Diputados de ERC, con carteles reclamando rebajar la edad de voto.

Diputados de ERC, con carteles reclamando rebajar la edad de voto. EFE

España CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

Permitir el voto a partir de los 16 años apenas habría alterado el 20D

El Congreso aprueba con votos de PSOE, Podemos, ERC o DiL un texto que decaerá si se vuelve a las urnas.

20 abril, 2016 02:36
Daniel Basteiro Kiko Llaneras

Noticias relacionadas

El Congreso de los Diputados está a favor de que los jóvenes de 16 y 17 años puedan votar. Así lo expresó este martes la mayoría de grupos en la votación de una propuesta formulada por Esquerra Republicana de Cataluña. Sin embargo, la composición de la Cámara baja apenas habría cambiado si los ciudadanos de esa edad lo hubieran hecho, según el análisis que se desprende de los datos disponibles del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

El PSOE, Podemos, ERC, Democracia y Libertad, Compromís e IU expusieron sus argumentos a favor y con sus votos hicieron que la propuesta iniciase su trámite. Se trata de la misma combinación de escaños que Podemos plantea como base para un Gobierno basado en lo que Pablo Iglesias llama la "vía 161". Se trata también de la pesadilla que Pedro Sánchez ha querido conjurar pactando con Ciudadanos, que está en contra de que se rebaje la edad con la que los jóvenes pueden votar. La de este lunes sólo era la toma en consideración de una proposición de ley que debería seguir su trámite en el Congreso, pero es muy probable que no lo haga ante la previsible disolución de las cortes dentro de dos semanas. 

"En democracia, uno se defiende de dos maneras, en las calles, los centros y las plazas, y frente a una urna. Queremos ponerles una urna delante y que se expresen", propuso Gabriel Rufián (ERC), partidario de "ampliar la democracia donde sea y con quien sea". "Estamos ante una de las generaciones más contestatarias de nuestra historia", dijo. "Aunque a algunos de ustedes les gustaría que conocieran más Belén Esteban que a Buenaventura Durruti, no ha sido así", exclamó en referencia a la habitual protagonista de los programas del corazón y al sindicalista y anarquista fallecido en 1936, respectivamente.

El resto de grupos a favor desgranó argumentos parecidos para que se les permitiera votar a los alrededor de 860.000 jóvenes entre los 16 y los 17 años. "La mayoría de derechos y deberes se adquiere con 16 años", recordó María González Veracruz (PSOE). Desde poder casarse hasta trabajar o poder ser responsable penal. "Es justamente a esa edad cuando acaban su formación obligatoria", en palabras de Joan Baldoví (Compromís), por lo que deberían poder integrarse en el mundo adulto también votando desde esa edad.

Pero hay otros argumentos, como ensanchar la participación política en tiempos que se suponen de desafección con las instituciones y los representantes. También se lograría un "mayor equilibrio electoral entre los más jóvenes y los más mayores", en palabras de Jaume Moya (En Comú Podem).

Entre los partidarios del no, el PP, argumentando cuestiones jurídicas y Ciudadanos, para quien es prioritaria la reforma de la ley electoral en aspectos como la proporcionalidad (que cada voto pese lo mismo independientemente de los territorios). El PNV se abstuvo porque considera que el asunto tiene que estudiarse mejor. Para Pilar Cortés (PP), la mayoría de edad que fija la Constitución en 18 años se refiere precisamente a los derechos políticos, por lo que habría que modificar la Carta Magna y no sólo una ley orgánica.

Para los partidarios del "no", hay más interés electoral que unas firmes convicciones referentes a la participación política. Los datos no llevan a pensar que el escenario habría cambiado mucho en las últimas elecciones generales del 20 de diciembre, tras las cuales ha sido imposible encontrar una mayoría que invista a un nuevo presidente. 

Los ciudadanos de 16 y 17 años son un total de 780.000. Es decir son pocos. Además, es probable que se abstuvieran más que la media, según una extrapolación de los datos del CIS sobre los votantes más jóvenes. 

Más simpatía por los nuevos partidos

Los datos del CIS apuntan a que los votantes jóvenes simpatizan más con los nuevos partidos. En el sondeo preelectoral, un 20% de los encuestados entre 18 y 24 años se declaraba votante o simpatizante de Podemos, y un 16,5% de Ciudadanos, frente al 13,8% y el 13,6% de la población general. Solo un 11,2% simpatizaba con el PP, y un 13,8% con el PSOE, frente al 18,6% y el 18,9% de la población general.
Si los más jóvenes votasen, cabe pensar que los beneficiados sería Ciudadanos y sobre todo Podemos. 
No obstante, los efectos seguramente serían pequeños: solo hay 780.000 españoles entre 16 y 17 años, según datos del censo. Representan apenas un 2% del total de electores actuales, que es de 34,4 millones de personas. Además los jóvenes tienden a abstenerse, así que su peso se diluye todavía más.
A partir de estos datos, se puede tratar de estimar los resultados del 20 de diciembre si hubiesen votado los jóvenes de 16 y 17 años. El cálculo es forzosamente aproximado.
Asumiendo que los votantes de 16 y 17 años tienen las mismas simpatías partidistas que los jóvenes entre 18 y 24 años (sobre los que sí hay datos, gracias al CIS) y que su abstención sería similar a la de estos (de un 30,9% probablemente un dato conservador) se pueden obtener algunas indicaciones sobre el sentido del voto y la variación del resultado del 20-D.
Estimación de variación en los resultados del 20-D.

Estimación de variación en los resultados del 20-D. Daniel Basteiro

Como se observa en la tabla, los resultados son prácticamente calcados a los del 20 de diciembre. El PP habría perdido tres décimas y el PSOE una. Podemos habría ganado dos y Ciudadanos una. En esencia, los resultados apenas cambiarían.
¿Por qué el efecto es tan pequeño? Primero, porque los votantes jóvenes son diferentes, pero no absolutamente. El PP tiene menos éxito entre ellos, pero todavía recibiría el voto del 15%. Pero sobre todo el factor es demográfico: los votantes de 16 y 17 años representarían sólo el 2% del total del censo, y un porcentaje aún menor del total de votos, porque es previsible que participaran poco.