La apuesta más cara de los jóvenes: la ludopatía se dispara en el juego online
- Tras sólo cuatro años de regulación es la segunda causa de tratamiento por adicción al juego.
Juan (nombre ficticio) lleva ya dos años sin jugarse ni un euro. Sus ojos, sin embargo, se ponen llorosos cuando recuerda sus peores días de adicción a las apuestas deportivas online. “Menos el trabajo, lo perdí todo”, recuerda con la voz rota. “La pareja, la familia, amigos...”. La historia que describe es la de un rápido descenso al abismo de la ludopatía. Un camino repleto de mentiras a sus allegados, créditos para costear su adicción y 50.000 euros dilapidados en la red en pocos años. “Empecé apostando en partidos del Barça y acabé metiendo dinero en la liga húngara”, reconoce avergonzado.
Juan atiende a EL ESPAÑOL en la Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge (Barcelona). Le acompaña Susana Jiménez, psicóloga y responsable de esta unidad que se dedica a estudiar y tratar todo tipo de casos de ludopatía. “En 2005 los casos de adictos al juego online suponían el 0,5% de nuestros pacientes”, explica Jiménez en su despacho. “Ahora suponen ya el 14% de los que atendemos y es la segunda causa de tratamiento por adicción al juego en España”.
Es inevitable sentir vértigo cuando este adicto rememora sus años de apuestas. “Jugaba durante todo el día y cuando llegaba la noche también me quedaba apostando, en vez de ir a dormir con mi pareja”, detalla. Juan recuerda como, a la que llegaba el verano, se veía obligado a pedir créditos de 3.000 o 4.000 euros para poder pagarse las vacaciones. “¿Cómo iba a explicarle a mi pareja que no podíamos irnos a ningún lado con el sueldo que tengo?”, se pregunta. Más adelante llegaron las trampas financieras. “Devolvía cada mes el recibo del alquiler para tener un poco más de margen para apostar”, añade arrepentido. Después de años fingiendo consiguió mostrar a su hermana el problema que sufría y pidió ayuda. “Dejar de mentir fue el alivio más grande que he tenido”.
Desde que se reguló en junio de 2012, el juego online no ha dejado de aumentar en España hasta el punto que sólo las tragaperras le hacen sombra a la hora de crear nuevos ludópatas. Cada vez se apuesta más dinero, cada vez juega más gente y cada vez las casas de apuestas gastan más en publicidad. En junio de 2012 -primer mes con datos disponibles- se apostaron casi 272 millones en Internet. En marzo de este año fueron casi 924 los millones apostados en esta plataforma. También han aumentado exponencialmente los jugadores activos: 2015 acabó con 3.3 millones de jugadores. 2015 finalizó con casi 4,9 de apostadores activos en la red. “Durante los últimos 6 meses sólo he atendido a pacientes de juego online”, expone Francesc Pereandreu, exludópata y presidente de ACENCAS, una asociación de Barcelona de ayuda a los adictos al juego.
24 horas apostando
“Anonimato, accesibilidad, apuesta pequeña, poco control… el juego online tiene un potencial muy adictivo”, argumenta Juan Lamas, director de FEJAR, otra asociación de ayuda a la ludopatía. Todos los expertos consultados coinciden en señalar los riesgos que conlleva la posibilidad de poder apostar durante toda la jornada sin someterse a ningún control social. “Puedes jugar 24 horas al día, desnudo en la cama o sin moverte del sofá”, añade Francesc Pereandreu. “Te conviertes en un jugador invisible que ni siquiera juega con dinero real ya que todo va a través de la tarjeta”.
“Internet tiene unas características de inmersión, de desconexión del entorno y de falsa sensación de comodidad que le da unas características concretas”, opina Jiménez, la psicóloga del Hospital de Bellvitge. Esta profesional explica que la posibilidad de jugar continuamente también incide en el tiempo necesario para desarrollar una adicción. Si en el juego presencial se necesitan entre cinco y seis años apostando para engancharse, en el juego online basta con uno o dos. “Si comparamos un jugador presencial y uno online, durante el mismo tiempo el segundo ha contraído muchas más deudas”, narra esta psicóloga, que asegura que a su unidad le han llegado jugadores con pérdidas de hasta 200.000 euros en la red.
