Las bases de la CUP han votado este domingo a favor de que el partido “se libre” del pacto de estabilidad con Junts pel Sí (JxS) que apuntala el proceso soberanista en el Parlament. El acuerdo firmado el pasado enero obligaba a los anticapitalistas a apoyar a la coalición de ERC y CDC en las votaciones relacionadas con la secesión. La militancia de la CUP, sin embargo, ha dejado ahora en el aire este pacto de estabilidad si el Govern de Puigdemont no evidencia gestos de ruptura con el Estado.
El rechazo de la CUP es una desavenencia más en el bloque soberanista. Un bloque que desde que empezó la legislatura ha evidenciado dificultades para proyectar un mensaje unitario y dejar de lado las fricciones entre sus distintos actores. Si bien el independentismo todavía cuenta con mayoría absoluta en el Parlament, existen cuatro factores que muestran que el proceso soberanista yace sobre un soporte poco firme.
1. El pacto con la CUP, en el aire
Lo que las bases de la CUP han votado este domingo es una enmienda a su ponencia política. Esta enmienda emplaza al partido a “librarse” del acuerdo de estabilidad parlamentaria que firmaron con JxS en enero al pactar la investidura de Carles Puigdemont. La resolución votada por las bases considera que el partido debe abandonar ese pacto “para poder ejercer su función de dinamizador de la ruptura independentista”. La misma enmienda apuesta por situar la desobediencia en el centro de la actividad de la formación.
A pesar de que desde el partido no se ha concretado en qué se traducirá esta decisión, el pacto entre JxS y la CUP ha resultado incómodo para ambos grupos desde que empezó la legislatura. En el Parlament la CUP no ha demostrado ser un actor nada dócil y ha puesto caro su apoyo en todas las votaciones que ha habido hasta la fecha. “No creo que el papel de los diputados [de la CUP] cambie de la noche a la mañana”, ha matizado Xavi Generó, miembro del secretariado del partido. Ha explicado, sin embargo, que su partido no se quedará “atado de pies y manos a un pacto de estabilidad”.
Dentro del partido anticapitalista han ido creciendo las voces que creen que la CUP se está “institucionalizando” demasiado y apuestan por volver a su perfil más vinculado a la calle y las protestas sociales. La enmienda aprobada este domingo ha vuelto a demostrar que este sector es mayoritario en la formación.
2. Sin presupuestos
La resolución votada por las bases de la CUP también pone en entredicho la aprobación de los presupuestos de la Generalitat. La enmienda emplaza a los diputados a no apoyar ningunas cuentas que no planteen la “desobediencia” al Estado y a los mercados financieros. La resolución aprobada también reclama que se reviertan todas las privatizaciones y recortes.
Los diputados de la CUP han repetido durante estos meses que el pacto de estabilidad no les obligaba a aprobar las cuentas a JxS, pero la coalición independentista sabe que sólo puede contar con los 10 diputados anticapitalistas para aprobar los presupuestos. Rotos los puentes con el bloque constitucionalista, a JxS no le quedan más opciones para hacer unas nuevas cuentas.
La decisión sobre la aprobación de los presupuestos, sin embargo, no la tomará toda la militancia sino que se resolverá en una reunión de Consejo Político y el Grupo de Acción Parlamentaria, tal y como se hizo para decidir si se investía a Artur Mas.
3. La tensión entre ERC y CDC
La inminente campaña electoral para las elecciones generales ha hecho aflorar las divisiones existentes entre ERC y CDC, enfrascados ambos en una lucha por ser el partido hegemónico del independentismo. La decisión de CDC de convertirse en una nueva formación política no asusta de momento a ERC. El partido de Junqueras no se ha quemado por ningún escándalo de corrupción y en las pasadas generales consumó su sorpasso a los convergentes.
El “espectáculo” -como lo calificó Artur Mas- que han supuesto las diferencias en el Govern sobre la subida del IRPF ha demostrado que existen dos almas en el Palau de la Generalitat. Tanto Mas como el candidato para el 26-J, Francesc Homs, no escatimaron en críticas a la formación republicana el sábado pasado y es previsible que el tono de los reproches aumente durante las próximas semanas. Desde CDC se intentará explotar la idea de que ERC no ha querido que el independentismo se presentara unido a las nuevas elecciones generales.
4. Los problemas en la ANC
Las aguas también bajan revueltas fuera de los pasillos del Parlament. La Assamblea Nacional Catalana (ANC), principal movilizadora de la sociedad civil independentista, no ha conseguido cerrar la crisis que se abrió con las elecciones al Secretariado Nacional.
Por segunda vez consecutiva, el Secretariado ha elegido este fin de semana a Jordi Sánchez como presidente sin que haya sido el más votado en las elecciones. El llamado “sector crítico” no ha conseguido imponer su voluntad en la organización y la ANC adoptará un perfil continuista bajo el mandato de Sánchez.
Está por ver cómo aceptará el soberanismo la presidencia de Sánchez, acusado en varias ocasiones de actuar al dictado de CDC y de haber diluido el perfil propio de la ANC después de que varios de sus miembros se integraran en la lista de JxS.