Rajoy pierde la primera votación y tendrá que volver el viernes
El presidente en funciones sólo ha contado con el apoyo de 170 diputados, la suma de PP, C's y CC. En contra ha votado el resto, 180 parlamentarios, tal y como estaba previsto.
31 agosto, 2016 19:43Noticias relacionadas
Mariano Rajoy ha fracasado en su intento de ser investido como presidente del Gobierno. El candidato del PP regresará a la Cámara este viernes para someterse de nuevo a su veredicto, aunque necesitará más 'síes' que 'noes', al contrario que este miércoles, cuando sólo le valía la mayoría absoluta. Su intercambio de golpes con el PSOE, el "y tu más" del que habla Rivera, torna improbable que Rajoy pueda salir airoso.
El Partido Popular ha logrado el 'sí' de Ciudadanos y Coalición Canaria, sumando un total de 170 parlamentarios. En contra han votado el PSOE, Unidos Podemos y las fuerzas nacionalistas, 180 en su conjunto.
Así fue la sesión de investidura
Apenas cinco minutos pasaban de las nueve cuando el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tomó la palabra. Corbata azul y gesto serio, arremetió contra el presidente en funciones desde el primer minuto. Le acusó de arrebatar a los españoles derechos y libertades y le recriminó los casos de corrupción que asolan al PP. "Es casi todo el Código Penal", ironizaba el socialista tras enumerar los delitos que se imputan a los de Génova.
Sánchez empezó su discurso con un bumerán. Eligió varias citas previas de Rajoy y se las echó en cara. Esta, la más llamativa, fechada en la malograda sesión de investidura del socialista tras el 20-D: "Lo que pretende hacernos creer el señor candidato es que si hoy España no tiene gobierno, si no completa una mayoría, si él no es elegido presidente, será por culpa de todos los demás, que son los malos". Así una y otra vez.
Rajoy, a Iglesias: "Es usted estupendo"
De ahí que minutos después, en su turno de réplica, Rajoy ironizara: "La próxima vez le traeré unas frases buenas y que le valgan". El candidato del PP se emborrachó de ironía en sus intervenciones. Empezó con Sánchez, pero suscitó las carcajadas de la Cámara cuando le dijo a Iglesias: "Es usted estupendo. A veces, incluso me gustaría parecerme a usted. Es el único decente de España". Previamente, el líder de Unidos Podemos le recriminó su presunta corrupción y le echó en cara "no defender a la gente". "Nosotros podemos mirar de frente a los nuestros y no nos dejamos influenciar por los poderosos". No se quedó ahí. Iglesias celebró "tener su odio".
Con el tiroteo en auge y las bancadas llenas de balazos, le tocó el turno a Rivera. Conciliador, con tono casi de manzanilla respecto a lo escuchado anteriormente, relató que PP y PSOE "tienen mucho más en común de lo que parece". Vestido de hombre de Estado, insistió en presentarse como el único capaz de tender la mano a izquierda y derecha. En un alegato hasta este miércoles insólito, ofreció a Podemos y PSOE unir fuerzas en la oposición para controlar al gobierno en minoría del PP.
Rajoy, a por la mayoría simple
El portavoz de Esquerra Republicana, Joan Tardà, puso la nota rocambolesca del día. Con grupo propio, disfrutó del mismo tiempo que Unidos Podemos o Ciudadanos. En un tono secesionista llevado al extremo, comparó la independencia de Cataluña con la segregación racial del Estado de Alabama. "¿Qué diría en Europa si tuviera presos políticos catalanes?", retaba al presidente en funciones. Con estas palabras mencionó Tardà su intención irrevocable de seguir trabajando por la desconexión.
Mariano Rajoy volverá al Congreso el viernes para intentar ser investido en una segunda votación. Le valdrán más 'síes' que 'noes' en la Cámara. Tras el primer fracaso, se exige al candidato mayoría simple en lugar de absoluta. La dureza y el intercambio de golpes con Sánchez ilustra la inmovilidad del PSOE, que no ha dejado entrever un posible giro a la abstención, lo que daría la investidura a Rajoy.
"Ya he entendido el 'no', pero no abuse. Esta vez, me referiré a usted con más deferencia que la que utilizo habitualmente porque necesito su colaboración", le decía Rajoy a Sánchez. Aunque esas palabras fueron una declaración de intenciones antónima a lo que luego se produjo: de puñetazo a puñetazo.