Albert Rivera está satisfecho porque este domingo ha terminado la primera semana de precampaña con un cierto ascenso en dos encuestas: Metroscopia en El País le da un 16,6% y Kiko Llaneras en EL ESPAÑOL el 15,4% (44 escaños, 4 más que el 20-D). Sigma-Dos en El Mundo le otorga un 14%, una décima más de votos que equivalen sin embargo a 37 escaños. El incremento en las dos primeras es liviano pero suficiente para que el equipo de C's se intuya decisivo para formar gobierno el próximo 26-J.
Aunque el centro -C's y PSOE- se ve debilitado por la polarización de PP y Podemos, para el equipo de C's la diferencia entre ambos partidos es enorme: menos escaños el 26-J para la formación naranja carece del dramatismo que supondría para el PSOE. Tras la fusión IU/Podemos, C's se ve ahora como el único partido emergente con capacidad para regenerar España. El juego para los naranjas está ahora entre el "inmovilismo" de Mariano Rajoy, el "indeterminismo" de Pedro Sánchez y el "populismo" de Pablo Iglesias.
Exige un gran Pacto Nacional por la Educación
En Córdoba, bañado en sudor, Rivera ha formulado ya una primera exigencia a ese Gobierno que cree capaz de aupar en Madrid como lo hizo en Andalucía con el PSOE: un gran Pacto Nacional por la Educación que acabe con casi 40 años de bandazos según quien gobierne. Además de educación pública de 0 a 3 años, ese acuerdo que será un sine qua non ha de incluir también el inglés como idioma obligatorio además del castellano y del cooficial.
Este ha sido su primer acto público en Córdoba, donde en apenas un año el crecimiento de C's sido exponencial. De 11 personas en torno a Isabel Alvar han pasado a casi mil afiliados. A pesar del calor asfixiante, la plaza de las Tendillas (el equivalente cordobés a la Puerta del Sol, donde celebran la llegada del año nuevo) se ha llenado e incluso han faltado sillas. Bajo la estatua del Gran Capitán, Rivera ha hablado durante media hora sobre ese modelo naranja de gobierno que impera en Andalucía y que quiere exportar a Madrid: el que les llevó a abstenerse en dos ocasiones mientras se alargaba la espera de Susana Díaz hasta que Chaves y Griñán no abandonaran sus escaños."Entonces nos tomaron por locos, ahora se ha visto que teníamos razón", ha dicho Rivera.
En la plaza había curiosidad. Era la primera vez que lo veían en directo. A algunos, Rivera les ha parecido de aspecto "más aniñado" que en televisión. Otros han destacado su manera "clara y directa" de hablar. Los menos lo han encontrado "clínico" en una tierra ardorosa como Andalucía. Su llegada al mitin ha coincidido con el paso de una procesión del Corpus: Rivera ha aprovechado esa escena típicamente del sur para alabar la capacidad de los andaluces de sentirse españoles al mismo tiempo: "Ojalá lo viviéramos igual en toda España".
Como teloneros han actuado Raquel Morales (coordinador territorial); Juan Marín (portavoz Andalucía) y Marcial Gómez (diputado nacional por Córdoba). En esta campaña, a diferencia de la anterior tachada de presidencialista, el equipo de C's quiere dar cancha a gente que ya ha conseguido una cierta popularidad en el Congreso. Este sábado, José Manuel Villegas, mano derecha de Rivera, dio un mitin en Pamplona. El próximo jueves, Miguel Gutiérrez (diputado por Madrid) irá a Logroño. Marta Martín, Luis Garicano y Toni Roldán son otros de los políticos naranjas que se verán más a lo largo de la campaña que empieza en la noche del 9 de junio.
El objetivo ahora es atraer a ese porcentaje de votantes del PP y del PSOE que acabarán votando por C's. Según las encuestas, hasta un 8%. Esa cifra podrá compensar a ese 10% de votantes de C's que también calculan las encuestas podrían emigrar al PP debido al efecto "susto o muerte" que dice Rivera: refugiarse en los populares debido al miedo a que gobierne la izquierda en España.