Democracia Ourensana, el partido que quiere 'robar' un escaño a Feijóo
Defensores acérrimos de la provincia, lograron 15.000 votos en las municipales. Ahora valdrían un diputado.
24 septiembre, 2016 03:18Noticias relacionadas
Una autocaravana llegaba desde Ourense a las inmediaciones de San Lázaro en Santiago de Compostela el pasado 8 de septiembre dispuesta a la pega de los carteles electorales. Era el mismo vehículo alargado que se recorrió de un extremo a otro toda la provincia de Ourense a lo largo de la campaña. En ese vehículo viajan los integrantes de Democracia Ourensana, una formación que obtuvó 15.000 votos en las pasadas elecciones municipales en los tres concellos que se presentó (Ourense, Barbadás y Pereiro).
No están de broma y avisan: solo se presentan en Ourense y van a por el PP. Aunque todas las encuestas indican lo contrario, los componentes de este partido dicen que aspiran a robarle uno o incluso dos diputados de los catorce que se juegan en la provincia por la que se presentan. Hace un año emergieron con fuerza en la capital de la provincia convirtiéndose en la segunda fuerza más votada en la ciudad con ocho concejales. Desde entonces son una seria amenaza para el gobierno del PP de Jesús Vázquez en la ciudad.
El candidato, Miguel Caride, es abogado de profesión y fue militante político en los años 80. Ha vuelto al mundo de la política de la mano de un proyecto que pretende erigirse como el reverso de los Baltar en la provincia de Ourense. Es el candidato a la Xunta de un partido atípico, un reducto localista cuyo líder, Gonzalo Pérez Jácome, es un conocido empresario en la provincia que, entre otros negocios, posee un canal de televisión.
Quiénes son
Ourense fue tierra de meigas, de burgas, de célebres escritores galleguistas como Otero Pedrayo o Vicente Risco; también era tierra de caciques. En ella los barones locales echaron raíces durante décadas, mucho antes de que empezase el siglo XX. Estos factores, unidos, confluyen en la idea que dice defender Democracia Ourensana: a su juicio, la provincia continúa sufriendo una especie de opresión continuada. “El PP tiene construida aquí una oligarquía política en torno a los Baltar. Todo gira en torno a los favores, a lo electoral...”. El partido denuncia la impunidad con la que los Baltar actuaron y actúan en la provincia.
Jácome, el líder del partido y portavoz en el Ayuntamiento de Ourense, no parece un político. Regenta una tienda de música y una cadena de televisión. En ella emite una y otra vez los plenos municipales en los que él aparece. Las tertulias que él mantiene con otros afines también se emiten una y otra vez, con la voz de Jácome repitiendo el leitmotiv de la corrupción política en el PP nacional, en el autonómico y en el de la provincia. Jácome nunca se muerde la lengua. No tuvo problema en tildar a una concejala del PP en el pleno del Ayuntamiento de "enchufada". Al alcalde le llama "pato cojo".
“El PP tiene construida aquí una oligarquía política en torno a los Baltar. Todo gira en torno a los favores, a lo electoral...”
Ourense es el lugar que el PP considera su feudo. Ourense es donde algunos de sus alcaldes llevan décadas gobernando. Ourense es donde las redes clientelares son más poderosas. ¿Cómo surge de la nada, precisamente en Ourense, un partido tan pequeño para que en estas elecciones autonómicas pueda llegar a resultar decisivo? Caride habla de la corrupción, del malestar, de la emigración. “Somos un movimiento de rebeldía. Ante la idea de que no se puede hacer nada, de que Ourense es una provincia de interior condenada, se nos ocurre que hay que hacer algo para revertir ese fatalismo”.
El partido, con sus recursos limitados, se presenta en toda la provincia con el objetivo de aguarle la fiesta al PP en el feudo de Baltar. El pasado mes de abril el partido presentó una denuncia contra Manuel Baltar, el hijo del condenado y autodenominado como “buen cacique”, por adjudicar siempre el 75 % de las obras públicas a las cinco mismas empresas.
El desinterés por la política
Desde hace algo más de un año el partido vive en un sueño del que no se ha despertado. “Las sensaciones que nos da la calle nos recuerda a lo que fueron las municipales. Es como un déjà vû”. No obstante, aseguran que en los viajes por la provincia se han dado cuenta de la existencia de un mal que afecta a muchas personas en Galicia. Subidos a su caravana recorrían la comarca esta semana y la anterior. En una de sus paradas, Ribadavia, Miguel percibió un detalle que le llamó la atención.
“Las sensaciones que nos da la calle nos recuerda a lo que fueron las municipales. Es como un déjà vû”.
“Estábamos recogiendo todo en la autocaravana y de repente vemos que llegan dos señores que se ponen a mirar la furgoneta y a dar vueltas alrededor de ella. Uno se acercó a la ventanilla para hablarnos”. Al hombre se le veía interesado, mirando el coche de arriba abajo y lo volvía a mirar. Al final fue hasta ellos y les dijo:
-¿Puedo hacerle una pregunta?
- Sí claro -respondió Caride. Después de todo un día de campaña, una más daba igual.
- ¿Ese coche de qué marca es?
Caride le miró resignado. “Con esto quiero decir que no sabía quiénes éramos y que no le interesaba la política. Lo cuento porque encuentro mucha desafección en la gente hacia los políticos. Es algo palpable”, explica Caride.
El miedo de las encuestas
En esta última semana de campaña el candidato popular, Alberto Núñez Feijóo, ha apelado a la importancia del supuesto “voto útil”, alertando del peligro que, a su juicio, resulta poner en manos de partidos como Ciudadanos o Democracia Ourensana votos que pueden ir a la basura. “El discurso del voto útil creo que ya no es imaginativo. Él tiene que intentar arañar en esta etapa final votos por todos lados. Es un discurso muy flojo, que antes podía funcionar pero ya no”, critica Miguel Caride. El voto nunca se pierde por el sumidero, asegura, mientras apura las últimas horas de campaña del partido. “En Ourense ciudad nuestros votantes no tienen esa percepción de que nuestro voto vaya a ser inútil. Sucedió. No hay más que ver las hemerotecas”.
Las encuestas suelen ser, últimamente, traicioneras, y un pequeño puñado de papeletas podrían inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro por tan solo unos pocos miles de votos. En Democracia Ourensana cuentan que no salen nunca en los sondeos porque solo se presentan en una provincia, pero los votos que arañen pueden resultar decisivos. El partido de Caride reivindica lo que desde fuera no se ve y lo que las encuestas no revelan: dicen que ellos son, en Ourense, una alternativa posible a Núñez Feijóo. “Lo que vende Feijóo es una cuestión de miedo. Todo es tiene que ver con la participación que haya. Esos 15.000 votos que tuvimos en las municipales pueden traducirse en un diputado. Creemos estar en disposición de conseguir un segundo”. El domingo se verá si tienen razón o si solo sueñan.