El magistrado de la Sala Civil Fernando Pantaleón ha presentado este jueves su renuncia al cargo, para el que fue nombrado el pasado 29 de octubre por el llamado quinto turno, que permite el acceso al alto tribunal de juristas de prestigio.
Pantaleón llegó a la cúpula judicial después de 36 años de docencia en Universidades públicas y de 18 años de ejercicio de la abogacía en el bufete Garrigues. Dado su reputación como civilista, su nombramiento como juez del Supremo por el Consejo General del Poder Judicial fue celebrado como un gran 'fichaje' y nada hacía prever que abandonaría un puesto tan codiciado a los escasos nueve meses de ejercicio, ya que tomó posesión el 9 de diciembre de 2015. La plaza para la que fue designado Pantaleón fue solicitada por otros 25 juristas, entre ellos el reconocido catedrático Carlos Lasarte.
Fernando Pantaleón, que desde 2006 venía apareciendo en el directorio Chambers Global como uno de los mejores abogados españoles en materia de litigación y resolución de controversias, se encargó en 2015 de la defensa del rey Juan Carlos I en la demanda de paternidad que interpuso contra él la ciudadana belga Ingrid Sartiau, finalmente inadmitida a trámite tras un escrito redactado por el jurista.
Fuentes del Supremo y del CGPJ explican que el ingente trabajo al que se enfrenta la Sala Civil, en la que en los últimos años se ha incrementado el número de asuntos pendientes, ha llevado a Pantaleón a la conclusión de que le resulta imposible seguir el ritmo con el nivel de exigencia que él se impone.
"Su interés en abordar todos los aspectos jurídicos que se suscitan en un pleito y en dictar sentencias que sirvan para orientar a los operadores jurídicos más allá de los concretos puntos nucleares que plantean las partes es poco compatible con un sistema de casación que obliga a los magistrados a emitir dos sentencias todas las semanas, además de deliberar los asuntos de los demás", señalan las fuentes consultadas, que aseguraron que "incluso empieza a ser ya una cuestión de salud".
La renuncia de Pantaleón ha causado sorpresa y cierto malestar en el CGPJ, donde muchos no entienden que, siendo notorias la situación y condiciones de trabajo de la Sala Civil, Pantaleón aceptara el cargo y lo abandone sin esperar a cumplir ni siquiera su primer año como miembro del Tribunal Supremo. Su 'padrino', el vocal Vicente Guilarte, tuvo que emplearse a fondo para asegurar un nombramiento que salió adelante por 11 de los 21 votos de los integrantes del Consejo.
Pantaleón invoca "motivos personales" en su escrito de renuncia, en el que se refiere al "exquisito trato recibido tanto por parte del presidente del Tribunal Supremo como por los compañeros de la Sala y los miembros del Gabinete Técnico", así como su "admiración por el encomiable trabajo que a diario realiza la Sala Civil, tanto de su presidente como de los magistrados y letrados”.
"Los magistrados de esa Sala son unos héroes", ha comentado recientemente Pantaleón a sus allegados. La Sala Civil recibe 4.000 asuntos anuales y sus 10 magistrados dictan unas 700 sentencias con muchos menos medios personales y materiales de los que disponen otros tribunales de casación (el del Reino Unido emite un centenar de sentencias anuales, por citar una referencia).
Según las fuentes consultadas, Pantaleón no se plantea recuperar el ejercicio de la abogacía de forma intensiva y tampoco volverá a la Universidad ya que no tiene reserva de plaza.