Este sábado, 9 de julio del 2016, quedó marcado en la historia del toreo con la muerte del diestro Víctor Barrio a los 29 años en la Plaza de Toros de Teruel. Una cornada limpia y certera cruzó su pecho de lado a lado. Es el primer torero muerto en el ruedo desde aquel lejano 1985. Por aquel entonces era José Cubero Sánchez, "El Yiyo", quien se iba a los 21 años por una cornada en la espalda que le atravesó directamente el corazón.
Inmediatamente a la muerte del torero se fueron sucediendo las condolencias a la familia del fallecido, pero también hubo quien lo celebró.
Mientras el cadáver de Barrio yacía inerte y frío, un buen número de individuos festejaba su muerte en las redes sociales. Una avalancha de opiniones encuadradas en 140 caracteres invadió Twitter durante toda la tarde. Y lo sigue haciendo.
Estos tuits y otros similares fueron respondidos por muchos otros usuarios de la red social indignados frente a las actitudes exhibidas ante la muerte del torero. Por lo pronto, la Fundación Toro de Lidia ha decidido respaldar a la familia del diestro con las acciones legales emprendidas este mismo lunes.
Pero... ¿pueden quedar impunes frases como las que estos días se están profiriendo en contra del torero recién fallecido? ¿Tienen alguna trascendencia legal? Hasta la era de las redes sociales apenas quedaba constancia de todas estas frases, cuya visibilidad hoy en día es mucho mayor. Joaquín Muñoz, director del departamento de tecnología y propiedad intelectual del despacho de abogados Ontier en Madrid, asegura que en cada comentario es preciso entrar a comprobar si se produce o no un delito. "Podrían encontrarse delitos de incitación al odio y a la violencia, también calumnias e injurias", explica Muñoz.
La Fundación Toro de Lidia se va a encargar de la actuación ante los tribunales en el caso de Víctor Barrio. Nació hace un año, en otoño de 2015, con el fin de englobar a buena parte del mundo de los toros en España, como una especie de paraguas que les acogiera a todos. Es la única organización que da voz al mundo del toro. Carlos Núñez, su presidente, asegura que desde dentro no están llevando nada bien todo lo que está sucediendo. "Víctor era una bellísima persona, de una madurez impropia de un chaval de 29 años. Un excelente torero, además, con gran proyección. Todo esto nos llena de dolor y de rabia".
Detectando injurias
Tras los comentarios que han aparecido estos días, desde la fundación lo tienen claro: intentarán aclarar si en alguna de esas afirmaciones ofensivas existe delito contra el honor del torero o su familia. "Desde la fundación se va a hacer todo lo que, en derecho, sea posible para que estas reacciones injuriosas y calumniosas no queden impunes".
La Fundación Toro de Lidia nació con la pretensión de promocionar la fiesta y proporcionar defensa jurídica a muchos que nunca habían tenido ni voz ni voto. Una defensa jurídica que en los últimos tiempos se viene centrando en los comentarios que aparecen por Internet en relación a los toreros. "Hace tiempo que en las redes sociales se vienen vertiendo insultos generalizados hacia las actividades taurinas por parte de gente que no da la cara. Y el caso se agrava todavía más cuando está de cuerpo presente Víctor", lamenta Núñez.
Agresividad en las redes
Desde la Fundación creen que en las redes sociales todo se hace mucho más mediático y los mensajes se transmiten con mayor facilidad. "Pero en el fondo no estamos ante un problema de la tauromaquia sino de la sociedad española, en la que algunos no respetan las normas de convivencia. Esto es especialmente doloroso ahora porque uno de los nuestros ha caído", argumenta. El torero, para Núñez, es el verdadero héroe del siglo XXI. Y más el propio Barrio. "Nadie hoy en día tiene y representa valores morales y éticos ante la vida".
Para muchos, la sociedad ha cambiado en gran medida su percepción sobre el animal y el hombre. "Equiparan al animal con el ser humano. A nivel personal, no entiendo esa obsesión de grupos animalistas por acabar con la tauromaquia cuando hay problemas mucho más importantes desde el punto de vista medioambiental", explica Núñez.
Las cuentas de Twitter desde las que han ido surgiendo esos mensajes están siendo examinadas por el despacho de abogados Cremades y Calvo Sotelo, que se encarga de la asistencia jurídica de la Fundación Toro de Lidia. Desde el bufete, José Miguel Soriano está llevando ya el caso. Para Soriano, las redes sociales están generando un fenómeno completamente nuevo en España. "Esta corriente no es que sea antitaurina, es que es delictiva. Sobre todo pueden incurrir en delitos de injurias y calumnias".
Los posibles acusados podrían ser condenados de diversas formas. Las penas podrían ir desde multas de 6 a 14 meses en casos de injurias graves y con publicidad.
Pese a los múltiples beneficios comunicativos de las redes sociales, los problema que generan son bastante serios para Soriano. "Los usuarios, a veces, aprovechan el anonimato. En esto se ha notado un auge, de forma que la utilización de las redes de forma masiva está dando lugar a que se cometan más delitos de este tipo. El problema no son las redes, sino sus usuarios", argumenta el abogado.
Las redes sociales actúan casi siempre como un potente altavoz que lo multiplica todo. Su formato, su estructura cambiante y la apariencia efímera que adquiere hace que la cantidad de opiniones que se cuelgan parezcan perderse en un mar virtual como una gota en el océano. Sin embargo, no es así como suceden las cosas en realidad. "Creo que hace falta una labor didáctica. Lo que antes una persona podía decir en voz alta en un bar tiene hoy un altavoz mayor", asegura Muñoz. En Internet, aunque parezca que no, queda constancia de todo. "Si se profiere verbalmente ese insulto o amenaza, es más complicado tener la evidencia. En cambio, con la colaboración de la red social es más fácil probar que esa persona profirió esa amenaza".
Es significativo que algunos de los mensajes ofensivos ya han sido borrados por sus autores. Sin embargo, otros tuiteros se han encargado de realizar capturas de pantalla para que quede constancia de las frases contra Barrio. Otros como Frank de la Jungla han manifestado su desacuerdo con estas opiniones vertidas en las redes sociales.
Quizás la humanidad tuitera, a fin de cuentas, no esté del todo perdida.