En el Partido Popular tienen claro que en la nueva campaña electoral el objetivo a batir es Ciudadanos. Los conservadores quieren recuperar el voto de la derecha que el 20-D se fue para Rivera y lo hará cargando contra el pacto de El Abrazo que firmó con los socialistas. Sin embargo, la dirección nacional se divide en el tono que hay que utilizar para desgastar al líder del partido naranja y conseguir que todo el votante que se fue, vuelva.
En un lado están postulados los que quieren ir “contra Rivera a saco”. En el bando contrario se encuentran los partidarios de “una campaña en positivo sin desfigurar” al contrario para “no insultar a los ciudadanos que le votaron”. Mientras se cierra el tono que se utilizará, Mariano Rajoy contraprograma a Ciudadanos y acude este miércoles a clausurar un acto del PP en Alicante el mismo día que la formación de Rivera convoca en Valencia un acto en defensa de las señas valencianas frente a las injerencias catalanistas.
Ciudadanos ha dado un paso al frente en su política de defensa de las señas de identidad españolas y valencianas, un asunto que históricamente ha pertenecido al Partido Popular. En Cataluña, donde C´s se hizo más fuerte que nunca en las pasadas elecciones del 27 de septiembre, Rivera abanderó el discurso españolista a costa del PP, que cosechó los peores resultados electorales de su historia. Pero en el PP no se dan por vencidos y Rajoy quiere volver a recuperar esa bandera de que España es un país indisoluble para erosionar al partido naranja.
Ciudadanos, en Valencia
Este miércoles, el Comité Territorial Autonómico de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana ha convocado un acto en defensa de la Constitución y el Estatuto de Autonomía en la plaza de Manises, frente al Palau de la Generalitat. Se espera la presencia de la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, entre otros dirigentes. Unas horas antes, Rajoy acudirá a su acto de partido con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. No será el primer acto de campaña, ya que el líder del PP decidió no esperar a la última ronda de consultas del Rey de este martes para intentar formar Gobierno y el domingo dio el pistoletazo de salida a la precampaña electoral en un acto con los jóvenes de su partido en Córdoba.
Entonces, Rajoy defendió su inmovilidad durante estos cuatro meses de negociaciones, “hicimos lo que teníamos que hacer sin caer en la ansiedad”, y atacó sin piedad a Ciudadanos por sentarse en la misma mesa con PSOE y Podemos. “Estoy en forma, con ganas y dispuesto a dar la batalla una vez más”, avisó el presidente del Gobierno en funciones para apaciguar los fantasmas que piden de nuevo la salida del líder para que el PP pueda gobernar.
Críticas contra un posible socio
Sin embargo, en la cúpula del PP saben que la estrategia electoral que está aún por cerrar deberá compatibilizar una dura crítica contra C´s pero sin pasarse de frenada, ya que todas las encuestas vaticinan que tras el 26-J el bloque de derechas rozaría la mayoría absoluta. “Si un partido puede criticarnos nosotros también podemos atacarle, pero siempre de forma positiva. No podemos caer en los errores que caen otros”, aseguran fuentes populares, en una clara alusión al bronco cara a cara que Rajoy protagonizó en campaña con Pedro Sánchez, que le tildó de “miserable” en prime time.
El Partido Popular ha convocado a su Comité Ejecutivo para el 3 de mayo, el día que se habrán disuelto oficialmente las Cortes si un pacto de última hora no lo evita. La plana mayor de los conservadores diseñarán entonces qué estrategia electoral se va a seguir para recuperar el voto perdido y conseguir que los que el 20-D se quedaron en casa salgan a votar el 26-J. Los conservadores apuestan por actos pequeños, en municipios donde el PP siga gobernando, paseos del líder incluidos. “Queremos una campaña sencilla, pegada a la gente”, explica Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación del PP.
La corrupción
Los conservadores son conscientes de que los casos de corrupción que asolan a su partido es otro fantasma a abatir. Desde la dirección nacional del partido se ha lanzado el argumentario de que “la corrupción es cosa de personas, no de partidos”, para intentar levantar un muro entre altos cargos acorralados como Rita Barberá y las siglas que intentan defender.
Sobre la posibilidad de que Ciudadanos vuelva a pedir la cabeza de Mariano Rajoy a cambio de mantener la gobernabilidad, los conservadores tienen claro que no cederán. “Es nuestro candidato, y si vuelve a ganar será la tercera vez que consigue vencer en unas elecciones. ¿Quién es Albert Rivera para decirle a los 7 millones de españoles que han depositado su confianza en Mariano Rajoy que no le gusta?”, se preguntan en alto, antes de amenazar que podría mantenerse un bloqueo como el actual si Rivera se enroca en destronar a Rajoy.