Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se verán el lunes, una vez que Partido Popular haya firmado un acuerdo de investidura con Ciudadanos. Esta es, al menos, la voluntad del presidente del Gobierno en funciones, que ya ha transmitido a su equipo más cercano que la reunión con el secretario general del PSOE se producirá el 29 de agosto, la víspera de la primera sesión de su investidura.
El objetivo del líder del PP y candidato a la presidencia del Gobierno es pedir personalmente a Pedro Sánchez la abstención de su grupo, al menos por la mínima, para sacar adelante su investidura. Es la única alternativa que hay, insisten en el PP, para evitar que los españoles tengan que ir a votar el día de Navidad.
La base sólida que el presidente del Gobierno en funciones quiere presentar al líder del PSOE es el voto afirmativo de 170 diputados: los 137 del PP; los 32 de Ciudadanos y el escaño de Coalición Canaria. Los conservadores cuentan con que durante este fin de semana cerrarán un acuerdo con Albert Rivera y con que conseguirán el respaldo de Ana Oramas. Con 170 votos afirmativos a la investidura de Mariano Rajoy, el PP en bloque repetirán “hasta la saciedad” durante las horas que resten hasta la votación las palabras del presidente de la Junta de Extremadura. Guillermo Fernández Vara planteó una semana después de las elecciones del 26J que si Rajoy se presentaba a la investidura con 170 escaños, “¿quién es el guapo que dice no?”.
A la espera de "una rebelión" en el PSOE
En Moncloa y en Génova cruzan los dedos para que, en las horas que transcurran desde que PP y Ciudadanos presenten su acuerdo de investidura y la segunda votación el viernes “haya una rebelión” en el PSOE que obligue a Sánchez a claudicar y ceda, al menos por la mínima. “No se entendería que con un acuerdo firmado que apoyan 170 diputados y con los socialistas sin mover un dedo se enroquen en el no”, aseguran fuentes populares.
Sin embargo, fuentes socialistas replican que Pedro Sánchez cerró hace seis meses un acuerdo "de gobernabilidad, no solo de investidura" con Ciudadanos y desde el PP se encontraron un rotundo no. "Entonces nadie presionó al PP para que no se celebrasen segundas elecciones y dejara gobernar al candidato propuesto por el rey. ¿Por qué ahora hay tanto interés en que sea al contrario?".
La última vez que Rajoy y Sánchez se vieron fue el 2 de agosto en una reunión que duró 55 minutos y en la que ni el presidente del Gobierno en funciones ni el secretario general del PSOE variaron un milímetro su posición. Tras aquella infructuosa cita, Sánchez se brindó a verse con el candidato del rey cuantas veces quisiera pero nunca abrió la puerta a una posible abstención.
Elecciones el día de Navidad
Sin embargo, el gabinete del jefe del Ejecutivo en funciones filtró que el 16 de agosto a las diez de la noche Jorge Moragas, jefe de gabinete, telefoneó a su homólogo en Ferraz, José Enrique Serrano, para plantear una “conversación” entre los líderes. El jefe de gabinete de Sánchez le reemplazó a contestarle al día siguiente y así lo hizo. Lo que no se esperaban en Moncloa es que el secretario general de los socialistas se negara a ver al presidente del Gobierno en funciones hasta que éste fijara una fecha para una sesión de investidura.
Con esta negativa, el siguiente movimiento de Mariano Rajoy fue estudiar meticulosamente el día que se celebraría una sesión plenaria para exponer su programa al Parlamento. La jornada elegida a conciencia, el 30 de agosto, supone que en el caso de que se celebren unas terceras elecciones caerán el 25 de diciembre, el día de Navidad.