La designación de Luis de Guindos como responsable del despacho de los asuntos ordinarios del Ministerio de Industria ha evitado que todas las decisiones de esta área queden en manos del Clan Nadal que encabeza el jefe de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, Álvaro Nadal Belda, un firme aliado de la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría.
El sábado 16 de abril se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el Real Decreto 16/2016 por el que se dispone que el ministro de Economía y Competitividad en funciones asuma el despacho ordinario de los asuntos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo tras la renuncia de José Manuel Soria el viernes.
Aunque el Gobierno se encuentra en funciones, si hay nuevas elecciones esta situación puede prolongarse hasta la vuelta del verano y quedan por decidir cuestiones de trámite que son importantes para los sectores económicos regulados, como la retribución del sector eléctrico y del transporte, según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL.
De esta forma, Guindos es el único alto cargo que puede matizar o contradecir las decisiones de los hermanos Nadal, ya que Alberto Nadal, hermano gemelo de Álvaro (ambos nacidos en Madrid en 1970), es el secretario de Estado de Energía y actuaba como número dos de Soria. Sin un ministro titular, sus decisiones se hubieran cursado sin más.
El Clan Nadal también controla la vicepresidencia de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), donde Álvaro Nadal consiguió situar a María Fernández Pérez (Oviedo, 1975) en septiembre de 2013. Fernández era hasta esa fecha la directora de la Secretaría Técnica de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, cargo en el que llegó a desarrollar una extraordinaria sintonía con su jefe.
El nombramiento de Fernández fue criticado por su falta de experiencia, ya que es funcionaria del Cuerpo de Diplomados Comerciales del Estado desde 2003 y en menos de diez años alcanzó la vicepresidencia de uno de los reguladores más importantes. Pero, sobre todo, la vicepresidenta ha destacado por sus continuos enfrentamientos con el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, al que se considera un hombre propuesto por Guindos, pero que es sobre todo un funcionario intachable ya en el final de su carrera.
El control de la actividad de la CNMC es fundamental de cara a una nueva campaña electoral, sobre todo después de que Marín Quemada dijera en febrero pasado que preferiría que no existiera el duopolio televisivo de Atresmedia y Mediaset, al cual la vicepresidenta Sáenz de Santamaría presta mucho interés desde Moncloa. “Es una posición personal pero preferiría que ese duopolio no existiera”, dijo Marín. Aunque la CNMC no confirma las investigaciones en marcha, esto hizo pensar que podía existir un expediente contra estos dos grandes grupos que controlan el 80% de la tarta publicitaria audiovisual.
Los principales choques entre Marín y Fernández que han trascendido públicamente han sido con motivo de los expedientes que trataron la apertura de la red de fibra óptica de Teléfonica y las sanciones a las empresas petroleras. Fernández ha sido la autora de algunos votos discrepantes. La importancia de estos votos es que permiten a los afectados por las decisiones de la CNMC recurrirlas con mayor eficacia ante la Justicia ordinaria.
La CNMC es el órgano regulador que absorbió a la Comisión Nacional de la Competencia, a la de la Energía (CNE) y a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) junto a otras. Así que a ella le corresponde supervisar al sector que resulta afectado por las decisiones de Industria, donde está Alberto Nadal. Precisamente Fernández Pérez es la responsable como vicepresidenta de la poderosa Sala de Regulación, mientras que Marín Quemada encabeza la Sala de Competencia y el Pleno de la institución.
Se da la circunstancia de que cuando María Fernández abandonó la Oficina Económica del presidente, Nadal la reorganizó y fusionó en una sola su Secretaría Técnica, que quedó vacante, con el Departamento de Economía Internacional que dirigía Eva Valle Maestro (Zaragoza, 1974), esposa de Alberto Nadal y cuñada de Álvaro.
El cargo de Eva Valle es clave para controlar la agenda económica de los Consejos de Ministros. Ella coordina la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, evalúa alternativas de política económica, realiza estudios e informes de índole fiscal, sectorial, presupuestario, financiero, empresarial y medioambiental; prepara los Consejos Europeos, y asesora al presidente en la política comercial y de internacionalización de empresas. Valle es una economista extraordinariamente competente y entre 2004 y 2009 fue asesora del director ejecutivo por España en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, posteriormente, subdirectora general adjunta de Asuntos del Sistema Monetario Internacional en el Ministerio de Economía y Hacienda.
El Clan Nadal se cierra con la esposa de Álvaro Nadal, la diplomática María Teresa Lizaranzu Perinat (Madrid, 1968), quien fue designada en agosto como embajadora delegada permanente de España en la Unesco (París). Desde enero de 2012, Lizaranzu era directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro. Antes fue consejera de la embajada española en Berlín mientras su esposo era en el Congreso de los Diputados la mano derecha de Cristóbal Montoro en la oposición a Zapatero.