soterrada que siempre han mantenido esas dos almas de Podemos, la más radical o esencialista y la más moderada o pragmática, Pascual siempre ha estado en la segunda, como fiel aliado de Errejón. Y también de Iglesias. De hecho, la gran novedad de los últimos días es precisamente el choque en Madrid entre ‘errejonistas’ y ‘pablistas’, que hasta ahora siempre habían caminado juntos.
La tregua del 20-D se rompe: las dimisiones
Teniendo en cuenta que las encuestas no eran las mejores, las diferentes familias de Podemos arrumbaron sus cuitas antes del 20 de diciembre, como ya se ha dicho. La unidad era necesaria para ir a las urnas. Una vez pasados los comicios, los dirigentes de partido morado focalizaron sus esfuerzos en las negociaciones de investidura. Aunque existían (y existen) diferentes sensibilidades sobre cómo afrontar las conversaciones con el PSOE, parecía que la calma continuaba en el partido. Hasta que esa tregua tácita estalló en mil pedazos la semana pasada. El epicentro del terremoto estuvo (y está) en Madrid.
Primero se marchó el ‘errejonista’ Emilio Delgado, número tres de Podemos en la Comunidad de Madrid, quien no ahorró en críticas a Luis Alegre, número uno y muy cercano a Iglesias. Cuando el partido aún no se había recuperado del shock inicial, el pasado miércoles presentaban sus renuncias otros nueve miembros del Consejo Ciudadano de Podemos en Madrid también cercanos a Errejón. En algunos medios y en el seno de la propia formación esta maniobra se interpretó como una agresión de los ‘errejonistas’ contra los ‘pablistas’. Entre los dimisionarios había pesos pesados como Clara Serra o Sarah Bienzobas, que también tienen cargo en el Consejo Ciudadano estatal de Podemos.
La conjura…y las filtraciones
Ante la grave crisis de Podemos en Madrid y, por ende, la imagen a nivel nacional de una ruptura entre varias corrientes, los dos principales dirigentes del partido, Iglesias y Errejón, se reunieron a finales de la semana pasada. Se conjuraron para mostrar una imagen de unidad, restar importancia a los problemas y culpar a las élites oligárquicas de una suerte de conspiración para erosionar al partido. A pesar de esta suerte de armisticio que podía parecer definitivo, en los últimos días se han sucedido las filtraciones a medios que han caído como una bomba en algunos sectores del partido.
Por ejemplo, este lunes El Mundo publicaba que la crisis desatada en Madrid tenía que ver con “la ambición” de los diputados Tania Sánchez y Miguel Vila, del sector ‘pablista’; y este martes en El Confidencial se señalaban nuevamente las diferencias entre ‘errejonistas’ y ‘pablistas’ en la negociación con el PSOE. En otras palabras, el terreno ha seguido embarrado pese a los intentos por enterrar la crisis. Huelga decir que tanto esas informaciones como un clima de división han seguido minando a algunos en el partido, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes de Podemos. No es que se culpe directamente a Pascual de la aparición de las citadas noticias, pero sí de no haber sabido frenar la pelea interna.
La carta de Iglesias
En ese difícil contexto de división interna y nerviosismo creciente en las filas del partido, el secretario general movía ficha este martes por la tarde. Y lo hacía con la publicación de una carta enviada a los círculos. Con el título “Defender la belleza”, Iglesias explicaba los intentos de las oligarquías por dividir y debilitar a Podemos y, como antídoto, proponía recuperar la unidad. Eso sí, en su mensaje ya dejaba entrever que alguien entre los ‘errejonistas’ tendría que pagar por lo sucedido.
“Es crucial que todos y todas estemos a la altura y no hagamos el juego a nuestros adversarios”, explicaba. A continuación añadía que “las dimisiones en Madrid se produjeron en el peor momento posible y han puesto en bandeja el relato que interesa a los defensores del statu quo”. “No debemos volver a cometer errores como este y deberán asumirse las responsabilidades”, apostillaba. Curiosamente, a lo largo de este extenso texto, Iglesias no mencionaba en momento alguno a su número dos, Errejón. Pero estaba claro que los destinatarios del aviso eran los ‘errejonistas’.
La ‘vendetta’ se consuma
Pasadas las 23.30 horas de este martes, y después de la exclusiva de este diario, se consumaba la ‘vendetta’ de Pablo Iglesias contra el más destacado entre los ‘errejonistas’. En un comunicado, Podemos explicaba que “lamentaba” el cese de Pascual. “Los últimos acontecimientos dan muestra de una gestión deficiente cuyas consecuencias han dañado gravemente a Podemos en un momento tan delicado como es el proceso de negociaciones para conformar un Gobierno del cambio”. En román paladino, Iglesias señalaba directamente a Pascual como responsable de la crisis orgánica sin precedentes que explotó en Madrid.
De alguna manera, la cabeza del secretario de Organización era la máxima ‘pieza’ que Iglesias podía cobrarse en el sector que lidera Errejón. Tras confirmarse esta ‘decapitación’ política inesperada, el propio ‘decapitado’ escribía en Twitter este mensaje: “Dos años de dejarme la piel construyendo organización y participación popular. Sigo comprometido con el proyecto de mayorías para el cambio”. Su buen amigo Errejón no tardaba en ‘retuitear’ el mensaje.
¿Quién será el sustituto?
Fuentes oficiales de Podemos explican a EL ESPAÑOL que, por ahora, el propio Iglesias asume las funciones de Pascual, a la espera de que el Consejo Ciudadano, precisamente a propuesta del secretario general, proponga a un nuevo secretario de Organización.
Así, de momento es una incógnita saber quién asumirá las responsabilidades que hasta ahora desempeñaba Pascual. Y, entretanto, este mismo miércoles por la tarde se celebra en la sede central de Podemos una reunión del Consejo Ciudadano de Madrid, el órgano interno donde la semana pasada estalló una crisis tan negada como imprevisibles son sus consecuencias.