Esta semana el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó una nueva estimación de voto, pero también una detallada encuesta sobre los resultados del 20 de diciembre. Datos interesantes ahora que vamos de nuevo a elecciones. A continuación descubrimos qué electores logró seducir cada partido según su edad, su educación o su nivel de renta.
El primer gráfico muestra el porcentaje de votantes que logró cada partido en diferentes grupos de edad, tamaño de municipio y sexo.
(Podemos incluye a sus confluencias)
La división más clara es la brecha generacional. Los partidos nuevos son más exitosos entre los menores de 44 años, mientras que PP y PSOE tienen electorados envejecidos. El PP logró un 31% de votantes declarados entre los mayores de 54 años, pero apenas el 11% entre menores de 34. Casi lo contrario que Podemos, del que se declaran votantes un 35% de los menores de 35 años, pero solo un 11% de los mayores de 54 años.
También se observan diferencias notables por sexo. El PSOE es el único partido con más votantes mujeres que hombres. Los partidos nuevos tienen un perfil más masculino, en especial Podemos, del que se declaran votantes 13 hombres por cada 10 mujeres.
EL VOTO DE CLASE
El gráfico siguiente muestra el porcentaje de votantes declarados que tuvo cada partido entre diferentes clases sociales y niveles educativos.
Podemos y Ciudadanos fueron mucho más exitosos entre gente con estudios superiores. No es una sorpresa porque sus votantes viven en ciudades y son más jóvenes. El PP y el PSOE tienen un electorado más viejo y con menos estudios.
Hay también diferencias por clase social, de acuerdo con la clasificación del CIS. El PSOE parece haberse convertido un partido de clase: es exitoso entre gente con menos formación y entre clases obreras. Ciudadanos destaca por sus apoyos entre clases medias asalariadas, medias-altas y altas. El PP tiene el perfil de clase más transveral, pero con una singularidad: domina entre las viejas clases medias que forman autónomos, comerciantes y propietarios de pequeños negocios. Por último, Podemos tiene un perfil en forma de "U": pelea con el PP para ser la segunda fuerza entre las clases obreras, pero a la vez es el partido preferido entre las clases medias-altas y altas.
EL VOTO DE RICOS Y POBRES
Para completar la fotografía anterior, el siguiente gráfico muestra el apoyo de cada partido entre distintos niveles de renta familiar.
El PSOE es el partido más exitoso entre todas las rentas por debajo de los 1.200€ al mes. El PP tiene un comportamiento similar, con menos éxito entre las rentas muy bajas y algo más de éxito de las medias hacía arriba.
Podemos y Ciudadanos, en cambio, han sido mucho más competitivos entre rentas más altas. Ciudadanos tiene el perfil más claro: entre los votantes con ingresos familiares inferiores a los 900€ apenas consigue el 5% de votos, mientras que para rentas entre 2.400€ y 4.500€ logra casi el 18%. Podemos, por su parte, es el partido más votado entre quienes declaran unas rentas familiares más altas, entre 2.400€ y 4.500€, o superiores.
Analizar estos datos exige cierta cautela. Primero, porque un 34% de los encuestados no sabe o no declara sus ingresos familiares. Entre esos, un 20% votaron al PP, un 14% al PSOE, un 11% a Ciudadanos y un 8% a Podemos.
Además, tampoco debemos exagerar las diferencias de renta entre partidos. Hemos visto que Podemos y Ciudadanos son los más exitosos entre quienes declaran rentas muy altas, pero eso no significa que sus votantes sean mayoritariamente de rentas altas. No es así.
En el gráfico se observa que PP y PSOE tienen un perfil de votantes con menos renta que Podemos y Ciudadanos. Las diferencias son claras. Pero siguen siendo pocos los votantes de Podemos y Ciudadanos que declaran ingresos superiores a los 4.500€ (un 15% y un 19%, respectivamente).
UNA RADIOGRAFÍA LABORAL
Los datos por situación laboral dibujan un cuadro matizado: todos los partidos tienen simpatizantes entre parados, jubilados, ejecutivos y obreros. No obstante, en cada colectivo dominan ciertos partidos.
Podemos tuvo un enorme apoyo de estudiantes. Podemos también destacó por su éxito entre parados y obreros, pero no convenció a trabajadores domésticos ni jubilados. Ciudadanos destacó por su éxito entre los asalariados. Además logró imponerse al PP y el PSOE entre los estudiantes. En cambio, fue poco exitosos entre parados, trabajadores domésticos y jubilados. El PSOE consiguió buenos apoyos de parados, obreros, pensionistas y trabajadores domésticos. Pero poco entre el resto de trabajadores y estudiantes. El PP fue el partido preferido por los pequeños empresarios, autónomos, pensionistas y trabajadores domésticos.
LA EDAD, LA BRECHA DECISIVA
Todos estos datos dibujan un cuadro complejo de la relación entre partidos y votantes. Más matizado del que mucha gente tiene en su cabeza. Los partidos no son una coalición monolítica de electores, y no pueden serlo, porque no existe una única característica que nos defina a cada uno.
Pero la encuesta del CIS sí confirma dos transformaciones del electorado en nuestro país. La primera es un efecto nuevo-viejo. Los partidos tradicionales —PP y PSOE— han conservado muchos votantes en los pueblos, entre personas con pocos estudios y con menos ingresos. También entre clases obreras y entre la vieja clase media de comerciantes, autónomos y pequeños propietarios. En cambio, los partidos nuevos se han demostrado fuertes en las grandes ciudades, entre personas con más estudios y rentas más altas.
La segunda transformación es la brecha generacional. El PSOE y el PP tienen electorados envejecidos, mientras que Podemos y Ciudadanos han logrado atraer a electores jóvenes, o que transitan entre la juventud y la madurez.
Los partidos tradicionales han podido resistir porque los votantes mayores de 45 años son mayoría —un 58% del total—, pero el tiempo juega en su contra. Hay otro dato del sondeo que debería preocuparles. Preguntados por los motivos que decidieron su voto, un 21% de los votantes del PP y un 37% de los del PSOE respondieron que su principal razón fue una muy simple: porque siempre votan a esos partidos. Para los partidos con tradición, esa fidelidad es un tesoro… pero uno menguante.
Nota. Por concisión, en este texto a veces uso el término «votante» para referirme a las personas que declararon su voto al ser entrevistados por el CIS. Es importante tener en cuenta que no todo el mundo declara su voto. De los entrevistados que afirman haber votado el 20 de diciembre, un 10,9% prefirió no declarar su voto, un 21,9% dijo haber votado al PP, un 19,5% al PSOE, un 20,1% a Podemos, un 12,3% a Ciudadanos.