La hora menos en Canarias, la hora más en Soria y en José Manuel. Soria soltando ceceos a porrillo, con la cartera que en su día tuviera Fraga, y algo de Industria también, donde todo es un mareo de ceros de más y suecas de más. Qué feliz Soria, qué poco salía en los telediarios en tanto que amarraba proyectos, cosas, contratos; y qué bien pensaba "el pollo" en el más allá. El gilismo se podía hacer en las Islas, con chaqueta y después de Gil y sin Gil: qué tío. Dicen que hay petróleo enfrente de donde comemos la paella, pero Soria lo tuvo que ver antes. Luego hemos sabido que la Industria de Soria era José Manuel Soria mismo; que Soria tenía buenos amigos en el Gobierno, que salieron en tromba a masajearlo. Y es que Soria era uno de los suyos y así, como por burocracia sibilina, lo íbamos a tener en el Banco Mundial. Y nadie, nadie, pensaba en el tuiter.
Soria es Marca España, qué duda cabe, un hombre hecho a sí mismo. Soria es un emprendedor, modelo de muchos, espejo de patriotas a los que dedicar una serie temática. En fin. Soria dimite de lo de Director Ejecutivo del Banco Mundial, que al pobrecillo no le curan 600 euros diarios del ataque de los chicos de la prensa, que son muchos y se les han puesto en comandita y van aireando -ya son malos- sus obras y milagros. Soria tiene amigos, Guindos tiene calculadoras, Cospedal tiene vestidos; y De Guindos y Cospedal han tenido gramática parda y agallas para defender a Soria. Claro que de Rajoy no comentamos nada, pues eso de sostener al mangui va de suyo; como el andar por la mañana o las brujas por Pontevedra.
El patrimonio de parecerse a Aznar parece que le supo a poco a Soria; y en el mantra mártir del Partido Popular ya hay una nueva víctima. Una nueva víctima de esa conspiración internacional, formada por los lectores y los periodistas que ven más allá de la España de la caraja. Soria le ha puesto carta al Secretario de Estado de Economía, Fernández de Mesa, llorando como una virgen andaluza: se va por "petición del Gobierno".
Y ahora vendrá lo de siempre; la extraña maestría de Rajoy para contemporizar las sus vergüenzas; el cierre de filas. Soria como mártir -Otegi es otro mártir para los suyos, oigan- y España entera perdiendo un valor. A Soria ya lo lloran De Guindos y Cospedal con sus telas de verano; a Soria ya lo bendecirá Rajoy y el del ventilador en las tertulias. Mientras Juan Vicente Herrera se pateaba Europa en defensa del campo, Soria era Soria, que el PP es plural.
Leeremos que Soria ha hecho un sacrificio, y ya lo cantará De Guindos. Y es que la maestría del PP es absoluta en estos enjuagues: convierten al enmarronado en un santo así, "a tenazón". Ipso facto. Y después los malos somos los otros: antisistemas por contraste o lectores informados.