Cada día, cada hora que pasa suponen un paso más hacia la desesperación. No hay rastro de Diana Quer y los responsables de la búsqueda no descartan ninguna hipótesis. A Pobra do Caramiñal, el pueblo gallego en el que desapareció la joven de 18 años, se mantiene en una tensa calma ocho días después de que se la viera por última vez. Los vecinos, contagiados por la ansiedad, no se atreven a aventurarse con un desenlace para esta historia. Ya han surgido iniciativas vecinales para obtener pistas que ayuden a resolver el caso.
"Han pasado ocho días y la situación es desesperanzadora", admite Xose Lois Piñeiro, alcalde del municipio, de la agrupación Nos Pobra. Ha dormido pocas horas en los últimos días y su tono refleja cansancio: "No voy a hablar de conjeturas: todas las hipótesis principales siguen abiertas".
El regidor reconoce que esperaban haber encontrado a Diana Quer "mucho antes" y que, a medida que pasa el tiempo, se multiplican las opciones. "No sé si están buscando un cuerpo o pruebas -explica-. Las autoridades no descartan esa posibilidad tampoco [en referencia a terminar hallando el cuerpo], lo que pasa es que es duro decirlo".
Por el momento, la Guardia Civil investiga si Diana Quer llegó o no a su casa antes de desaparecer. Poco antes había escrito un mensaje de WhatsApp a un amigo en el que le decía que tenía miedo por los gritos que le dirigía un hombre por la calle, cuando volvía de las fiestas de la localidad: "¡Morena, ven aquí". Los agentes, no obstante, han dado con el hombre -un operario que ayudaba a montar las atracciones- gracias a la descripción de otras muchachas. Tras tomarle declaración, dan prácticamente por cerrada esta opción. Pero todavía no se da ninguna por cerrada.
Hipótesis, afirma el alcalde, que contribuyen al desasosiego de la familia de la desaparecida. Valeria, la hermana pequeña de Diana, fue tratada en el hospital este miércoles por un ataque de ansiedad. "Quitarles la desesperación es imposible", cuenta el alcalde, Xose Lois Piñeiro, añadiendo que el Ayuntamiento trata de colaborar con ellos "de todas las formas posibles".
El nerviosismo de un pueblo
"Pobre chiquilla, lo mal que lo estarán pasando los padres". Dos mujeres charlan frente a uno de los carteles con la foto de Diana Quer que inundan el pueblo. En ellos se solicita ayuda para dar con cualquier pista o clave sobre su paradero.
En A Pobra do Caramiñal, que cuenta con 9.600 vecinos, están acostumbrados a que en verano aumente la población con gente que llega para disfrutar de las vacaciones. A lo que no están acostumbrados es al trasiego de medios de comunicación y al nerviosismo de no saber dónde está la chica que desapareció en una de sus calles.
En fiestas, explican algunos de ellos, ha llegado a desaparecer alguna persona mayor, pero siempre se ha terminado por encontrarla. La memoria colectiva también apunta a un crimen que se cometió "hace más de 30 años", cuando se perpetró un asesinato.
Pero todo ello son anécdotas ya lejanas en un "pueblo tranquilo": "Aquí vivimos bien en paz", afirma una señora a las puertas de una panadería. "Es una desgracia que haya pasado algo así, ojalá tenga un buen final", añade su marido.
La batida de los vecinos
Ese nerviosismo de la comunidad se ha plasmado en varias iniciativas para tratar de dar con el paradero de Diana Quer. El jueves y el viernes se realizará una batida con la colaboración de los vecinos. Muchos de ellos han anunciado su intención de participar a través de las redes sociales; otros han trasladado su petición expresamente al Ayuntamiento.
"Se ha ofrecido mucha gente", afirma el alcalde Piñeiro. Para coordinarlos a todos se les ha citado en el salón de plenos del Consistorio, este miércoles a las 20.30. El operativo estará coordinado por miembros de la Protección Civil. "Hay mucha disposición y ganas de colaborar -añade el primer edil-. Y, cuantos más gente venga, mejor".