El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, cruzó correspondencia con el vicepresidente mundial de Volkswagen, Francisco García Sanz, tras saltar el escándalo del "dieselgate", que destapó que la compañía había manipulado motores para ocultar emisiones contaminantes. En esas cartas, a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el directivo de la compañía exigió al ministro retirar la medida cautelar contra los coches afectados. Condicionó mantener las inversiones en España a que Industria levantara la suspensión acordada para evitar que la compañía automovilística pudiera vender los coches con el motor trucado. Cuatro semanas después, el Ministerio levantó la medida pero sólo a la mitad de los vehículos previamente fijados y por razones técnicas.
En esta misiva, se puede leer primero cómo García Sanz pide al ministro de Industria que ponga por escrito los compromisos que el Gobierno asumiría "en caso de que el Grupo Volkswagen confirme el mantenimiento del plan de inversiones para sus plantas en España anunciado el pasado mes de mayo". Un plan que ya había sido fijado pero que de esta misiva se desprende se estaba replanteando.
A renglón seguido le exige a Soria que "de inmediato" se proceda "a la cancelación de la orden de suspensión de los coches fin de serie con motores EA 189 diésel EU5, ya que su mantenimiento supone graves perjuicios para la industria de la automoción en España, sobre todo a la vista de que tal orden es del todo insólita en los más de 70 mercados en los que estamos presentes".
Este cruce de cartas comenzó el 23 de septiembre, cuando el ministro de Industria escribió al vicepresidente de Compras a nivel mundial del grupo Volkswagen, después de que la agencia estadounidense medioambiental EPA destapase el "dieselgate". En esta misiva, Soria indica que le produce una "gran preocupación, por las implicaciones que estas actuaciones pueden tener y haber tenido en la contaminación ambiental, en la capacidad industrial de vuestra empresa y en el impacto que puede tener no solo para vuestro grupo, sino para la industria de la automoción en su conjunto".
En esta carta, califica el asunto de gravedad, y le pide que "a la mayor brevedad posible" le suministre la información necesaria para determinar el alcance del problema en general “y de manera específica su impacto en España”. Estas cartas constan en el expediente que desde el Ministerio de Industria se remitió al Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, que investiga el fraude de las emisiones del grupo automovilístico.
En este primer documento, el titular de Industria se muestra tajante: "Como sabes las homologaciones de una marca de vuestro grupo, como es el caso de SEAT, han sido concedidas por este Ministerio, como autoridad de homologación nacional, y en este sentido es necesario conocer detalles claros, precisos y concretos de la problemática existente", indicaba Soria. "Espero y deseo que un grupo industrial de la magnitud e historia como el vuestro, sepa encontrar soluciones ágiles, eficaces y posibles a un problema tan serio como este", concluía.
El grave problema al que se refería el ministro es que España había homologado vehículos con motores manipulados, al igual que le pasó a Alemania con el resto de coches que salieron de allí, dando vía libre a la salida al mercado de coches con un motor que contaminaba más de lo que hacía creer la compañía, y lo que ha provocado que en Estados Unidos se vayan a enfrentar a una sanción por violación de leyes medioambientales, por cantidad que estiman en más de 40.000 millones de euros.
Cinco días después de esta primera carta, el Ministerio acordaba una resolución por la que se iniciaba un procedimiento de declaración de nulidad de las autorizaciones fin de serie dadas a Volkswagen, AG, Porsche, Skoda, Audi y Seat, y en la que se fijaba como medida cautelar y en la que se fijaba como medida cautelar la suspensión de las autorizaciones para los vehículos diésel euro 5.
Industria suspendió las autorizaciones a VW
Esta medida prohibía dar la autorización para que la compañía pudiera sacar para su comercialización el 'stock' de fábrica. Es decir, Industria tiene la potestad para autorizar a las compañías automovilísticas a que puedan matricular los coches que tienen en fábrica, los coches ya fabricados. Según fuentes de Industria, en el caso del grupo Volkswagen, la autorización fin de serie es debida a que el 1 de septiembre del pasado año entró en vigor la obligación de que todos los vehículos que se matriculen a partir de dicha fecha sean vehículos con emisiones Euro 6. En este caso, como cuando se produce cualquier otro cambio reglamentario, todos los fabricantes solicitan autorización para matricular sus 'stocks' de vehículos durante un año. Es decir la autorización permite la matriculación de dicho 'stock' hasta el 31 de agosto de 2016.
Fuentes ministeriales consultadas por EL ESPAÑOL explicaron que la medica cautelar impuesta el 28 de septiembre afectaba a 5.980 coches, que no podrían ser matriculados y, por tanto vendidos, lo que supondría para Volkswagen unas pérdidas de en torno a los 150 millones de euros.
Esta decisión no sentó muy bien al grupo Volkswagen. Un día después de la resolución, García Sanz escribió a Soria para explicarle que los coches afectados son sólo aquellos que tienen el motor EA189 diésel EU5 y no todos los diésel EU5, además de confirmar que son “absolutamente seguros y aptos para la circulación”. Le explicaba que en octubre, el grupo iba a exponer ante las respectivas autoridades nacionales de homologación las soluciones técnicas y la factibilidad para implantarlas, aunque no anunciaron hasta cuatro meses después el inició de las reparaciones. En España hay 700.000 coches afectados y en toda Europa se van a revisar, según la compañía, 8,5 millones de vehículos.
