Manuela Carmena miró hacia arriba y así recorrió la mitad de la cancha de baloncesto de Tetuán. Con la vista casi en el techo fue estrechando las manos de los jugadores de la Selección. Medio metro más arriba le sonreían Rudy Fernández, Mirotic o los Gasol. "Orgullosa de sus huéspedes" -preparan las olimpiadas en Madrid-, les deseo suerte y celebró que elijan "estas instalaciones antiguas, pero bien conservadas" para entrenar.
Y de repente, los regalos. La camiseta con el 1 de Manuela y un balón plateado firmado por toda la plantilla. Se puso la elástica del revés, "para que se vea", y lanzó la pelota a Scariolo nada más terminar la rueda de prensa. Un pase tras otro. Pero Carmena no probó fortuna. La regidora no sólo dejó pendientes los tiros libres en el parqué de Tetuán. Pasado su primer año de Gobierno, le quedan varias canastas por encestar.
La operación Chamartín se eterniza
Es un clásico en la agenda, una tarea siempre pendiente. La prolongación del Paseo de la Castellana lleva enquistada más de veinte años. BBVA se ofrece a invertir 6.000 millones de euros en Madrid, lo que supondría la creación de 120.000 puestos de trabajo. El banco tenía un plan pactado con las tres administraciones implicadas: Fomento, Comunidad y Ayuntamiento, pero llegaron las elecciones y el Ejecutivo de Carmena puso sobre la mesa su propio proyecto.
La rebaja de la edificación y la primacía de la inversión pública sobre la privada no gusta al resto de implicados y la obra no tiene fecha de inicio. El concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo, incluso ha reconocido que no habrá acuerdo antes de fin de año. De momento, Carmena no ha logrado el consenso necesario.
Los errores de la Memoria Histórica
La alcaldesa de Madrid prometió aplicar la ley de la Memoria Histórica. En un principio, fue la delegada de Cultura, Celia Mayer, la encargada de borrar los vestigios del franquismo y la exaltación de la dictadura de las calles de la capital. Entonces, llegaron los errores. Se derribaron monumentos en entornos BIC sin contar con el permiso necesario y se retiró por error una placa en homenaje a unos carmelitas fusilados en 1936. También tacharon de franquista a un empresario vallecano y acusaron a Demetrio Zorita de bombardear Guernica, pero el piloto no había aprendido a conducir aviones en aquella fecha.
Entonces, Carmena decidió 'externalizar' la gestión. La encomendó a un Comisionado capitaneado por Paca Sauquillo, pero en su primera propuesta, el PP descubrió algunos errores o puntos de vista polémicos: han pedido quitar las distinciones a Arias Navarro, pero no a Carmen Franco, por poner un ejemplo.
El "fraude" de la participación
Uno de los ejes de las medidas de Carmena pasa por "la participación ciudadana". Sin ir más lejos, el equipo de Gobierno sometió a consulta ciudadana 60 millones del próximo presupuesto. Los ciudadanos deciden, y el efecto es vinculante. Entonces llegaron las críticas. Tan sólo 46.000 madrileños -en una ciudad de casi cuatro millones- se implicaron en la votación.
A pesar de la furgoneta amarilla que Ahora Madrid paseó por los distintos barrios, la participación se quedó ahí, lo que llevó a PP y Ciudadanos a calificar de "fraude" la propuesta. Carmena no ha conseguido promover la participación que tanto valora, aunque su concejal de Participación insiste en que las cifras son buenas.
El fantasma del edificio España
El segundo hombre más rico de China quiere invertir en Madrid. Se hizo con el edificio España y proyectó levantar un complejo hotelero en la mítica estructura de ladrillo. Hasta ahí, todo en orden. Pero el edificio España no es una construcción cualquiera. Su carácter de edificio protegido -sólo parcialmente- impide derrumbar su fachada.
Las relaciones entre el Consistorio y Wanda -la empresa asiática- no fluyen y no se ha conseguido forjar un acuerdo. Jianlin ya ha anunciado su intención de vender la infraestructura, lo que alejaría de Madrid los puestos de trabajo previstos para el complejo hotelero. La venta es complicada porque Wanda pagó en su día 265 millones de euros y ¿quién quiere comprar un edificio cuya obra es casi imposible?
Los 'soviets', el futuro incierto
El debate sobre el estado de la ciudad quedó empañado por la filtración de las intenciones de Carmena: instaurar en Madrid la figura del "gestor de barrio", "los círculos de custodia ciudadana" y "los jurados vecinales".
Aguirre acusó a la alcaldesa de querer implantar un "comisariado político" y Cifuentes los llamó "extemporáneos e ilegales".
Con el objetivo de "dinamizar la participación ciudadana", la alcaldesa considera que algunos vecinos voluntarios podrían mediar para evitar judicializar temas como las molestias por ruido. También pretende nombrar "gestores de barrio" que coordinen toda esta estructura de control paralela a la Policía municipal que se prevé instalar en toda la ciudad. Incluso podrían ser los vecinos quienes controlen la suciedad y los vertidos arrojados por el resto.
Riña de gatos con el PSOE, su socio
La entrada de los socialistas en el Gobierno ha sido durante toda la legislatura un titular a punto de escribirse, hasta que llegó la última semana de campaña del 26-J. El PSOE se 'reveló' contra los anuncios electorales de Carmena, que la Junta Electoral acabaría prohibiendo.
Se paralizó la promoción de la bajada del IBI, el anuncio de la operación Calderón, el plan Madrid Recupera y una campaña de apoyo al emprendimiento. En este punto, la portavoz socialista, Purificación Causapié, acusó a Carmena de hacer "ejercicios de cinismo" y de "ensuciar la imagen del Ayuntamiento con fines electoralistas".
Aunque los dos partidos siguen votando en la misma dirección en la mayoría de cuestiones, la entrada en el Gobierno no parece una posibilidad y no tener un socio fiable podría darle un susto a Carmena en los referendos importantes.