Gorka Maneiro, el actual portavoz del partido Unión Progreso y Democracia, pidió "mucho antes" de que se disolvieran las Cortes una reunión con algún portavoz de los cuatro grandes partidos con mayor representación parlamentaria: Partido Popular, PSOE, Podemos y Ciudadanos. El objetivo era compartir "los problemas que tiene España y los españoles", comenta el propio Maneiro. Sin embargo, solo el PP ha aceptado esa reunión con el líder del partido que fundó Rosa Díez.
Maneiro ha sido convocado este lunes por la tarde en la sede nacional del PP, en la madrileña calle de Génova, para mantener una cita con la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal. El portavoz del partido magenta quiere compartir con el partido con más representación parlamentaria sus propuestas para transformar el país. "Queremos transmitir también qué opinamos sobre la situación de ingobernabilidad que sufre el país y qué pensamos sobre estos cuatro meses de legislatura fallida que hemos sufrido".
El líder de UPyD reconoce que su partido se puso también en contacto con altos cargos de PSOE, Podemos y Ciudadanos, pero "en su momento nos dieron largas. No querían reunirse con nosotros, ni siquiera Albert Rivera", critica el político.
Gorka Maneiro (San Sebastián, 1974) es el nuevo líder de UPyD desde principios de abril, tras ser elegido portavoz de un partido que está prácticamente al borde de la extinción desde que Rosa Díez y otros fundadores, como Carlos Martínez Gorriarán, lo abandonaran el pasado febrero abogando por su desaparición. UPyD ni siquiera consiguió un escaño el 20D. Sin embargo, tras la legislatura fallida los nuevos líderes que pilotan el partido quieren volver a intentar conseguir entrar en el Parlamento, donde Rosa Díez estuvo ocho años bajo las siglas de la marea magenta.
La crisis abierta en la formación magenta ha impulsado al parlamentario vasco a la cabeza de una organización, creada tan solo hace nueve años, que en las últimas convocatorias electorales ha perdido toda su fuerza y presencia institucional. Las sucesivas derrotas cosechadas en 2015 la han convertido en residual, desalojado de las Cortes y de todos los parlamentos autonómicos, excepto del vasco - donde no habido elecciones- y se han llevado consigo a sus principales referentes; el último de ellos el abogado Andrés Herzog, que dimitió de portavoz a raíz de los malos resultados del 20-D, donde UPyD se dejó casi un millón de votos y obtuvo sólo el 0,61% de los sufragios.