El Congreso de los Diputados está a favor de que los jóvenes de 16 y 17 años puedan votar. Así lo expresó este martes la mayoría de grupos en la votación de una propuesta formulada por Esquerra Republicana de Cataluña. Sin embargo, la composición de la Cámara baja apenas habría cambiado si los ciudadanos de esa edad lo hubieran hecho, según el análisis que se desprende de los datos disponibles del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
El PSOE, Podemos, ERC, Democracia y Libertad, Compromís e IU expusieron sus argumentos a favor y con sus votos hicieron que la propuesta iniciase su trámite. Se trata de la misma combinación de escaños que Podemos plantea como base para un Gobierno basado en lo que Pablo Iglesias llama la "vía 161". Se trata también de la pesadilla que Pedro Sánchez ha querido conjurar pactando con Ciudadanos, que está en contra de que se rebaje la edad con la que los jóvenes pueden votar. La de este lunes sólo era la toma en consideración de una proposición de ley que debería seguir su trámite en el Congreso, pero es muy probable que no lo haga ante la previsible disolución de las cortes dentro de dos semanas.
"En democracia, uno se defiende de dos maneras, en las calles, los centros y las plazas, y frente a una urna. Queremos ponerles una urna delante y que se expresen", propuso Gabriel Rufián (ERC), partidario de "ampliar la democracia donde sea y con quien sea". "Estamos ante una de las generaciones más contestatarias de nuestra historia", dijo. "Aunque a algunos de ustedes les gustaría que conocieran más Belén Esteban que a Buenaventura Durruti, no ha sido así", exclamó en referencia a la habitual protagonista de los programas del corazón y al sindicalista y anarquista fallecido en 1936, respectivamente.
El resto de grupos a favor desgranó argumentos parecidos para que se les permitiera votar a los alrededor de 860.000 jóvenes entre los 16 y los 17 años. "La mayoría de derechos y deberes se adquiere con 16 años", recordó María González Veracruz (PSOE). Desde poder casarse hasta trabajar o poder ser responsable penal. "Es justamente a esa edad cuando acaban su formación obligatoria", en palabras de Joan Baldoví (Compromís), por lo que deberían poder integrarse en el mundo adulto también votando desde esa edad.
Pero hay otros argumentos, como ensanchar la participación política en tiempos que se suponen de desafección con las instituciones y los representantes. También se lograría un "mayor equilibrio electoral entre los más jóvenes y los más mayores", en palabras de Jaume Moya (En Comú Podem).
Entre los partidarios del no, el PP, argumentando cuestiones jurídicas y Ciudadanos, para quien es prioritaria la reforma de la ley electoral en aspectos como la proporcionalidad (que cada voto pese lo mismo independientemente de los territorios). El PNV se abstuvo porque considera que el asunto tiene que estudiarse mejor. Para Pilar Cortés (PP), la mayoría de edad que fija la Constitución en 18 años se refiere precisamente a los derechos políticos, por lo que habría que modificar la Carta Magna y no sólo una ley orgánica.
Para los partidarios del "no", hay más interés electoral que unas firmes convicciones referentes a la participación política. Los datos no llevan a pensar que el escenario habría cambiado mucho en las últimas elecciones generales del 20 de diciembre, tras las cuales ha sido imposible encontrar una mayoría que invista a un nuevo presidente.
Los ciudadanos de 16 y 17 años son un total de 780.000. Es decir son pocos. Además, es probable que se abstuvieran más que la media, según una extrapolación de los datos del CIS sobre los votantes más jóvenes.