El rey ha comunicado hoy al presidente del Congreso, Patxi López, que tras reunirse con los líderes políticos, no va a proponer ningún candidato a la investidura al constatar que "no existe un candidato que cuente con los apoyos necesarios" para que el Congreso de los Diputados le otorgue su confianza. De esta forma, el monarca pone fin a la legislatura y las elecciones del 26 de junio son ya inevitables. La convocatoria oficial será anunciada el 3 de mayo en el BOE.
La Casa del Rey ha facilitado una nota en la que explica que el Monarca ha evaluado "la información que le han trasladado los representantes designados por los grupos políticos" con representación parlamentaria a los que ha recibido entre ayer y hoy.
Remarca el comunicado que Felipe VI no propone a ningún candidato "a los efectos de los previsto en el artículo 99 de la Constitución", que en su apartado 5 prevé que el Rey "disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones" si transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación de investidura ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso.
¿Todavía se pueden evitar las elecciones?
A pesar de que el rey ha constatado hoy que no hay acuerdo para formar gobierno y todo se encamina hacia la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, el plazo legal para la investidura no expira hasta el próximo lunes 2 de mayo lo que, en teoría, un acuerdo in extremis aún es posible.
Para ello, haría falta que se propusiera un candidato este miércoles -algo ya descartado-, de modo que el presidente del Congreso, Patxi López, pudiera convocar un pleno de investidura para 48 horas después, el viernes 29 o como muy tarde el sábado 30 de abril.Previamente, López debería reunirse con Felipe VI para que diera curso al decreto en el que se propondría al candidato a la investidura y, con el decreto en la mano, reunir a la Junta de Portavoces del Congreso para acordar los detalles de ese pleno de urgencia.
Con ese escenario, la primera votación de investidura -en la que el candidato a presidente del Gobierno necesita mayoría absoluta del Congreso- debería producirse el sábado 30 de abril.Ello obligaría a que los portavoces parlamentarios fueran especialmente rigurosos con los tiempos de intervención en la tribuna, de forma que esa votación no se fuera más allá de las doce de la noche del sábado.
Eso, siempre y cuando el candidato no tenga asegurada la mayoría absoluta de la Cámara, circunstancia altamente improbable.Sólo así daría tiempo para que se pudiera convocar una segunda votación 48 horas después, el lunes 2 de mayo, en la que el hipotético candidato sólo necesitaría mayoría simple -más votos a favor que en contra- para ser investido jefe del Ejecutivo.