Johana Bertina Palma era chilena, tenía 32 años y dos hijos: una niña de 12 y uno de 5. Los tres vivían en el número 41 de la calle Ramón y Cajal de Torrevieja, compartiendo piso con la pareja sentimental de Johana, un hombre también chileno de 37 años de edad. Ambos llevaban 15 asentados en el pueblo. Todo parecía normal hasta el pasado 13 de junio.
Claudia, buena amiga de Johana, llevaba días sin saber de ella. No aguantó más y denunció ese mismo día su desaparición. Casi dos meses después, la policía ha encontrado su cadáver. Aunque la han buscado a conciencia y con minuciosidad por todas partes, al final Johana ha aparecido mucho más cerca de lo que nadie pensaba. El cuerpo de la mujer ha aparecido emparedado, en el hueco de contadores de su propio edificio, encerrado entre pared y pared.
Johana era una vecina conocida en el barrio La Punta de Torrevieja. Al poco de desaparecer, el pueblo entero saltó en solidaridad con la mujer. Rosario, su madre, voló desde Chile hasta la pequeña localidad situada al sur de la provincia de Alicante. Los habitantes de Torrevieja se volcaron para costear el viaje de la madre de Johana.
Desde su llegada a España, no dejó de lanzar mensajes a las redes sociales para encontrar a su hija. El trece de agosto: “Hoy hace dos meses ya que está desaparecida mi hija Johana Palma. Estoy buscándola y cada día que pasa se hace esta espera más insoportable... No voy a parar de buscarla hasta encontrarla. Las madres, padres que lean esto pónganse en mi lugar, sólo quiero encontrar a mi hija. Muchas gracias”.
La aparición del cuerpo
Desde el primer momento Claudia lo tuvo claro. Las sospechas de la amiga de Johana se cernían sobre la pareja de ella. Nunca había salido a pegar carteles con el resto de conocidos, nunca hizo nada por buscarla. De alguna forma, Claudia sabía que tenía algo que ver.
Este jueves, cerca de las 12:30 de la mañana, un fuerte olor y una enorme cantidad de insectos procedentes de debajo de la escalera de la entrada, en el cuarto de contadores, alertó a los vecinos del edificio en el que Johana vivía con su pareja y sus hijos. La policía y los bomberos llegaron al lugar a los pocos minutos. A machetazos, derribaron la pared del cuarto de contadores y detrás apareció, como enterrado en una especie de nicho, un sarcófago de cemento, el cuerpo de Johana, que ya se encontraba en un avanzado estado de descomposición.
Al punto, todas las sospechas recayeron sobre la pareja de Johana. El hombre fue puesto a disposición de la policía y, tras ser interrogado, admitió su culpabilidad: reconoció la autoría del crimen y ofreció su versión de los hechos. Según la policía, el hombre no tenía antecedentes de denuncias sobre sus espaldas.
De acuerdo a la declaración del detenido -y pareja sentimental de la víctima-, los hechos se desencadenaron a raíz de una discusión que ambos mantuvieron. Durante la misma, el acusado asegura que la empujó. Eso, dice, hizo que ella se diera un golpe, el cual habría causado su fallecimiento. Sin embargo, todavía con la autopsia del cadáver por realizarse, no se sabe con certeza qué fue lo que pudo provocarle la muerte a Johana.
La familia, el entorno y la localidad entera están consternados por el caso. El jueves, a las 12 de la mañana, el Ayuntamiento de Torrevieja organizó una concentración silenciosa. El alcalde, José Manuel Dolón, acompañó a la madre y a algunos familiares y amigos de la fallecida durante la convocatoria. El regidor manifestó, como todos los vecinos que acudieron a la concentración, su repulsa por el caso. “Nos ha tenido preocupados y pendientes durante los dos últimos meses en los que Johana ha estado desaparecida y lamentablemente ha tenido este triste y dramático final”, afirmó.
La víctima número 29
A falta de la autopsia, todos los indicios del caso apuntan a que se trata de un delito por violencia de género. Con la muerte de Johana, ya son 29 mujeres las asesinadas por sus parejas o exparejas este año en España. En la Comunidad Valenciana son cinco las víctimas, a lo largo de los últimos meses. Y hay varios casos más cuya investigación se halla en curso.
Los políticos valencianos se han unido en la solidaridad hacia la familia de Johana. La vicepresidente del Consell y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha condenado el suceso. Ha aprovechado además para lanzar un mensaje a los agresores: "Tienen a toda la sociedad en contra y no vamos a tolerar que estos casos sigan pasando".
Mientras todos esperan a que se realice la autopsia, mientras todos observan atentos a que se esclarezcan los hechos, los hijos de Johana están solos. Todavía no se sabe qué sucederá con ellos, quién se quedará con su custodia. Por el momento, la Generalitat ha asumido su cuidado.