Hablar de Somalia es sinónimo de inestabilidad. El terror yihadista de Al Shabaab, filial de Al Qaeda, y los últimos coletazos de la piratería -no ha habido un ataque en los últimos tres años, pero la amenaza sigue latente- han sumido a la región en una espiral de violencia a la que no se le ve una salida a medio plazo. La Unión Europea colabora con la Unión Africana en las misiones de pacificación desplegadas en Mogadiscio, la capital, y en otros puntos estratégicos del país. Y España, como miembro activo en los planes de seguridad de la UE, participa en un despliegue militar que tiene el 31 de diciembre de 2016 como fecha de caducidad. Al menos, eso está escrito sobre el papel.
Los efectivos que participan en la misión EUTM-Somalia valoran la posibilidad de extender el operativo más allá de la fecha prevista. Los objetivos planteados para finales de 2016 no están cerca de cumplirse y por eso se plantea la opción de reconsiderarlos para 2018. Este cambio en el calendario no debe entenderse como un fracaso, apuntan fuentes castrenses; es habitual que las misiones en el exterior se reajusten en virtud de los avances conseguidos y, sobre todo, de que el Gobierno local pida una colaboración internacional para alcanzar unos objetivos que por sí mismo no es capaz de cubrir.
“El actual mandato acaba el 31 de diciembre de 2016, pero casi con toda seguridad se va a prorrogar dos años más, hasta diciembre de 2018”, apunta el coronel Luis Carcaño, jefe del contingente español en Somalia, en una entrevista realizada por el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET). El militar habla, además, de un posible de refuerzo del personal español en la misión. “Hemos recibido directrices de valorar una posible expansión en el siguiente mandato –apunta-. Al finalizar el proceso de planeamiento se sabrá si se necesita más personal y, si así fuera, sería en una conferencia de generación de fuerzas donde se determinaría el número de personal que aportaría cada país. Es pronto para saber si el contingente español aumentará”.
Actualmente, en Mogadiscio hay desplegados trece efectivos desplegados españoles, cuya misión es el adiestramiento de las tropas locales y asesoramiento en temas militares. Además, hay otro en Nairobi -que lleva a cabo funciones operativas y de organización que no se pueden efectuar en la capital somalí por motivos de seguridad- y uno más que actúa como enlace en Bruselas.
5.000 efectivos adiestrados
En su última visita a Mogadiscio, el ministro español de Defensa en funciones, Pedro Morenés, advirtió que esta misión es la “más exigente” a la que se enfrentan las Fuerzas Armadas. El objetivo final, además de dotar a las tropas locales de los instrumentos necesarios en la lucha contra el terrorismo, es el de acabar con los focos que la piratería encuentra en suelo somalí. La lucha contra la piratería se complementa con otra misión marítima, la Atalanta; un esfuerzo militar y de inteligencia con el que se ha conseguido que no se registre ningún ataque en los últimos tres años.
“El peligro siempre existe”, reconoce el coronel Carcaño, en referencia a la inestabilidad con la que operan los efectivos españoles. “En el momento en que salimos de la base sabemos que estamos expuestos a cualquier tipo de acción, ya sea directa hacia nosotros o como objetivo de oportunidad”, añade.
Desde que se puso en marcha la misión de la UE, se han adiestrado a unos 5.000 efectivos del contingente somalí: “Es un Ejército que parte de cero, después de tantos años de guerra civil, de ausencia de instituciones del Estado, de principios básicos de vivir en sociedad, de servicios, de infraestructuras... –explica el militar-. El Ejército somalí no tiene una gran capacidad de mando y control de todas las unidades desplegadas por todo el territorio”.
¿Por qué participa España en Somalia?
“Para derrotar a estos grupos [como Al Shabaab] hay que hacerlo donde son fuertes y tienen su raíz”, defiende el coronel Carcaño. Según su criterio, la lucha contra el terrorismo tiene que centrarse en los lugares “donde es fuerte”: “No podemos esperar a que venga”, apunta.
Pero para llevar a cabo estas actuaciones militares, la determinación debe proceder desde el ámbito político: “Es una decisión del Gobierno español refrendada por el Parlamento”. En caso de que la Unión Europea prolongue su misión en Somalia –como todo parece apuntar- será el futuro Ejecutivo el que determine si España prolonga y refuerza su misión militar en este escenario.