Mariano Rajoy todavía no pierde la esperanza de volver a ser presidente del Gobierno aunque PSOE y Ciudadanos no se lo van a poner nada fácil. El líder del PP aceptó el jueves el encargo del rey para formar gobierno pero con condiciones: se comprometió a abrir un período de reflexión para intentar recabar los apoyos que necesita para sacar adelante una investidura, pero en ningún momento afirmó que pedirá la confianza del Parlamento si no le adelantan el respaldo previamente la mayoría de los diputados. Con este movimiento, Rajoy solo pretende presionar a sus rivales políticos vendiéndoles que el candidato designado por el rey es él y que todos tienen que hacer un esfuerzo por reconducir la situación de ingobernabilidad que atraviesa el país.
Menos de 24 horas después de convertirse en el candidato oficial de Felipe VI para formar Gobierno, Mariano Rajoy se puso en contacto con Pedro Sánchez y Albert Rivera para concertar sendas reuniones cuanto antes. El secretario general del PSOE se verá con el presidente del Gobierno en funciones el martes a las 11.30 en el Congreso de los Diputados. La cita con Albert Rivera será el miércoles a las 9:30 de la mañana, también en la Cámara Baja. Tras citarse con Sánchez y Rivera, el líder del PP, que ha estado durante todo este fin de semana en Moncloa, mantendrá una reunión con el comité de Dirección para valorar qué hacer. Tras ese encuentro de partido, Mariano Rajoy podría comparecer ante los medios para anunciar si finalmente se presentará a la investidura o si por el contrario renuncia a hacerlo.
Ni Sánchez ni Rivera se han negado a verse con el candidato, pero ambos tienen claro que su posición de salida, la abstención de C's y el 'no' del PSOE, es inamovible. Tampoco Rajoy ofrecerá a sus rivales una oferta "irresistible" de última hora que sea imposible de rechazar. Volverá a ofrecerles el programa que ya les vendió tras el 26-J. Unos puntos "que son negociables, no es un contrato de adhesión". Sin embargo, ni PSOE ni C's quieren firmar "el programa del PP".
La candidatura de Rajoy
Cuando Mariano Rajoy cerró el jueves la ronda de contactos con el monarca, la oposición en bloque pensaba que el líder del PP volvería a declinar la oferta del rey, si es que Felipe VI le proponía ser el candidato. Sin embargo, el político gallego volvió a dar un golpe de efecto aceptando el reto pero poniendo condiciones. Nadie en el panorama político entendió que dijera que sí pero en el fondo fuera “tan irresponsable de dejar en el aire que no se presentará sin apoyos. Deja al rey vendido”, critican en la bancada de la oposición.
En la formación de Albert Rivera afean que Mariano Rajoy haya aceptado el encargo del rey única y exclusivamente “para que nadie ponga en duda su candidatura. Ahora es el candidato propuesto por el rey, cuando nosotros proponíamos un gobierno en coalición con un presidente de consenso. Dijimos que nos movíamos del 'no' a la abstención solo por desatascar la situación, pero que nunca votaremos que sí a una candidatura de Mariano Rajoy. Y no la votaremos”, añaden.
El no del PSOE
Los 85 diputados del PSOE se mantienen en una posición todavía mucho más dura y no salen ni un milímetro del 'no'. Pedro Sánchez lo dejó muy claro el jueves, tras verse con el monarca: los socialistas no pueden apoyar al candidato que quieren echar. En el seno del partido critican la contundencia con la que los populares han pedido su respaldo porque Rajoy “es el candidato del rey”. El vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, recordó el viernes que “votar que no a Rajoy es votar que no al rey”. Una afirmación que sentó como un jarro de agua fría en Ferraz, donde todavía tienen muy presente “que los 123 diputados que el Partido Popular tenía en la legislatura pasada votaron que no a la investidura de Pedro Sánchez en febrero. Y también era el candidato del rey”.
La presión ahora recae sobre la figura de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que es la persona que tiene potestad para convocar la sesión de investidura para que el reloj de la democracia empiece a contar. Expertos constitucionalistas ya reconocían el viernes a EL ESPAÑOL lo importante que es que esta figura sea “una persona neutral e independiente”. Todo el arco parlamentario critica que la exministra de Fomento, íntima amiga de Mariano Rajoy, “pondrá la fecha que mejor le convenga al candidato, que es su amigo. No lo va presionar lo más mínimo aunque la Constitución sea firme y diga textualmente que el candidato propuesto por el rey tiene que presentar su programa en el Parlamento”.
La abstención técnica global
Para que Mariano Rajoy se someta a una sesión de investidura antes de que finalice agosto, Ana Pastor debería hablar con él esta semana para cerrar cuanto antes la fecha para el pleno que pondrá en marcha el reloj democrático. Sin embargo, el líder del PP quiere primero tomar el pulso a sus rivales políticos para valorar la predisposición que tienen a cambiar su postura y acceder a facilitar su investidura. En el Partido Popular ya han asumido que solo gobernarán con los 137 diputados que tienen en el Parlamento. “Pero para gobernar hay que sacar adelante una investidura”. Por no aceptar, los rivales políticos tampoco quieren pactar una abstención técnica global para que la legislatura empiece a rodar. Todos se resisten a hablar de terceras elecciones, pero si nadie da su brazo a torcer, parece imposible que se puedan evitar.