Durante la madrugada del domingo, la Policía Municipal tuvo que irrumpir en una fiesta ilegal, donde había setenta personas retenidas -la mayoría menores-. Fue en el distrito de Fuencarral, en un edificio de oficinas. Los bomberos tuvieron que descerrajar la puerta y el Samur atendió a los menores, que salían muy nerviosos.
Hacia la una de la madrugada, según ha informado el Cuerpo, los agentes del distrito de Fuencarral recibieron un aviso de la emisora central: en la calle María Tubau se estaba celebrando una fiesta ilegal con menores. La entrada costó seis euros y el local no tenía salidas de emergencias, ni siquiera suministro eléctrico.
Gritos y golpes de los jóvenes
Cuando llegó la Policía, el organizador de la fiesta cerró todos los accesos del local para no impedir su entrada y, además, retener a los menores que se encontraban en su interior. Según ha informado el cuerpo municipal, los agentes se enteraron de lo que iba sucediendo dentro a través de la madre de una menor retenida, que relataba lo que veía a través de su móvil.
Desde la calle, los vecinos pudieron escuchar los gritos y los golpes desesperados de los menores, que trataban de escapar.
Cuando los bomberos descerrajaron la puerta, el organizador de la fiesta había intentado ocultarse entre la multitud, pero la Policía logró detenerlo. Se le investigará por los delitos de detención ilegal, desobediencia a los agentes y las infracciones administrativas fruto de la propia fiesta ilegal.