“Estoy aquí para seguir a mi pueblo, para seguir a los gallegos y gallegas. Estoy aquí porque quiero a mi tierra, como la mayoría de los gallegos: queremos a nuestro país. Nunca me han pedido que elija entre mi partido y Galicia”. Ovación cerrada de todo el público de pie. Era el día de su cumpleaños. Feijóo comenzaba exultante ante los suyos. Pontevedra fue el sábado el escenario de una suerte de romería de los populares: globos, banderas, silbatos, zanfoñas y acordeones. El espectáculo estaba asegurado.
El speaker jaleaba y jaleaba mientras ondeaban las banderas de Galicia con la plaza de toros de Pontevedra abarrotada: “¡A cantar todos! Lévame, levame, lévame a beira do mar. Lévame a votar… ¡Ao Partido Popular!”. Las familias, mayores y pequeños, ocupaban entre empujones y colas su localidad mientras cantaban esperando la aparición de Feijóo. 12.000 personas se encargaron de saturar el coso taurino hasta el punto de que algunos tuvieron que sentarse en los bancos del borde de la plaza, en la propia arena. Los vomitorios del recinto quedaban tapados por la muchedumbre. Allí no cabía un alfiler.
Feijóo y Rajoy, esa extraña pareja
Rajoy y Feijóo llegaron con media hora de retraso, pero la multitud los recibió con las mismas ganas. Habían acudido en masa a la llamada de los líderes. ¿Qué importaba esperar algo más? Jacobo Moreira, del PP de Pontevedra, hizo las presentaciones. “Señor presidente, esta es su casa”. Rajoy saludó a la muchedumbre, quizá recordando los últimos episodios en su ciudad natal, cuando le nombraron persona non grata, con el puñetazo en la campaña del 20D.
"Es lógico que Alberto haya tenido algunas dudas. La política es dura y es difícil. La decisión que has tomado es buena: para Galicia, para España y para el Partido Popular"
Rajoy arrancó confiado, y agradeció al candidato gallego su generosidad para con Galicia y los gallegos. El líder del PP no quiere que en Galicia pase lo que pasa en España. Quizás por eso deja a Feijóo donde está. "No quiero que en Galicia pase lo que está pasando en España. Que el PP gane las elecciones es lo mejor que le puede ocurrir a Galicia. Alberto es el mejor candidato que se presenta a estas elecciones". Galicia es una región tradicionalmente exportadora de dirigentes, para bien o para mal. Quizá por eso, a juicio de Rajoy, todavía no ha llegado la hora de Feijóo. Por el momento.
Rajoy entiende las dudas de Alberto, y por eso se lo recordó ante el público. El presidente popular insistió, por enésima vez, en la conveniencia y en la consistencia de Feijóo como el candidato ideal para Galicia, pese a las dudas que tuvo este año, que estuvo a punto de abandonar la vida política. "Es lógico que Alberto haya tenido algunas dudas. La política es dura y es difícil. La decisión que has tomado es buena: para Galicia, para España y para el Partido Popular".
Aguantando el calor
-¡Dame banderas, filliño, dame banderas!
-¿Cuántas quiere, señora?
- Dame esas todas, cuantas más mejor ¡Hay que animar!
El ansia y la energía hacía aumentar las ganas de que llegasen Feijóo y Rajoy. Pero si de algo estuvo lleno el mitin, además de energía, fue de ancianos. A Feijóo eso no le importa, porque el suyo es, dice, el partido de la tercera edad. “¡Y a mucha honra!”, espetó, para recibir la ovación del respetable. El público y él eran uno.
Los mayores combatieron a duras penas el calor, tratando de quitarse de encima el bochorno que inundó el ambiente en el ruedo durante todo el mitin. Aun con los toldos echados no había manera. Cientos de abanicos formaron un mosaico de movimiento y color en las gradas. Otros se refrescaban como podían: agua, toallas en la cabeza… Era día de mitin, y eso el PP gallego se lo toma muy en serio. Cuando Feijóo y los suyos, siguiendo la estela de Fraga y las romerías en Santiago, ponen a funcionar la maquinaria electoral solo puede significa tres cosas: música, show y calor, mucho calor.
El folclore gallego en estado puro
El acto fue puro derroche folclórico. Las gaitas y las palmas resonaban en el ruedo mientras duró la espera a los líderes populares. A Roda, los Beatles del folk gallego, pusieron la nota de color. Uno tras otro todos los clásicos de la canción popular gallega fueron resonando en el anfiteatro. Lo cierto es que se hicieron de rogar.
El acto había sido anunciado durante todo el día a bocinazo puro por toda la ciudad. El coche electoral del PP, hito propio de la democracia gallega, pasó el día dando vueltas alrededor de la ciudad del río Lérez, el que baña la ría de Pontevedra. La militancia respondió. No eran ni las cinco de la tarde y decenas de autobuses se apelotonaban en las inmediaciones de la plaza, descargando fieles y más fieles. La tarde no era de toros, pero el cartel lo merecía.
Rajoy:"Si ellos gobernasen estaríamos todavía peor de lo que estuvimos. Son la inestabilidad, son algo malo para Galicia y para los gallegos"
Toda la plana mayor del PP gallego acudió a la cita. Ni siquiera faltó Manuel Baltar Blanco, coordinador del PP en Ourense. El mitin era la parada previa ante de comparecer ante el juez este mes de septiembre por presuntamente ofrecer un enchufe en la Diputación a una exempleada a cambio de mantener relaciones sexuales con ella. Era día de reencuentros, y por eso todos se acercaron a saludar a la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, quien volvía a casa como invitada de honor.
Galicia, el país de Feijóo
Feijóo recurrió a Galicia como “país”. “En Galicia sí, porque merece la pena, por la gente que tenemos. Por eso Galicia merece una excepción. Galicia no tiene por qué meterse en enredos que no solucionan nada. Galicia merece tener un gobierno que traiga soluciones".
Para Feijóo, a ese país que es Galicia no pertenecen las mareas, ni Podemos, ni los nacionalistas. "Ni gobierno a la catalana, ni gobierno a la valenciana, ni gobierno a la madrileña. Gobierno a la gallega. Un gobierno del pueblo para el pueblo". También Rajoy se acordó de Podemos, de Pablo Iglesias y de sus socios gallegos: "Si ellos gobernasen estaríamos todavía peor de lo que estuvimos. Son la inestabilidad, son algo malo para Galicia y para los gallegos".
Feijóo:"Galicia no tiene por qué meterse en enredos que no solucionan nada. Galicia merece tener un gobierno que traiga soluciones"
Dos horas después, ya con el pabellón vacío, a medio recoger, Feijóo seguía paseando por la arena. Unos niños se le acercan con unas banderolas. Feijóo deja que se acerquen, les saluda. “¡Yo casi que te las regalo!”. Se dio la vuelta y siguió hablando con los suyos. Se acercó a saludar y a bromear con los periodistas. La tarde terminaba. Salió, literalmente, por la puerta grande, donde el público, a la puerta del recinto, continuó durante minutos coreando su nombre: “Presidente, presidente, presidente...”.