Soria acudió a la sede de VW
Días después, Soria acudió personalmente a la sede del grupo para hablar de lo ocurrido. Y después de este encuentro, el tono del grupo pasó de colaborativo y cordial a atacante, cuando califica de “insólita” la medida del Gobierno español y le exige la retirada de la medida cautelar.
Aún así, Soria, en una carta de 14 de octubre, seguía definiendo como “débiles” los argumentos jurídicos de la compañía para modificar la suspensión impuesta. Así, le explica que sin perjuicio de la bondad de la decisión de la KBA (Oficina Federal de Circulación alemana) en todo lo que respecta a las homologaciones hechas por tal organismo para que en España podamos cumplir nuestras obligaciones como autoridades de homologación, es preciso que nos hagáis llegar todas la información disponible que hayáis entregado al KBA en relación a los vehículos de la marca SEAT (...)”.
La KBA propuso a la compañía retirar los dispositivos de desactivación antes de vender vehículos en 'stock' afectados, exigiendo pruebas que demostraran que el error estaba corregido. Sin embargo, Alemania no suspendió los coches ya fabricados, como sí hizo España, y algún otro país, como Rumanía.
Reunión de VW con la Generalitat
Pero en esa misma misiva, Soria entra a tratar las cuestiones de la inversión de la compañía en España. "Finalmente, te adelanto que, tras hablar con el consejero de la Generalitat, Felip Puig, me confirma que este viernes se reunirá con vuestro equipo en Barcelona para, entre otras cosas, expresar el compromiso de la Generalitat para apoyar con ayudas de innovación las inversiones del Grupo VW comprometidas en sus plantas de Barcelona, tal y como ha hecho este Ministerio de Industria mediante carta que os remitimos el pasado 9 de octubre", indica.
Al día siguiente, el 15 de octubre, es directamente el consejero delegado del grupo, Matthias Müller, quien se pone en contacto con el ministro para explicarle sus planes para resolver la crisis producida por el fraude de las emisiones de sus vehículos, carta que fue respondida por el ministro. Y un día más tarde, García Sanz reclamó que procediese “sin más demora” al levantamiento de la medida cautelar, "que nos está produciendo gravísimos perjuicios, tanto a nosotros como a nuestras redes de distribución y otras operaciones en el mercados español".
Y añade: "Ruego que nos confirméis los planes y cantidades concretos que el Gobierno español propone en apoyo a las inversiones del Grupo VW en España. Precisamos de compromisos y planes específicos, inequívocos, que yo pueda presentar al Consejo del Grupo en apoyo del mantenimiento de esas inversiones".
La última carta del ministro cambia su tono inicial. Ya le anuncia que va a rebajar a la mitad la medida cautelar impuesta, dejando la suspensión en 2.490 vehículos. Y por otra parte, le expresa "el compromiso de seguir manteniendo el nivel de confianza y la máxima colaboración con vuestras inversiones, tal y como hemos realizado en el pasado, y que ya ha supuesto financiación al Grupo por valor de 168,3 millones de euros en los últimos años".
El Gobierno les propuso 50 millones en ayudas
Le propone apoyo con ayudas a la innovación por parte del Ministerio de Economía; y desde Fomento se va a impulsar infraestructuras ferroviarias "identificadas por vosotros como necesarias". En concreto, Soria le adelantó que el Gobierno ayudará al grupo automovilístico con 28,1 millón de euros en un programa de fortalecimiento de la competitividad industrial; 7,1 millón de euros en convocatorias de innovación; y 14,8 millones de euros en remodelación de la red ferroviaria en la comarca de Pamplona; haciendo un total de 50 millones de euros de ayudas.
"En definitiva, quiero reiterarte la máxima colaboración del Ministerio que dirijo para que las inversiones del grupo Volkswagen en España tengan el máximo apoyo posible. Y desearos una vez más suerte y éxito en la gestión de la situación (...)", concluye el ministro.
Al día siguiente, el 22 de octubre, el subsecretario de Industria emitió una resolución modificando la medida cautelar impuesta el mes anterior al asumir que había vehículos suspendidos que no tenían el motor trucado, además de constar 3.327 coches que ya estaban matriculados y, por tanto, no podían ser suspendidos, dejando un total de 2.490 coches en suspenso.
Sus dos fábricas 'made in Spain'
Volkswagen tiene comprometidos con España 4.200 millones de euros hasta 2019. De completar esa inversión, será la más alta realizada hasta ahora por la compañía en sus dos factorías ibéricas, situadas en Navarra y Barcelona, que suman 17.000 empleados.
En la primera, en Landaben, Volkswagen fabrica el utilitario Polo para todo el mundo. Un modelo que no ha incorporado los motores contaminantes. En la fábrica de Martorell, ensambla los dos modelos más vendidos de Seat, el León y el Ibiza, que sí contaron con los motores del ‘diéselgate’.
Esta última fábrica es su principal foco de inversión y de empleo. A ella tiene comprometidos 3.300 de los citados 4.200 millones de euros y su plantilla ronda los 12.000 trabajadores. Si recorta las inversiones, parte de esos puestos de trabajo podrían quedar en el aire. Más aún cuando la planta cerró 2015 con el mayor volumen de producción en 14 años: 477.000 vehículos.