El ex asesor de la Casa del Rey, José Manuel Romero, conde de Fontao, reconoció hoy que recomendó a Iñaki Urdangarin a abandonar el Instituto Nóos, tras conocerse públicamente que estaba recibiendo contratos de administraciones públicas. No era propio de un miembro de la familia real este comportamiento pero en ningún caso tuvieron sospechas de un ilícito penal. “No era propio de una asociación contratar con las administraciones públicas. En ese momento y con posterioridad jamás deduje que había una actividad ilícita, sino únicamente inadecuada para el marido de una infanta de España”, recalcó.
Es más, desde que se lanzó esa pregunta parlamentaria en la cámara balear sobre el pago a Nóos con dinero público en 2006, “todavía tuvieron que pasar cinco años para que un juez de instrucción” pensara que había indicios para investigarlo.
“No había la mas mínima sensación de que hubiera el mínimo ilícito penal. Había que controlar la participación de Urdangarin, como en otros casos de la familia real”, explicó durante su declaración como testigo en el juicio por el 'caso Nóos', que se celebra en la Audiencia Provincial de Baleares.
Tras aquella pregunta parlamentaria, en la Casa Real se decidió que se trataba de un asunto de “carácter político que era urgente de corregir” (las consecuencias políticas de esa actividad inadecuada). Así, el conde de Fontao se reunió con Urdangarin y le recomendó que debía abandonar el Instituto.
Asimismo, le explicó que no debía realizar actividades mercantiles. “Le dije que no podía cobrar comisiones por los contactos que tenía. Solo podía cobrar dietas por acudir a consejos de administración; Lo que me parecía mal es que Urdangarin cobrara por su tarjeta, por su persona y no por sus labores”, explicó Romero, a preguntas del fiscal.
Aconsejé que tuvieran separación de bienes
Antes de la pregunta parlamentaria, el conde de Fontao desconocía el Instituto Nóos. Entonces, se dio cuenta que se estaban cobrando por asesorías, y eso debía hacerse a través de una mercantil, y que no estuviera Urdangarin en ella. “¿Le pidieron que rompiera con cualquier relación comercial con Diego Torres?”, le preguntó el fiscal Pedro Horrach. “No. Torres estaba realizando trabajos lícitos. No tenía ninguna duda de los trabajos que estaba realizando”, aclaró.
Después supo que ambos socios, Urdangairn y Torres, había creado la Fundación Areté. Entonces, Romero indicó que esta fundación debía desaparecer porque el marido de la infanta Cristina no podía aparecer como fundador. “Como pasaba tiempo y no hacían nada, asumí la presidencia para extinguirla. Mi finalidad en la entrada de Areté tenía una función concreta. Extinguirla, y de la manera mas rápida y segura, como así se hizo”, indicó.
El conde de Fontao aseguró que antes de 2006, él desconocía las actividades de Urdangarin en Nóos, demás de desconocer la existencia de Aizoon, la empresa que tenía con su mujer, la infanta Cristina de Borbón al 50%, y través de la cual Urdangarin desvió parte de los fondos públicos obtenidos por el Instituto Nóos. “Yo recomendé cuando se casaron que hubiera separación de bienes, como el resto de miembros de la familia real”, espetó.
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