Pedro Sánchez reapareció y lo hizo para poner toda la carne en el asador. El sometido al calor de la presión es Pablo Iglesias y el líder del PSOE está dispuesto a achicharrarlo por su negativa a pactar con los socialistas y con Ciudadanos.
En una intervención ante los diputados y senadores socialistas, en el Congreso, Sánchez habló para “pedir públicamente al señor Iglesias que desbloquee la situación para que juntos pongamos fin al Gobierno de la vergüenza” de José Manuel Soria, el ministro de Industria que aparece en los papeles de Panamá, y a Mariano Rajoy.
Este lunes, el portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, había avanzado que no habría “contraoferta” a Podemos y que daban por terminado el diálogo como consecuencia de la negativa de Iglesias, que “no es de fiar”, según él.
El tono de Sánchez este martes era otro. Muy firme en la crítica con Podemos, el líder del PSOE ha prometido que su puerta estará abierta “hasta el último minuto, hasta el último segundo”, pero que es Iglesias quien debe cruzarla.
¿Por qué no es posible el Gobierno del cambio con PSOE, Podemos y Ciudadanos si esas fuerzas se ponen ya de acuerdo en algunas iniciativas en el Congreso? “¿Por una mera cuestión de sillones? Ese es un interés minúsculo”, advirtió.
Sánchez alertó a Iglesias de que si no cede, le dará “una segunda oportunidad a Rajoy” con una repetición de elecciones que podría consolidarlo en la Moncloa. “A lo mejor el señor Iglesias vive mejor con Rajoy como presidente del Gobierno que conmigo”, pero los “millones de personas” que votaron a Podemos, no, dijo.
Sánchez aprovechó para repetir que el Gobierno en torno al pacto con Ciudadanos es mejor que el de Rajoy. Y si hay mejoras que hacer, deben discutirse. “Hablemos de esas mejoras. No renunciemos a ese diálogo”, pidió. “Juntos, los tres, podemos”, dijo en varias ocasiones en referencia a los avances que traerá un Gobierno nacido de un pacto a tres.
Toque a Rivera y a los suyos
Sánchez también pidió a Albert Rivera que “abandone las líneas rojas” que ha reforzado en los últimos días, marcando perfil ante Podemos y arremetiendo contra Pablo Iglesias. Fue la única referencia y al final de su discurso, pero en el PSOE no ocultan su incomodidad por la dureza de Ciudadanos.
A los suyos y al resto de grupos les recordó que él hace lo que dice. El PSOE dijo que no negociaría con independentistas y con el PP y esas puertas siguen cerradas.
“Con el PP no hay posibilidad de acuerdo. Lo que nos separa y nos aleja del PP son las políticas que han traído la desigualdad” combinada con la “falta de ejemplaridad y sus eternos casos de corrupción”, según él.