Un 83,1% de los españoles cree que los partidos no deberían recibir la habitual subvención pública con la que financian sus campañas electorales y un 86,8% está en contra de repetir el envío de papeletas y propaganda que inunda los hogares españoles antes de cada cita con las urnas.
Además, seis de cada diez ciudadanos creen que no es necesario que se haga una nueva campaña electoral porque los programas de los partidos ya han sido suficientemente explicados. Esas son las principales conclusiones del sondeo de EL ESPAÑOL sobre la repetición de las elecciones, algo que dejará de ser una posibilidad si no hay un acuerdo que garantice la investidura antes del martes. El estudio, para el que se han hecho mil entrevistas, ha sido diseñado y coordinado por Kiko Llaneras, responsable del área demoscópica de este diario.
El sondeo ilustra con datos una percepción extendida: el previsible fracaso de los partidos a la hora de formar Gobierno conducirá a una nueva campaña que será innecesaria y costosa. Repetir las elecciones podría suponer hasta 192 millones de euros para las arcas públicas, como explicó recientemente este diario. La cifra es el resultado de sumar los gastos logísticos (urnas, seguridad o el recuento, entre otros) y las subvenciones a las formaciones políticas.
Uno de los gastos más voluminosos es el de remitir a los hogares propaganda, papeletas y sobres para animar al voto. Cada partido hace el envío de su información, por lo que muchos buzones acaban recibiendo al menos un puñado de cartas, una por partido. La aplicación de la ley electoral permite que las formaciones que se presentaron al 20-D se hayan ganado el derecho a reclamar 27,1 millones de votos sólo en este concepto. La cantidad de la subvención, cuya mayor parte se recibe a posteriori, se determina por los resultados electorales y la formación de grupos parlamentarios.
Los votantes del PSOE, los más opuestos
De entre las variables analizadas, esos envíos postales son los que generan más rechazo. Los votantes del PSOE son los que se oponen con más contundencia (91%), por encima de Podemos (88%), Ciudadanos y el PP (87%) e IU (83%).
Según Pablo Simón, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III y miembro de Politikon, el envío de millones de cartas no sólo es costoso sino que además puede minar el derecho a que el voto sea secreto. "El envío masivo de papeletas a casa es una práctica francamente extraña y muy poco común en países de nuestro entorno. Permite llevar preparado el voto y puede favorecer las presiones en el ámbito familiar, por ejemplo", explica.
A ese riesgo contribuye también el hecho de que "en muchos colegios no hay suficientes cabinas y las papeletas están a la vista". Es algo que tiende a ocurrir más en zonas rurales y municipios pequeños, donde el votante está más expuesto que en ciudades donde es más fácil elegir de forma discreta.
Un 83,1% de los encuestados cree que no sólo no hay que sufragar esos envíos, sino que no debería subvencionarse el conjunto de los gastos. Incluyen desde la contratación de personal al alquiler de recintos o publicidad en medios de comunicación. Descontados los envíos postales, los partidos que lograron representación en las últimas elecciones pueden presentar justificantes de gastos por un total de 34,9 millones. En total, las subvenciones a los partidos que los encuestados optan por ahorrarse ascienden a 62 millones de euros.
¿Para qué una nueva campaña?
Si las posiciones de fondo de los partidos no han cambiado, ¿debería celebrarse la habitual campaña de dos semanas en la que se amontonan los mítines y actos de todos los partidos? Suspenderla no es posible, porque figura en la ley y no se puede cambiar antes de los próximos comicios. Sin embargo, el Gobierno y varios partidos, en especial el PP, se han mostrado partidarios de reducirla. PSOE, Podemos y Ciudadanos también creen que hay gastos que podrían ahorrarse, pero no han especificado exactamente cuáles ni si lo harían en ausencia de un acuerdo político de las principales fuerzas.
Los datos del sondel de EL ESPAÑOL indican que son los votantes de Ciudadanos los más reacios a la celebración de una nueva campaña, con el 72% en contra. Paradójicamente, sólo el 58% de los votantes del PP están en contra de suprimirla, a pesar de que es desde ese partido y desde el Gobierno desde donde más se ha alimentado el debate. Si se atiende a la edad de los electores, el sondeo dirigido por Llaneras indica que el rechazo a la campaña aumenta con la edad. Un 38% de los encuestados entre 25 y 34 años la suprimiría. A partir de los 55 años, el rechazo aumenta al 71%.
La interpretación del dato tiene muchas aristas. Todo apunta a que la vuelta a las urnas traerá consigo un descenso de la participación. "Así ocurre en los países donde se repiten", explica Pablo Simón. Las peticiones desde los partidos para hacer una campaña discreta también pueden tener que ver con los cálculos sobre la abstención y lo que les beneficie o perjudique. Además, según Simón, ver innecesaria una campaña también puede revelar que "hay muchos votantes que ya tienen decidido su voto" y que por tanto no ven utilidad en el carrusel de mítines.
Ficha técnica
Se han realizado mil entrevistas a partir de un panel online. Netquest ha proporcionado los datos en bruto a EL ESPAÑOL. Kiko Llaneras ha calibrado la muestra y producido las estimaciones. En los próximos días se compartirán los 'microdatos' del sondeo con las mil entrevistas para que cualquier persona interesada —académicos, otros medios, o los propios lectores– puedan usar las cifras para hacer sus propios cálculos o responder otras preguntas.
Trabajo de campo. Entrevistas a partir de un panel online de captación activa (sólo por invitación) certificado con la norma ISO026362. El trabajo de campo lo ha realizado la empresa Netquest.
Tamaño de la muestra. 1.000 entrevistas online obtenidas con cuotas por sexo, edad, provincia, tamaño de hábitat, nivel de estudios y situación laboral.
Ponderación. Los datos brutos han sido ponderados para calibrar por variables sociodemográficas: sexo, edad, hábitat, estudios, situación laboral, y el cruce de sexo y edad. La calibración consiste en aplicar un algoritmo de raking que pondera cada observación —cada uno de los 1.000 entrevistados— para ajustar, a unos valores de referencia, las distribuciones marginales de esas variables en la muestra. Los valores de referencia los hemos tomado de la Encuesta de Población Activa y del Censo Electoral (INE). También hemos ponderado los datos con el mismo proceso para ajustar el recuerdo de voto de la muestra a los resultados de las elecciones del 20 de diciembre de 2015.
Estimación de voto. Para producir las estimaciones de voto hemos usado diferentes modelos. Todos los modelos utilizan datos ponderados por las variables sociodemográficas y para ajustar el recuerdo de voto. algunos modelos de estimación tienen en cuenta también la probabilidad de votar que declara cada entrevistado. El detalle de cada modelo de estimación puede leerse en el artículo correspondiente.
Ámbito. Nacional.
Universo. Población española de 18 años y más.
Error muestral. Para un nivel de confianza del 95,5%, el margen de error de la muestra es del ±3,1%.
Realización del trabajo de campo. Del 18 al 22 de abril de 2016.