Mariano Rajoy vive una extraña realidad. Mientras PSOE, Podemos y Ciudadanos se cruzan reproches y llamadas continuamente ante la reunión que celebra este jueves, el Partido Popular cruza los dedos para que ninguna de las opciones que maneja Pedro Sánchez salga adelante. Pero, por una extraña circunstancia que nadie entiende, sigue sin mover ficha para intentar mantener La Moncloa. En privado, el Gobierno reconoce que la “pasividad” que el líder del PP transmite en este período de negociaciones no les va nada mal: “Todas las encuestas indican que subimos” si se celebrasen elecciones, reconocen fuentes gubernamentales.
La postura del PP y de su líder no se mueve ni un milímetro desde el 21 de diciembre: ellos quieren liderar un gobierno de fuerzas constitucionalistas (PP, PSOE y C´s) que pivoten sobre cinco pactos de Estado: el crecimiento y el empleo; la reforma fiscal y la financiación autonómica; un pacto social para reforzar los pilares del estado de bienestar -incluidas las pensiones-; un pacto por la educación y un quinto acuerdo de Estado para el fortalecimiento institucional que incluiría un compromiso en defensa de la unidad de España, además de un compromiso para seguir luchando contra el terrorismo islamista. “Ni el PSOE ni Ciudadanos nos ha dicho aún qué no le gusta del documento”, argumentan.
Los tres meses de negociaciones infructuosas solo beneficia, a priori, a Ciudadanos. “Los sondeos indica que el PSOE de Pedro Sánchez se queda como está, y mira todas las energías que ha gastado”, indicaba un asesor cercano al presidente en los pasillos del Congreso durante el pleno de este miércoles. Las encuestas que manejan en Moncloa y en Génova es que, si se repiten elecciones, el PP de Mariano Rajoy “recuperará al votante de derechas que el 20D eligió a Ciudadanos. Les apoyaron para que hicieran de nuestra muleta, no la de Sánchez”. El pacto de 'El abrazo' será el “arma arrojadiza” que utilizarán para “ir a saco contra Rivera”.
"¿Expectante?" "Uf, no lo sabe usted bien"
Hasta que sus pronósticos se cumplan, Rajoy tiene que ver como un ciudadano más la reunión que PSOE mantendrá este jueves con Podemos y Ciudadanos. Será la fotografía del “bloque anti-PP”. A su salida del pleno, Rajoy ha ironizado sobre sus expectativas ante la reunión. “¿Expectante ante la reunión de mañana?”, le han preguntado los periodistas en el pasillo. “Uf, no lo sabe usted bien”, respondió, sonriente.
Era la segunda respuesta que el presidente del Gobierno en funciones daba con cierta sorna sobre las negociaciones de Sánchez. Previamente fue preguntado sobre cuándo piensa “saltar al ruedo negociador”. “¡Vaya pregunta, hombre!”, se limitó a decir el líder del PP. Una respuesta que su entorno relaciona a que Rajoy no llamará a Pedro Sánchez para intentar vender su infructuoso bipartidismo antes del 2 de mayo. “El veto lo ha puesto el PSOE, que nos llamen ellos”, justifican.
Mientras Pablo Iglesias y Albert Rivera se propinaban sendos insultos desde la tribuna para 'calentar' el encuentro del jueves, el Congreso demandó al Gobierno ante el Tribunal Constitucional por vulnerar la división de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo. El Congreso presentará un conflicto de competencias contra el Gobierno por entender que el Ejecutivo no respeta el principio de la separación de poderes, al negarse a someterse a control político por parte de los representantes de la soberanía nacional. El conflicto de competencias ha sido aprobado por 218 votos frente a los 113 del Partido Popular.
"Un ejemplo"
Ahora, el partido que lidera Rajoy tiene un mes para contestar. Fuentes parlamentarias aseguran que, aunque el Ejecutivo “haga caso omiso” a la petición, finalmente tendrá que rendir cuentas ante el Parlamento. “Aunque se disuelvan las Cortes, el Gobierno sigue estando en funciones, por lo que tendrá que acudir al Parlamento”. Servirá, además, “como ejemplo” para otras administraciones que también quieren evitar el control de la Cámara. “Tenemos diecisiete comunidades autónomas con diecisiete parlamentos”.