El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha hecho una declaración pública para condenar los atentados de Bruselas desde Ayamonte, la localidad de Huelva donde tenía previsto un acto de partido para este martes por la tarde que finalmente ha suspendido. El líder conservador, que ha reconocido abiertamente que "la lucha contra el terrorismo, que es muy difícil, nos exige perseverancia, colaboración y dedicación", ha tendido la mano a los "hermanos" belgas para endurecer las medidas de protección y "poder localizar y poner a disposición de la justicia a los asesinos”. Así se lo ha transmitido por teléfono al primer ministro belga.
El líder conservador ha añadido que "la seguridad absoluta es un concepto que no existe" y ha felicitado a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "por su labor constante y eficaz para proteger a los ciudadanos españoles". Asimismo, ha sacado pecho de la labor que desde su Gobierno se ha puesto en marcha para frenar los planes de los terroristas y ha anunciado que "nuestro país no regateará ningún esfuerzo en esta labor".
Rajoy agradeció en su declaración institucional la "disposición, responsabilidad y lealtad" de los partidos en la unidad antiterrorista. “Debemos luchar contra el terrorismo juntos”. Además, se ha comprometido con todos a “mantenerles puntualmente informados de la evolución de los acontecimientos”. “El principio de la unidad de los demócratas es un principio básico para luchar y ser eficientes contra el terrorismo”.
En la comparecencia que hizo en el Ayuntamiento de Ayamonte empezó mostrando las condolencias a los familiares y allegados de las personas asesinadas y deseó la pronta recuperación de los heridos. “Quiero mostrar la solidaridad de España para con los vecinos de Bruselas y los ciudadanos belgas, golpeados por la barbarie y el fanatismo”.
El líder popular recordó que hoy ha sido el corazón de la Unión Europea, pero no olvidó que en 2004 el golpe lo recibió España. “El terrorismo es una amenaza contra la civilización, contra la libertad y los derechos humanos, y lo es en cualquier parte del mundo. No existe religión que ampare semejante fanatismo criminal. No existe justificación posible para esta barbarie que nos afecta a todos y nos golpea a todos”.