Hubo una época no tan lejana en la que Francisco Rodríguez Iglesias, Arévalo, era un ingrediente indispensable en cualquier gala de humor televisiva. Su especialidad eran los chistes de 'mariquitas', 'gangosos' o 'cojos', a los que interpretaba con grandes y cómicos amaneramientos. Hoy, este humor está de capa caída y, aprovechando que su espectáculo con Bertín Osborne llega a Barcelona, La Vanguardia le ha planteado si la corrección política está detrás de su declive en popularidad. La respuesta del humorista, controvertida y un tanto confusa, ya ha sido condenada como homófoba en la Red.
Arévalo, sin pelos en la lengua, se ha mostrado indignado por el clima de corrección política y el control que imponen ahora las televisiones y los locales para evitar el humor discriminatorio. Su argumento parece ser que, ahora que la homosexualidad ha ganado visibilidad y ha sido asimilada por la sociedad española, los chistes sobre el colectivo están legitimados. Pero es significativo que esa palabra, 'homosexuales', no parezca formar parte de su vocabulario: para él son 'mariquitas' que 'mariconean'.
"Cuando alguien se enfada por un chiste de mariquitas suele ser alguien que no tiene ni idea" - declara en la entrevista. "¡Pero si ahora hay series en televisión con mariquitas de verdad y mariconeando!". El humorista parece estar teniendo problemas para adaptarse a los tiempos según confiesa. "Me llamó mucho la atención una ocasión en que fui a Sevilla a hacer un programa y me pusieron una cantidad de condicionamientos antes de salir… No hables de los tartamudos, no te metas con los mariquitas, esto otro ni tocarlo…. Coño, ¿dónde estoy, en Sevilla o en Alemania?".
Arévalo lamenta igualmente que hoy en día "cualquier colectivo" protesta. "Ya no se puede trabajar con enanitos", abunda. "Yo he trabajado toda la vida con el bombero torero y los ocho enanitos". La situación de estos "enanitos" a los que hace referencia es un debate en el mundo del espectáculo. Por un lado, asociaciones como la Fundación ALPE denuncian los estereotipos que perpetúan sobre los afectados por el síndrome de acondroplasia; por el otro, actores 'enanos' reivindican su derecho a trabajar en funciones aunque puedan ser aparentemente vejatorias.
Su compañero en el espectáculo Por humor al arte, Bertín Osborne, le echa un capote con una defensa más templada de la libertad de expresión. "Nadie hace un chiste así con deseo de ofender. Pero Paco tiene razón, en los últimos 15 años en España se ha perdido el sentido del humor, esto parece otro país. Aquí nos reíamos de nosotros mismos, yo el primero. Es todo muy ridículo".
¿Nos reíamos más y mejor cuando no nos preocupaba la corrección política? El debate está en la Red y, de momento, quién está siendo de las burlas es el propio Arévalo.