Dos ordenadores machacados- un Apple y un Toshiba- y una acusación judicial de encubrimiento le han estallado a Mariano Rajoy en su semana más crucial. Justo este martes, cuando Felipe VI ha empezado a recibir en La Zarzuela a los líderes políticos, la jueza Rosa María Freire ha procesado al PP como persona jurídica y a tres empleados del partido- la tesorera Carmen Navarro, sucesora de Bárcenas; el abogado Alberto Durán y el informático José Manuel Moreno- por destruir los ordenadores en los que Bárcenas presumiblemente guardaba la información sobre pagos de donantes y sobresueldos.
La decisión judicial, cubierta de tintes nixonianos- en 1974, el presidente Richard Nixon tuvo que dimitir tras intentar encubrir el caso Watergate- se ha conocido cuando ya habían pasado por el monte de El Pardo Pedro Quevedo (Nueva Canarias), Isidro María Oblanca (Foro Asturias) y Ana Oramas (Coalición Canaria). “La justicia tiene sus tiempos. Hay que respetar las decisiones judiciales y que paguen los que tengan que pagar”, ha dicho al respecto Javier Esparza, presidente de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y socio electoral del PP, a su regreso por la tarde del encuentro con Felipe VI.
La sombra de Bárcenas, que ha vuelto en el momento políticamente más inoportuno, ha ratificado la posición de Ciudadanos: Albert Rivera ya acusó a Rajoy durante la campaña de estar personalmente involucrado en la corrupción al haber recibido 434.000 euros de sobresueldo a lo largo de los años en los que Bárcenas fue tesorero. “En el partido hay gente que nos está pidiendo que cambiemos la abstención por el no”, ha explicado Miguel Gutiérrez, secretario general del Grupo Parlamentario de Cs a EL ESPAÑOL. “La realidad es que este el primero caso de una serie que empezará a sustanciarse a la vuelta del verano, empezando por el juicio a Bárcenas a partir del 4 de octubre”.
PREOCUPACION DEL REY
Según Gutiérrez, el PP tiene “pánico” a situaciones como la provocada por la decisión judicial de este martes. La respuesta oficial del PP ha sido la de anunciar que interpondrá un recurso contra la intención de la juez de procesar penalmente al partido y a esos tres empleados. El argumento del PP es que el auto se basa en la “creencia acrítica” de las palabras de Bárcenas, “que no ha podido acreditar que los ordenadores contuvieran información de ningún tipo”. En privado, el PP amplía esta línea argumental: Luis Bárcenas intenta manchar al mayor número de personas posibles para tapar sus vergüenzas y justificar sus millones en Suiza.
El PSOE: "El PP destruye pruebas"
Por su parte, el PSOE considera que el auto judicial sobre el ordenador de Bárcenas demuestra que "el PP encubre y destruye pruebas. Estamos ante un asunto de extrema gravedad, puesto que el partido del gobierno en funciones se ha dedicado a obstaculizar la labor de la Justicia, y lejos de ayudar a esclarecer el caso, está haciendo todo lo posible para encubrir actividades irregulares ligadas a su financiación", dicen fuentes socialistas.
Los cinco líderes que han pasado este primer día de consultas por Zarzuela - el último ha sido Alberto Garzón (IU)- han coincidido en describir al rey como “serio” y “preocupado”. Oramas ha matizado que ve “consciente del estado anímico de los ciudadanos y de la inacción de los partidos políticos”. Creen también que este jueves no se podrá avanzar demasiado en la investidura de Rajoy porque éste no ha negociado ni un ápice desde el 26J. Para Garzón, la decisión judicial de este martes es la “constatación de que el PP es una trama de corrpución que se presenta a las elecciones”.
En el comité de dirección que el PP celebró el martes por la mañana, Rajoy no desveló en ningún momento a su cúpula si durante el fin de semana que pasó descansando en Galicia mantuvo algún tipo de contacto con los líderes de PSOE y C´s, de quien depende para poder ser reelegido presidente. Por no decir, ni siquiera adelantó a su equipo qué le va a comunicar al Rey el jueves, cuando el monarca cierre con él la ronda de consultas que empezó este martes con todos los líderes políticos con representación parlamentaria. El PP insiste en que tienen que ser los socialistas y los de Ciudadanos quienes tienen la obligación de cambiar el sentido de su voto para, por fin, desbloquear la situación de ingobernabilidad actual.
OPTIMISMO INFUNDADO
Pese a que todos los indicios apuntan a que Mariano Rajoy llegará el jueves con el único apoyo de sus 137 diputados, en el PP dicen que ven la botella "medio llena" y confían en que algunos de esos contactos -que nadie conoce- dé sus frutos. En el PP hay una fe ciega en que en los dos días que quedan hasta que se cierren las consultas, Sánchez o Rivera reconsiderán su postura y facilitarán la investidura del presidente del Gobierno en funciones. Lo esperan incluso sin que el PP lance una oferta de última hora irresistible para Sánchez o Rivera.
Lo que ocurrirá el jueves es un enigma: con respecto a si el líder del PP aceptaría el encargo del Rey de someterse a una investidura para que el reloj hacia las terceras elecciones empiece a correr, en el PP cierran filas en torno a su líder. Afirman que de ninguna de las maneras quiere ir al Parlamento a estrellarse como lo hizo Sánchez. Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación, recordó tras la reunión de la dirección con el presidente que “a Mariano Rajoy no se le ha encargado nada y no tendría ningún sentido valorar lo que no se le ha encargado. No hay ningún mandato ni comunicación. El debate de investidura no es un debate de la nación. Lo lógico para ir es tener los votos suficientes”.