La familia de Pablo Ibar: "No hablamos de optimismo ni pesimismo; hablamos de determinación"
Cándido Ibar, padre del español condenado en Florida, se siente en el "aire" tras saber que su hijo saldrá del corredor de la muerte.
17 mayo, 2016 17:20Cándido, padre de Pablo Ibar, se siente "en el aire". Son 22 años en los que su hijo ha estado más cerca de la muerte que de la vida, condenado a la pena capital en Florida por un crimen que, asegura, nunca cometió. Tras este tiempo, el padre no es capaz de hablar "de optimismo ni de pesimismo": eso sólo cabe cuando hay lugar a la duda. Pero sí de "determinación". Porque Pablo abandonará próximamente el corredor que debía llevarle a su final para afrontar un nuevo juicio por aquel caso.
- ¿Ha podido hablar con su hijo?
- No, no...
- ¿Habla a menudo con él?
- No podemos, no está permitido. Sólo su abogado.
- ¿Y por carta?
- Sí, por carta sí.
A Cándido Ibar le cuesta contenerse ante una noticia que lleva esperando desde aquel juicio en el que Pablo fue condenado a muerte. "Cuando me levanté para escuchar el veredicto, vi que en la hoja que sostenía la presidenta del jurado estaba señalado 'culpable'. No me hizo falta escucharlo. Me di la vuelta, miré a mi padre y le dije: se me acabó la vida", contaba el único español condenado a muerte en el mundo, en un artículo reciente publicado en EL ESPAÑOL.
El Tribunal Supremo de Florida ha desestimado este martes el recurso de la fiscalía por la anulación de la condena a muerte de Pablo Ibar. Si todos los procedimientos son correctos, el español abandonará el corredor de la muerte en unas dos semanas, y será trasladado a un nuevo espacio penitenciario a la espera de que se celebre el nuevo juicio.
El padre de Pablo no sabe cuándo volará a Estados Unidos. La fecha del nuevo juicio todavía está por determinar. "Hablamos de meses -explica-, y ojalá sea pronto, porque para mi hijo, cada día, es muy largo". Por el momento, Cándido no ha hablado con Tanya, la mujer de Pablo.
"Un viaje en el tiempo"
"Ahora mismo nos encontramos en el mismo punto que al principio, pero 22 años después". Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar y amigo de la familia, señala que la decisión del Tribunal Supremo de Florida supone "un viaje en el tiempo": "Tenemos que repetir el juicio, reunir pruebas, presentarlas... Es volver a empezar, sólo que en la actualidad".
La situación en la que ahora mismo se encuentra Pablo Ibar es la de "acusado, con presunción de inocencia", explica Krakenberger. Lo que el tribunal tratará de dirimir es si el español participó en el asesinato de tres personas en junio de 1994: Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers. Las cámaras de seguridad captaron a dos encapuchados. A uno de ellos, en un gesto, se le filmó el rostro.
Aquella prueba valió para que un jurado popular, con votos a favor y tres en contra, condenase a muerte al español. En el juicio, su abogado, Kayo Morgan, atravesaba los peores momentos de una depresión, hasta el extremo de suspender el procedimiento en dos ocasiones. Morgan, tratado con ansiolíticos, llegó a estar detenido por agredir a una mujer. Incluso, Ibar y su abogado coincidieron esposados en alguno de los pasillos de las cortes de Florida. "En ese momento me dije: estoy acabado", apuntó el español.
Campaña de recogida de fondos
Pero los costes para afrontar un nuevo juicio son excesivos para la familia de Pablo Ibar. Cuando presentaron un recurso ante el Tribunal Supremo de Florida -que recibió una respuesta negativa en 2006-, pusieron en marcha una campaña de recogida de fondos rudimentaria: pidieron ayuda a amigos, consiguieron subastar la obra de algún artista y organizaron algunos actos benéficos. Todo, para alcanzar los 350.000 dólares que les supuso aquel recurso.
En 2012 se resolvió otra petición presentada por la familia, esta vez en el mismo tribunal de Florida que ya condenó a Pablo Ibar por primera vez y también con resultado negativo. De nuevo, otros 350.000 dólares. En esta ocasión contaban con algunos fondos facilitados por el Gobierno Autonómico Vasco, por los Presupuestos Generales del Estado y por el Gobierno guipuzcoano.
Ahora, el Tribunal Supremo de Florida ha admitido la petición de la celebración de un nuevo juicio -movimiento que le ha costado al entorno de Ibar 200.000 dólares-. Pero estos costes no terminan aquí: con la celebración de un nuevo juicio, la familia pretende contratar a un equipo de abogados expertos en la materia, que contribuyan a la liberación del español. Se estima que, en esta ocasión, los gastos rondarán los 1,3 millones de dólares, de los que llevan la mitad recaudado. La campaña de recogida de fondos la coordina la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar.