"Llegué el día 9 de agosto de 2015 a España. Debería estar muy contenta, pero me decepciona lo que veo a mi alrededor. Me quedo sin palabras". La mujer que escribió estas líneas en su diario desde su habitación en Madrid llevaba ocho meses bajo explotación sexual. La mafia para la que trabajaba le obligaba a drogarse con metanfetaminas. "En diciembre he ganado 5.500 euros, espero que en 2016 todo marche bien y que se cumplan mis deseos", anotó en un cuaderno al que ha tenido acceso la Guardia Civil, en el transcurso de la operación Gavelo, donde se ha liberado a 29 ciudadanas chinas y detenido a otras 29 personas.
La mujer que tomó estas notas en su cuaderno -como las demás que han sido liberadas de esta red de explotación- procedía de un área rural de China. Allí, su vida se sostenía sobre un escenario económico frágil y mantenía varias deudas. Fue entonces cuando la célula de captación de esta red contactó con ella: la promesa de un trabajo estable como cuidadora de niños fue suficiente para embarcarla en un avión rumbo a España.
Pero aquel avión no la transportó hasta Madrid, sino a Guinea Ecuatorial. Otras chicas pasaban por Dubai. La deuda que sostenían con la organización aumentaba en estos lugares, donde vivían alrededor de tres meses y ejercían por vez primera la prostitución.
Deudas perpetuas con las mafias
"El 15 de agosto le devolví a An Xing 950 euros por el billete de avión y después le devolví 200 euros más -escribió la mujer una vez había aterrizado en España y que le hubieran arrebatado toda su documentación- Pido a Dios que me ayude a pagar todas las deudas en medio año. Espero que Dios me ayude a que vaya todo bien aquí en Madrid y que en el camino encuentre a una persona de buen corazón que me anime. Ánimo, ánimo, ánimo para 2016. Confío que todo irá bien".
Pero el camino de la mafia que la explotaba sexualmente era muy diferente al de aquellas esperanzas que había anotado en su cuaderno. Los gastos de alojamiento y manutención eran tan elevados que nunca podría pagar su deuda.
"Las condiciones en las que vivían ponen el vello de punta", relata Manuel Robles, comandante de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y jefe de grupo de delincuencia organizada. "Las condiciones eran insalubres, de una falta de higiene total. Había falta de ventilación e iluminación en las casas en las que residían, las vigilaban por circuito cerrado de televisión, un control de 24 horas". Sobre ellas ejercían, además, un maltrato psicológico: conocían a sus familias en sus lugares de origen y amenazaban con contarles el trabajo que desempeñaban en Madrid.
Entre los 22 registros efectuados en domicilios y locales -10 en Madrid, 4 en Valencia, 2 en Soria, 3 en Zaragoza, uno en Girona, uno en Lleida y uno en Toledo-, la Benemérita encontró un documento poco habitual en estos procedimientos: la llamada "hoja de chica". "En ella firmaban y reconocían que ejercían la prostitución de forma voluntaria", explica el comandante Robles. Además, en algunos karaokes -donde se les obligaba a las mujeres a llevar a cabo actos sexuales en los espacios reservados-, se encontraron libretas con números de teléfono de mujeres y de taxistas dispuestos a trasladarlas a viviendas u hoteles, donde el cliente lo exigiera.
"Trataban a las chicas como pura mercancía", señala el comandante de la Guardia Civil. Entre las imágenes recogidas por el Instituto Armado figuran los carteles que anunciaban los servicios de las mujeres: 15 minutos, 30 euros; una hora, 75. Copa gratis. Además, si el cliente lo requería, se le podía ofrecer viagra u otros medicamentos. También se registraron conversaciones telefónicas en las que a las explotadas, cuando alcanzaban los 40 años y se les consideraba demasiado mayores para el negocio, se les ofrecía a los clientes a cambio de 1.000 euros.
Colaboración con la Policía china
La investigación se inició el pasado año tras una inspección en un local de alterne de la localidad soriana de Adradas, en el que los agentes identificaron a dos mujeres de nacionalidad china que ejercían la prostitución contra su voluntad. Desde entonces, los agentes de la UCO se pusieron en contacto con la Policía china. Con ellos se estableció un operativo que investigase la fase previa al traslado de las chicas y la articulación de la red en España. "Esta colaboración es un hito histórico a nivel europeo", considera el comandante Robles.
En el operativo desplegado por la Guardia Civil han colaborado varias ONGs, que ahora ofrecen alojamiento a las 29 mujeres liberadas. A todas ellas se les ofrece la posibilidad de acogerse a un periodo de reflexión que se extenderá durante 90 días. Después podrán solicitar un permiso de residencia y trabajo en España o regresar a su país de origen, procedimiento en colaboración con la embajada y la Policía china. La operación sigue en marcha y la Benemérita no descarta nuevas detenciones a las 29 que ya se han efectuado. Algunos delitos que se les imputa son el blanqueamiento de activos y del dinero procedente de estas actividades ilícitas.