La casa de lujo en Marbella controlada por los sobrinos del espía Francisco Paesa y otros fiduciarios gracias a una empresa en Luxemburgo, quedó sin inscribir en los registros españoles como medida de prevención contra el blanqueo de capitales. En contra de la versión aportada por la abogada Beatriz García Paesa a EL ESPAÑOL, la escritura de la vivienda refleja la advertencia textual de que el inmueble, valorado en 1,2 millones de euros, no sería inscrito debidamente en el registro al carecer de la documentación necesaria que identificara en España al propietario.
"La parte compradora no me acredita haber obtenido su correspondiente NIE ni el de su representado, por lo que de conformidad en lo dispuesto en el artículo 6 de la ley 36/2006 de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal, le advierto de su deber de acreditar dicho número para dejar constancia en esta escritura", dejaba por escrito el notario marbellí Fernando Alcalá. "Les hago saber que de conformidad con el artículo 254 de la Ley Hipotecaria [...] no se practicará ninguna inscripción en el Registro de la Propiedad de títulos cuando no consten los números de identificación fiscal de los otorgantes". Y no se practicó.
Ocho años sin aparecer en el registro
El pasado 31 de julio , EL ESPAÑOL desveló que los sobrinos del espía Francisco Paesa controlaban desde 2008 por medio de una sociedad en Luxemburgo una vivienda de lujo en Marbella. Sin embargo, de cara a la administración española, la casa estaba escriturada todavía a nombre de la promotora. Como consecuencia de esta omisión, si un juzgado o cualquier otra institución pública buscaba por ejemplo los bienes controlados en España por Beatriz García Paesa -investigada por la Audiencia Nacional- o cualquiera de las sociedades a las que representa, esa propiedad nunca aparecería.
Puesta en contacto con este diario, la abogada afincada en Luxemburgo tachó de "falsa" la información, negó ser la propietaria del inmueble y aseguró actuar en representación de un cliente. García Paesa rechazó además cualquier voluntad de que la casa permaneciera oculta y explicó que la ausencia de datos en el registro español es obra de "un error u olvido del notario que escrituró la compraventa, o de su oficina notarial o de la gestora encargada de tales gestiones. Tenían todos los datos necesarios para hacer la misma y no sabemos por qué razón ésta no fue realizada debidamente".
Una versión diametralmente opuesta a la que refleja la documentación publicada ahora por EL ESPAÑOL.
De hecho, el punto octavo de la escritura expedida en 2008 en Marbella, titulado, "no presentación - comunicación", explicita que tanto la sociedad administrada por García Paesa -representada en ese acto por otro abogado luxemburgués- como la vendedora del inmueble renunciaron de forma expresa a que el documento fuera comunicado al "registro de la propiedad competente", ni por "comunicación telemática" ni por medio de sistema de información central del Consejo General de Notarios, conectado directamente con el sistema informático de los registradores de la propiedad. Es decir: que tanto unos como otros renunciaron a que el notario enviara de forma automática los documentos.
232.119 euros de una segunda empresa
En cualquier caso, la casa de 173 metros cuadrados está escriturada a nombre de una sociedad llamada Alza Imo Invest. Según el registro de Luxemburgo, la mayoría de las acciones está a su vez en manos de una nueva empresa de servicios fiduciarios, una firma de testaferros profesionales llamada Interconsult y que -según publicó El Confidencial- figura también en la red de sociedades investigada por la Audiencia Nacional en el caso Defex, donde se encuentra investigada la abogada García Paesa. En la empresa propietaria de la vivienda, la abogada mantiene solo una acción en su poder frente a las 1.449 que se inscribieron a nombre de la empresa fiduciaria.
Pese a figurar con un titular distinto en España, la finca de Marbella desvelada por EL ESPAÑOL ha sido ya investigada por la justicia extranjera. Y queda rastro documental en nuestros registros. El 8 de octubre de 2015, el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer número 1 de Marbella solicitó al Registro de la Propiedad la inscripción de un embargo preventivo sobre la finca. Se da la circunstancia de que ese juzgado, además de tratar temas de violencia de género, es el encargado de recibir en Marbella las comisiones rogatorias de tribunales extranjeros.
Además, la documentación consultada por EL ESPAÑOL refleja que el dinero para señalizar la compra de la casa llegó en 2006 a nombre de una segunda empresa, otra compañía luxemburguesa abierta en 2002 y llamada Fenix Investments SA, que ese año envió a Marbella 232.193 euros para señalizar la compra. En esas fechas, las dos sociedades (Fenix y Alza Imo Invest) estaban participadas de una forma u otra por la abogada Beatriz García Paesa.
Según la contabilidad de Fénix Investments presentada en Luxemburgo, la empresa carecía prácticamente de fondos hasta que, un año antes de esta operación, la firma declara ingresos y beneficios por valor de 3,6 millones de euros.