Podemos e Izquierda Unida están a punto de cerrar su alianza electoral. Gracias a su acuerdo, ambos esperan asestar el sorpasso al PSOE en esta "segunda vuelta" que se celebra el 26 de junio. Las formaciones que dirigen Pablo Iglesias y Alberto Garzón saben que en estas elecciones se juega una gran batalla en la izquierda española.
Los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado viernes apuntan a que Podemos compensaría su pérdida de apoyos respecto al 20-D gracias al pacto con IU/Unidad Popular. Y, al menos en porcentaje de votos, superarían a Pedro Sánchez y los suyos. Más allá de las encuestas, lo cierto es que los seguidores de Iglesias y Garzón creen que si hacen una buena campaña electoral, pueden conseguirlo.
Varias fuentes de Podemos explican a EL ESPAÑOL que, más allá de lo que digan los sondeos, el sorpasso al PSOE es posible. Para ello, basan su crecimiento en su alianza con Izquierda Unida/Unidad Popular. Gracias a este acuerdo esperan crecer en votos y en escaños en Andalucía, Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana. Todas las peleas electorales del 26-J son decisivas, pero especialmente en estas cuatro comunidades autónomas, por motivos tanto numéricos como simbólicos.
Andalucía, clave para la confluencia
Como ya publicó EL ESPAÑOL, si se hubiera dado una alianza entre Podemos e IU el 20-D, dicha coalición habría cosechado más representación en el Congreso. En concreto, hasta 14 escaños más. En las pasadas elecciones ambos partidos lograron, por separado, 71 diputados (69 de Podemos y sus confluencias; 2 de IU). Con la confluencia y los mismos votos, habrían llegado hasta los 85 diputados. De las catorce provincias donde hubieran sumado otro diputado, cuatro son andaluzas: Granada, Málaga, Jaén y Sevilla.
En Podemos, donde por supuesto manejan estos datos, consideran, además, que en Andalucía se librará la batalla más dura de la izquierda española el 26-J. Esta comunidad es el principal baluarte del voto del PSOE. En las elecciones generales de diciembre, los socialistas fueron una vez más los más votados, con 1,4 millones de votos y 22 escaños. Podemos, en cambio, logró 749.000 sufragios y solo 10 diputados. La candidatura de IU, por último, llegó a 256.000 votos, pero no obtuvo representación.
Los dirigentes de Podemos en Andalucía, con Teresa Rodríguez a la cabeza, son quienes más defienden la necesidad de una confluencia con IU. El sector de Anticapitalistas mantiene estrechas relaciones con quienes dirigen IU allí. Pero, más allá de sus relaciones personales, que no sirven para cosechar votos, unos y otros creen que la confluencia será decisiva. Podemos se moverá más en las ciudades e IU aportará su enorme implantación en los municipios más pequeños. Y entre ambos esperan lograr un resultado clave el 26-J. No creen que puedan ganar al PSOE, pero sí recortar considerablemente su ventaja.
Madrid, la plaza simbólica
La pelea en Madrid siempre es especialmente importante por lo simbólico de esta plaza electoral. En las pasadas elecciones generales, Podemos se aupó hasta la segunda posición, con 750.000 votos que les sirvieron para obtener ocho escaños, solo por detrás del PP. La candidatura de Alberto Garzón quedó en quinto lugar, con 189.000 votos y los dos únicos escaños de IU/Unidad Popular en el Congreso.
Es evidente, por tanto, que en esta circunscripción la suma de ambas opciones puede servir al partido de los círculos para consolidar su puesto por delante del PSOE, que quedó en cuarta posición con 643.000 sufragios. Cuestión distinta es que la coalición entre IU y Podemos pueda obtener más diputados. Pero, como se ha dicho, se trata ante todo de una batalla simbólica.
A repetir éxito en Cataluña
Quizás el mayor éxito de Podemos el 20-D se produjo en Cataluña. Gracias a la alianza con En Comú, la formación de Ada Colau, ganaron las elecciones, con 12 escaños y la friolera de 927.000 votos. Además, allí sí se consiguió la confluencia con IU. Los datos hablan por sí solos y son incontestables. El reto para el 26-J es repetir esas cifras.
En Podemos consideran que pueden conseguir reeditar la victoria. Colau es uno de sus principales activos electorales, como quedó claro en la pasada campaña. Además, consideran que su defensa de que se celebre un referéndum de autodeterminación puede servirles para arañar más votos. Y, aunque no lograsen más apoyos, al menos dan por hecho que estarán por encima del PSOE.
La corrupción como palanca en Valencia
Las fuentes consultadas también dan por hecho que la confluencia entre Podemos e IU puede crecer también en la Comunidad Valenciana. Allí, como ya ha adelantado EL ESPAÑOL, se reeditará la confluencia con Compromís. En Podemos creen que pueden aprovecharse tanto del enorme tirón que tiene el partido de Mónica Oltra como del desgaste que puede sufrir el PP por los últimos casos de corrupción conocidos.
El 20-D la alianza entre Podemos y Compromís logró 9 escaños y 671.000 votos, solo por detrás del PP (11 y 837.000). Unidad Popular llegó a los 111.000 sufragios y se quedó sin representación. La suma de los tres partidos de izquierda puede, por tanto, ser incluso la más votada. Aunque allí, como en el resto de España, todo dependerá de una de las campañas electorales más inciertas en la historia de España.