En una extensa declaración prestada bajo secreto en junio de 2015, cuando David Marjaliza decidió confesar los hechos relacionados con la trama de corrupción Púnica y colaborar con la Justicia, el empresario desmintió que, como se ha dicho, fuera amigo de Francisco Granados desde la infancia. Le conoció en la época de Alianza Popular, pero discutieron y no tuvieron mucho contacto hasta que Granados ascendió a la alcaldía de Valdemoro (Madrid) en 1999, cuando rehicieron sus relaciones.
Una vez ya en la alcaldía, "Paco nos juntó a Ramiro Cid Sicluna [otro constructor de la zona] y a mi para que hiciéramos las cosas juntos. Creamos una sociedad, Servicios Patrimoniales de Obras y Vías, con Ramiro, yo y la mujer de Ignacio Palacios, que era el jefe de gabinete de Granados y era el porcentaje de éste, el 20%. Granados nos dijo que nos iba a ayudar".
"Comprábamos suelo con el dinero que poníamos Ramiro y yo. Era suelo rústico que se recalificaba", señaló Marjaliza, que indicó que luego se repartían las parcelas, las vendían o hacían promociones y se repartían las ganancias.
"¿Era Granados el que señalaba por dónde se movía el lápiz a la hora de la planificación urbanístia?", le preguntó el instructor. "Sí", contestó el empresario, que añadió que Cid y él les decían a los propietarios del suelo rústico que "si lo compramos nosotros el lápiz entra por aquí. Y si no, no entra".
Según Marjaliza, antes de entrar en esa negociación con los dueños del suelo se reunían con Granados para llegar a un acuerdo sobre la zona que iban a promocionar.