La empresaria alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein es otro de los personajes públicos que aparece en los llamados “papeles de Panamá”. La ex pareja sentimental del rey emérito figura de nuevo ligada a un paraíso fiscal, lo que reabre el debate sobre el origen de su fortuna. Según informa La Sexta, esta vez la empresaria alemana intentó vender acciones de una empresa abierta en Gibraltar a otra compañía radicada en las Islas Vírgenes.

No es la primera vez que los negocios de Sayn-Wittgenstein –pareja sentimental de Juan Carlos I entre 2004 y 2014- arrancan o terminas en territorios opacos o con una tributación reducida. El año pasado, la revista Interviú plasmó la creación de varias empresas vinculadas a la empresaria alemana en la isla de Malta. Poco después, EL ESPAÑOL desveló que la mayoría de las empresas montadas para gestionar el Fondo Hispano-Saudí, en el que Corinna actuaba como asesora, radicaban en realidad en los paraísos fiscales de Jersey y las Islas Vírgenes Británicas. Allí es donde la documentación descubierta ahora  coloca también las sociedades relacionadas con esta nueva operación.

Ni una mención en los registros

Celosa de su privacidad, Sayn-Wittgenstein ha intentado siempre mantener su patrimonio y sus fuentes de ingresos fuera de los focos. Tras su arranque empresarial en una armería y su boda con un noble alemán, comenzó a intermediar con empresas internacionales en operaciones vinculadas con distintos gobiernos. Cuando el rey emérito la conoció, Corinna velaba por los intereses de un importante conglomerado ruso que buscaba comprar una petrolera española.

A partir de ahí, la empresaria pasó a residir de forma intermitente durante diez años en España. Son varias las imágenes en las que aparece como miembro de las comitivas fletadas por la Casa Real en varios viajes oficiales. Según ella misma ha declarado, su papel entonces era el de “asesora” para el rey Juan Carlos. Su figura apareció, por ejemplo, en el cuantioso contrato que varias empresas españolas firmaron para realizar el trazado del AVE a La Meca.

En declaraciones públicas, Sayn-Wittgenstein ha negado siempre haber recibido dinero alguno por sus labores de gestión para el Estado. Sin embargo, sí que cobró como gestora para un fondo impulsado por la Casa Real, en el que se embarcó una veintena de las principales empresas españolas. La idea era crear un fondo de inversión que gestionara las operaciones de multinacionales españoles en Arabia Saudí. En realidad, el proyecto de apariencia pública estuvo promovido por varias firmas de inversión privadas, radicadas en paraísos fiscales y que contrataron como asesora a zu Sayn-Wittgenstein. Tras su cierre, el proyecto sólo reportó pérdidas de 21 millones a los empresarios involucrados.

Ahora, basta con hacer una simple búsqueda por su nombre en los principales registros internacionales para encontrar que, sobre el papel, su actividad empresarial parece haber cesado.

El escondite de ambos en Suiza

Dos años después de la puesta en marcha del fondo, Corinna y el rey Juan Carlos comenzaron a convivir de forma discreta en un dúplex de lujo comprado en Suiza. La vivienda sirvió de refugio a la pareja hasta 2013, fecha en la que Zu Sayn-Wittgenstein puso en venta en inmueble, con el aliciente de que había sido decorado y habitado por el rey Juan Carlos.  Ahora, el empresario que compró la vivienda le acusa de una presunta estafa, al vender como obras de arte valoradas en 200.000 euros productos de consumo común que no alcanzan ni de lejos esa cuantía.

Algunas de sus gestiones de aquellas fechas se trataron por ejemplo en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados. Sin embargo, el secretismo que impera en ese grupo de trabajo parlamentario hace que sea imposible conocer los detalles de sus presuntos trabajos para el Estado. La prensa nacional ha cuestionado también los viajes realizados por la pareja, a través de una empresa de aviones privados que según publicó El Confidencial partía desde el aeropuerto madrileño de Torrrejón de Ardoz. Por su paerte, Sayn-Wittgenstein –ahora asesora personal de Alberto de Mónaco- ha negado de forma reiterada que sus negocios estén en modo alguno fuera de la ley o vinculados directamente a los presuntos negocios del rey emérito.