Hay alternativa en la izquierda al nacionalismo, al PSOE de Galicia y a las confluencias de Podemos. Al menos, eso reivindica Enric Martínez, antiguo militante del partido de Pablo Iglesias que ahora se presenta en las listas de su nueva coalición Unidos Sí por el Futuro en las elecciones que se celebrarán en la comunidad gallega el próximo 25 de septiembre. Sin embargo, que nadie espere de ellos unos subordinados a los intereses de Podemos. “Hemos sido oprimidos por la dirección de Pablo Iglesias. Muy maltratados”.
Unidos Sí Por el Futuro es una coalición cuya prioridad, dicen, es el “rescate de las personas, el crecimiento económico, la plena integración social y recuperar la unidad y solidaridad del país oponiéndose a privilegios y corruptelas de las oligarquías locales y sus redes clientelares”. Además, Unidos Sí se convierte en un conjunto en el que se han asentado miembros rechazados por la dirección de Podemos. Aglutina a numerosos activistas "disidentes, reprimidos por la dirección de Iglesias”.
Martínez, es algo de lo que no está exento el partido de Pablo Iglesias y su confluencia gallega. Tras una convulsa andadura de Podemos Galicia y de En Marea a un acuerdo final in extremis, las primarias de En Marea han resultado ser un confuso proceso en el que han aflorado las rencillas internas y la autoridad final de Pablo Iglesias, quien tomó la decisión final de disolverse en la confluencia en contra de lo que pedían las bases de Podemos Galicia.
La confección de las listas
El partido se presenta por las provincias de Pontevedra y A Coruña. La lista coruñesa estará encabezada por Carmen Cienfuegos, "analista de sistemas informáticos, fotógrafa, activista del mundo rural, feminista y madre", y por Rafael López Menéndez, psicólogo y activista medioambiental. Carmen Cienfuegos es la candidata del partido a la Xunta de Galicia.
Por su parte, en Pontevedra los cabezas de lista son Ramón González Moreira, pequeño empresario, profesor de español, activista y padre emigrado a Rusia, y José Migueiz Fernández, autónomo de la construcción, padre y abuelo emigrado a Barcelona.
Enric Martínez estuvo en el partido de Iglesias desde su fundación. Sin embargo, las discrepancias empezaron a aflorar. El pasado 2015, Martínez se inscribió como candidato a la secretaría general de Podemos en Cataluña. “Me invalidaron la candidatura desde arriba con cosas que están ahora bajo demanda judicial. La causa está abierta y pendiente”. Enric matiza que interpuso la demanda por pisotear la "democracia interna". Desde entonces el divorcio se consumó, y Enric emprendió un nuevo proyecto político. Y ese es Unidos Sí por el Futuro: “Compartimos espacio con ellos. Pero rechazamos el nacionalismo en nuestro ideario”.
Aversión al nacionalismo y a En Marea
Desde Unidos Sí por el Futuro quieren combatir el que a su juicio es uno de los principales problemas de la política y de la España de hoy: el nacionalismo, algo que, advierten, se encuentra muy arraigado en Podemos. “Nos dimos cuenta de que los contactos con los nacionalistas se estaban produciendo. Y eso no nos gustaba. En Cataluña el nacionalismo está financiado desde las altas esferas. Y eso era algo que no queríamos”.
Según Martínez lo más nocivo de En Marea es Anova, el partido nacionalista que forma parte de la confluencia, y del que procede el candidato a la Xunta de Galicia, el magistrado Luis Villares: “El nacionalismo es una doctrina reaccionaria que crea privilegios”. Además, Martínez hace una crítica de fondo a los dirigentes de En Marea. En concreto a los alcaldes de las ciudades en las que gobiernan las mareas. “Ellos no tienen apenas sensibilidad real por luchar contra el desempleo. Allá donde les están gobernando no se está viendo ningún efecto positivo. Por ejemplo, en A Coruña”.
Unidos Sí por el Futuro es un partido que aspira a estar presente en toda España, aseguran Enric Martínez. No solo eso. Defienden que, en un futuro, y de forma progresiva, se produzca una alianza confederal con Portugal. Entretanto, preparan su asalto a la Xunta de Galicia en una campaña en la que pretenden arrebatar a En Marea el voto de los sectores más descontentos del partido.