A pesar de los múltiples estudios y opiniones de expertos que señalan en esta dirección, desde la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) se niega que el juego online sea más peligroso. “No tenemos constancia de que esto sea así”, explica un portavoz. “Nuestros estudios indican que el jugador con problemas apuesta a varios tipos de juego a la vez”.
La vulnerabilidad de los menores
“Un mayor de edad se registra, le damos dinero, lo pone en su cuenta y jugamos por turnos”. Así muestra un grupo de chavales de cuarto de ESO lo fácil que les resulta pasarse la tarde jugando al póker online. Si bien reconocen que apuestan cantidades muy bajas -10,20 euros a la semana- a estos jóvenes se les ve realmente entusiasmados con la posibiliad de
apostar dinero durante el fin de semana.
“La prevención ante los menores está muy mal diseñada”, indica Francesc Pereandreu, que asegura que otra manera que tienen los menores de burlar el límite de edad es mediante el DNI de sus padres. “Tenemos una pandemia a nivel juvenil y cada vez vienen más menores a pedir tratamiento”. Jiménez también coincide en señalar el peligro de las apuestas entre los menores y cuenta que en su unidad de Bellvitge han llegado a tratar a pacientes de tan sólo 14 años.
Pereandreu también denuncia que la regulación de tragaperras online en las que no se juega con dinero va dirigida a los menores. “Estos juegos tienen la intención de enseñar a jugar a los más jóvenes y crear futuros clientes”, detalla. En la DGOJ, no obstante, niegan esta posibilidad. “Resulta cuestionable que un juego en el que se elimina su atractivo principal -ganar dinero- esté diseñado para fidelizar clientes”, responde el portavoz.
El peligro de la publicidad
La publicidad para el juego presencial está prohibida en España. Las casas de apuestas y de póker online, sin embargo, sí pueden hacer anuncios en nuestro país. Quienes anuncian las apuestas, además, suelen ser prescriptores con mucho éxito entre los jóvenes: el tenista Rafa Nadal y los futbolistas Cristiano Ronaldo y Neymar anuncian webs de póker. El Real Madrid ha lucido durante años una casa de apuestas deportivas en su camiseta. La lista es larga.
Ningún profesional que trabaja con ludópatas entiende por qué está permitida la publicidad del juego en internet. “La administración está fomentando la ludopatía”, afirma Pereandreu. “Cuando un ejemplo del esfuerzo diario como Rafa Nadal anuncia una web de póker, quiere decir que tenemos un problema”, añade Juan Lamas. El director de la FEJAR añade que los pacientes de este tipo de apuestas aumentaron “exponencialmente” a partir de que empezaron los anuncios de casas de apuestas.
Lamas, Pereandreu y Jiménez coinciden en el efecto nocivo que tiene la publicidad en los más jóvenes. “Es un hecho demostrado que muchos empezaron a jugar tras ver un anuncio”, afirma la psicóloga de Bellvitge. Otros van más allá y afirman que esa publicidad va directamente dirigida a los menores. Así lo sostiene María José Solé, doctora en sociología, miembro del grupo de expertos del Comité del Audiovisual de Cataluña y especialista en publicidad en menores. “Existen estudios fuera de España que indican que tanto por las melodías como por sus protagonistas estos anuncios van dirigidos a los más jóvenes”, comenta por teléfono. “Está prohibido jugar hasta los 18 pero por otro lado les venden el juego como una actividad saludable y sofisticada”. Esta socióloga catalana considera que, mientras se vende esta imágen de “entretenimiento aceptable”, se pasa por alto los posibles efectos nocivos que pueda tener. “No olvidemos que hablamos de jóvenes en una etapa de desarrollo y construcción de su identidad personal”.
