Una veintena de españoles se alista a través de una agencia francesa para luchar contra el EI
Las autoridades advierten del riesgo de ir al Kurdistán, para la seguridad del individuo y la de la nación.
26 marzo, 2016 02:03Noticias relacionadas
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“Alarma de ataque, así que acudimos por docenas a reforzar el frente. Vehículos de Daesh acercándose en la noche y, por todos lados, ametralladoras RPG y Doshkas preparadas”. El relato de dos exmilitares españoles que luchan contra el Estado Islámico en el Kurdistán se difunde a través de las redes sociales. Se marcharon al frente, aseguran sus conocidos, “por convicción”. Y, con sus historias, arrastran a otros al escenario en el que los terroristas son más fuertes, entre las fronteras sirias e iraquíes. Una veintena de personas han iniciado los trámites con una organización francesa para unirse al combate.
El Ministerio de Asuntos Exteriores advierte que no se debe viajar a Irak o a Siria salvo por “razones de extrema necesidad” y se pide a todo español que se encuentre en estas regiones “que las abandonen cuanto antes”. Por el momento, el Ejecutivo español ha acordado con la Coalición -formada por casi 60 países y liderada por Estados Unidos- intervenir en el conflicto adiestrando a las tropas iraquíes en su lucha contra el Estado Islámico. Cualquier actuación al margen de este pacto, consideran fuentes diplomáticas, puede derivar en tensiones o disputas internacionales.
“No sabemos qué va a pasar con los que ya están en el Kurdistán”, avisa un amigo de uno de los exmilitares, que a la vez canaliza la información entre el frente y España. “Es importante recordar los peligros a los que se exponen -explica-. Creo que todos los que se marchan piensan en lo que tienen que hacer allí, pero no en volver o en los problemas que se podrían encontrar si algún día regresan”. Esta persona habla hasta de un hipotético desenlace fatal de los combatientes: “Claro que podría ocurrir, tienen formación y espíritu militar, así que están preparados para ello”.
Un paracaidista “desertor”
Entre los últimos españoles en incorporarse a la guerra contra el Estado Islámico figura Pedro Ruiz, de 25 años y miembro de la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra. Según informaciones publicadas por Estrella Digital, el militar abandonó el Cuerpo sin avisar y se integró en las filas peshmerga: combatientes kurdos armados. Lo hizo por su cuenta, al margen de cualquier organización. Al regresar a España deberá afrontar la causa correspondiente por un delito de deserción.
El paraca -como le llaman sus compañeros-, se ha incorporado a las posiciones en las que se encuentran otros dos españoles: Simón y el gallego. “Todo bien por aquí -cuentan-. Ayer salimos dos veces: una por un intervención rápida por explosivos localizados en la carretera y otra por un peshmerga alcanzado por un sniper (francotirador) de Daesh”. Los tres se encuentran en Dakuk, bastión de los terroristas ubicado al norte de Irak.
EL ESPAÑOL ya contó la historia de un legionario y un boina verde que luchaban contra el Estado Islámico, cuyo bautismo de fuego tuvo lugar el 15 de enero. Su situación ha cambiado desde entonces: ahora se encuentran en frentes diferentes, más cercanos a las líneas de fuego enemigas. Ambos pagaron unos 3.000 euros para tramitar los billetes y los gastos de transporte, gestionados a través de una organización francesa.
Un “aluvión” de peticiones
Los relatos que llegan de los españoles que están en el frente han propiciado un “aluvión” de peticiones de gente dispuesta a seguir sus pasos: al menos, una veintena de personas ha iniciado los trámites necesarios para viajar al Kurdistán. “Han sido muchos más los que han preguntado cómo podían hacerlo -reconoce el encargado de gestionar la información de los “voluntarios” que están en el frente-. Ha habido quien ha preguntado desde América, pero ahí los pasos son más complicados, porque deben pedir más visados. En España, como el camino ya está iniciado, es más sencillo”.
En julio de 2005, la Audiencia Nacional ya juzgó a dos españoles que se habían integrado en las filas del PKK kurdo en su lucha contra el Estado Islámico. Los peshmerga, no obstante, no están considerados como una organización terrorista por la comunidad internacional, etiqueta que sí tiene el PKK kurdo. En esta ocasión, los voluntarios confían en que los trámites seguidos -conseguir un visado reglamentario y un permiso gestionado por los peshmerga para portar armas en el lugar- sean suficientes para eludir la Justicia. “Pero ninguno de ellos piensa en lo que pueda pasar cuando regresan -explica este intermediario-. Si es que consiguen volver”.