“El caso espías -publicado por El País en 2009- fue un montaje para ocultar el verdadero espionaje que existía” en el seno del último gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Así de tajante se ha mostrado Marcos Peña, exasesor de Seguridad de la consejería de Interior de Francisco Granados y uno de los imputados en el espionaje a Manuel Cobos y Alfredo Prada, ambos cercanos al ex ministro de Justicia y ex alcalde de Madrid Alberto Ruíz Gallardón.
Requerido por la comisión parlamentaria que investiga la corrupción en Madrid, Peña se ha mostrado perplejo y ha calificado el 'caso espías' de “barbaridad”. El antiguo asesor de Granados ha reiterado que los partes que publicó el diario de Prisa en 2009 según los cuales Interior habría encargado el seguimiento de Prada -consejero autonómico- y Cobo -vicealcalde- “es un montaje que organizaron desde dentro para ocultar lo que verdaderamente ocurría”.
Guerra sucia
Peña ha insinuado que quien filtró la información a El País y organizó todo para cortar su cabeza y la de los tres guardias civiles fue Enrique Barón, actual Comisario General de Información de la Policía Nacional. “Querían quitarnos de en medio para que no acabáramos con su negocio y encubrir el verdadero espionaje”, ha deslizado el ex Guardia Civil de Valdemoro.
El asesor de Granados ha relatado que los partes publicados en prensa son “absurdos” porque sólo se trata de “una copia de la agenda pública de Cobo y Prada”. Con el objeto de desmontar “la mentira” de aquella información, ha dicho: “Incluso las fechas están mal. Me mencionan y yo ni siquiera estaba en la Comunidad de Madrid por aquel entonces”.
“El mono se les cae desde el principio. ¿Cómo iban a hacer espionaje esos guardias civiles? Es como si dijeran que el culpable de la quiebra de Bankia fuera el ordenanza de la puerta”, ha afirmado Peña.
Aunque después de negar la veracidad del 'caso espías' publicado en los medios de comunicación, ha reconocido la existencia del seguimiento en el seno del Gobierno de la Comunidad: “Evidentemente, se hacía. Pero no ocurrió lo que se publicó. Eso, lo dice Granados, fue un montaje de Barón”.
Marcos Peña, cargo de confianza de Granados, ha tratado de desvincular al exconsejero de la trama, pero no ha dado más detalles de ese “negocio” o “verdadero espionaje” que, según ha explicado, se producía.