El pastel de los anuncios
En marzo de 2016 las operadoras de apuestas online invirtieron casi 13 millones en anuncios en medios y webs. El total de 2015 en ese concepto fueron 83 millones. Este dinero es mucho mayor si se le suman los patrocinios y los bonos que se ofrecen para captar a nuevos clientes.
La legislación española reconoce el efecto que tiene esta publicidad en los menores y prohíbe que se anuncien casas de apuestas en horario infantil para protegerlos. Esa prohibición, sin embargo, excluye los eventos deportivos en directo. De esta manera y gracias a esta excepción, las casas de apuestas pueden anunciarse en pleno horario infantil a pesar de reconocer en su código de autoregulación que deben proteger a los menores. María José Solé afirma que a esa excepción en la normativa se la conoce en el sector como la “ley Florentino”, en alusión a las presiones que hizo el presidente del Madrid para así poder llevar una casa de apuestas en su camiseta.
Tanto detractores de esta publicidad como empresarios del sector reconocen en privado que los grandes grupos mediáticos presionaron al Gobierno para que permitiera anunciar casas de apuestas en sus páginas. En la DGOJ, no obstante, dicen no tener constancia de que esto fuera así.
EL ESPAÑOL agendó una entrevista con Alejandro Landaluce, presidente de CEJUEGO, una de las patronales de casas de apuestas en España. Después de hablar con él y remitirle las preguntas por correo electrónico, una empresa de comunicación se puso en contacto con este periódico para explicar que, finalmente, Landaluce no podría atendernos hasta de aquí 20 días como mínimo. Tras el aplazamiento de CEJUEGO se contactó el viernes con la Asociación Española de Juego Digital y no fue posible obtener ningún comentario hasta el lunes. En la Confederación Española de Empresarios del Juego (COFAR), rechazaron participar en este reportaje ya que ellos sólo se dedican al juego presencial.
En la DGOJ, por su parte, consideran “positiva” la publicidad del juego online. “La aparición de personajes conocidos no parece relevante siempre que se atenga a unos parámetros responsables”, responde un portavoz. Preguntado por la inclusión de esos anuncios en horario infantil, responde que se permiten “para reconducir la demanda al entorno legal”.
Un nuevo perfil de jugador
La imagen de Juan no liga con la del ludópata que tenemos en la cabeza. Tiene aspecto saludable, es joven, futbolista amateur y cuenta con un buen trabajo y una nómina más que decente. Su aspecto de hombre de clase media-alta puede sorprender a quien espere a un ludópata de bar y tragaperras, que todavía suponen el mayor número de adictos al juego en España.
La llegada de la red ha traído a un nuevo tipo de ludópata. La mayoría son hombres, tienen estudios, un buen trabajo y cada vez son más jóvenes. Hasta hace poco los jugadores empezaban de media a los 28 años a apostar. Ahora esa media está ya en los 18 años, según aseguran varios de los expertos consultados.
“Los ludópatas de juego online tienen un estatus socioeconómico más elevado”, describe Jiménez. “Vemos cómo afecta a gente que en un principio dirías que no tiene ningún problema”. Francesc Pereandreu señala en la misma dirección: “Tienen entre 18 y 30 años y muchos son chavales brillantes”.
Otro de los factores diferenciales es su noción de que pueden controlarlo o incluso vivir de ello. "Leía mucho sobre el asunto y pensaba que si me formaba podía ganar dinero con esto", recuerda Juan. "El póker por ejemplo, es un mundo que atrae mucho por su glamour y sus grandes campeonatos", añade la psicóloga Jiménez. "Muchos pacientes nos cuentan que compraron libros antes de empezar a jugar y que ganar era cuestión de estar informado".
Después de tres cuartos de hora contando su historia, a Juan se le ve exhausto. Explica orgulloso que este año se ha comprado una bici y ha podido irse de vacaciones. “Esto me hubiese parecido imposible hace dos años”, señala. “Ahora miro atrás y veo que fui un enfermo”.