“Nos están pisoteando, nos están hundiendo”. Así se ha manifestado este viernes José Ángel Prenda Martínez, ‘El Prenda’, ante la jueza de Pozoblanco (Córdoba), que le investiga por un presunto delito de abuso sexual junto a otros tres amigos. Todos ellos son miembros de la ‘manada’ -como ellos mismos se denominan-, detenidos por otro caso de violación múltiple en las pasadas fiestas de San Fermín. Prenda, a quien sus amigos llaman también ‘Kartman’, ha mantenido un cruce de palabras con la magistrada cuando ofrecía su versión de los hechos ocurridos en Córdoba la madrugada del 1 de mayo.
Según informan a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del interrogatorio, este acusado afirmó que había transcurrido mucho tiempo desde los hechos y que eran habituales las noches de fiesta con sus amigos. Según su relato, aquella había sido una noche más sin trascendencia. Al escuchar ese argumento, la jueza le interrumpió para recordarle que los hechos que se investigan sí podrían tener relevancia, al menos para la joven denunciante. Es en ese momento cuando Prenda apeló a su derecho y al de sus amigos a que se respete su presunción de inocencia: "Nos están pisoteando, nos están hundiendo".
Este fue el último de los cuatro testimonios que se escucharon este viernes en el Juzgado de Instrucción número Uno de Pozoblanco, todos ellos por videoconferencia desde las prisiones en las que se encuentran desde su arresto el pasado 7 de julio en Pamplona. En primer lugar declaró desde Alcalá Meco (Madrid) el militar del grupo Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, ‘Arfon’, a quien se acusa de haber pedido a la joven que le hiciese una felación cuando se quedaron a solas. Ella se negó y él la agredió con golpes en la cara y el brazo y la expulsó del coche en el que se encontraban, según relató la chica.
Nulidad de las actuaciones
Él ha negado las agresiones y ha argumentado que la denunciante estuvo detrás suya toda la noche. Según su versión, pasó de estar "muy cariñosa" con él a un cambio de actitud repentino en el que llegó a amenazar con denunciarle. Tras él ha declarado el guardia civil Antonio Manuel Guerrero Escudero, también en la prisión de Alcalá Meco. Después lo ha hecho su primo Jesús Escudero Domínguez, ‘Escu’. Este último se encuentra recluido en la cárcel de Pamplona al igual que Prenda.
Los cuatro sevillanos se han negado a contestar preguntas acerca de las imágenes del vídeo, la prueba clave que sirvió para investigarles por estos hechos. Tampoco han querido responder a ninguna pregunta que tuviese que ver con los mensajes de Whatsapp en los que compartieron las imágenes y se mofaron de la víctima refiriéndose a ella como la “bella durmiente”. Según se aprecia en el vídeo, aprovecharon que la chica estaba en estado inconsciente para realizarle tocamientos en sus pechos mientras el militar le besaba en la boca. En otro de los mensajes de Whatsapp llegaron a compararla con Marta del Castillo, la joven sevillana asesinada en 2009 y cuyo cadáver nunca llegó a aparecer.
Los acusados se han acogido a su derecho a no declarar sobre estos documentos porque consideran que fueron aportados a la causa de forma ilícita por la Policía Foral de Navarra en el marco de su investigación por la presunta violación de San Fermín. Alegan que ese cuerpo autonómico no tiene competencias en Córdoba y que debería haber sido el Juzgado de Instrucción número Uno de Pozoblanco, que investiga los hechos, quien debiera haber encargado a un cuerpo policial en esa jurisdicción que realizase las pesquisas. Por ello piden la nulidad de estas actuaciones.
Investigación de la Policía Foral
La Policía Foral encontró el vídeo en el terminal móvil del agente del Instituto Armado e inició sus averiguaciones para identificar a la chica, que terminó presentando una denuncia al ver las imágenes de unos hechos que dice no recordar. Los agentes navarros tenían los teléfonos de los acusados porque les fueron incautados tras su arresto en Pamplona. Una vez concluidas sus gestiones la Policía Foral, el juez trasladó estos hechos a los Juzgados de Pozoblanco.
Los acusados se han limitado por tanto a dar su versión sobre lo que ocurrió antes del viaje en coche y lo que sucedió después. Han narrado que la chica conocía al guardia civil, destinado en cuartel de Pozoblanco, y que estuvo con ellos durante la noche de fiesta en la cercana localidad de Torrecampo. En el momento de irse había dos coches disponibles y la versión de los acusados es que ella, de manera voluntaria, prefirió volver a su pueblo en el vehículo de los cuatro sevillanos.
Por detrás, en otro coche, iba un amigo de los sevillanos, también integrante de la 'manada' y otros jóvenes de Pozoblanco. Siempre según la versión aportada por los acusados, al llegar a Pozoblanco se decidió continuar con la fiesta en la casa del guardia civil. Subieron todos los integrantes de los dos coches menos la denunciante y el militar. Este último ha relatado que se fueron con el coche pero que el paseo apenas duró 15 minutos y que la dejó en el centro del pueblo, muy cerca de la calle donde ella vive. En su primera declaración ante la Policía Foral, la chica declaró que la dejaron abandonada en un descampado.
La joven volverá a declarar
Hasta en tres ocasiones ha relatado la joven su versión, en primer lugar por vía telefónica ante los agentes de la Policía Foral que se pusieron en contacto con ella. Después lo hizo en persona ante los mismos policías para presentar la denuncia. En tercer lugar el pasado viernes cuando prestó declaración ante la jueza. Los abogados de los acusados no estuvieron presentes en esa declaración. Explican que fueron avisados un día antes y no tuvieron posibilidad de acudir. Por ello este viernes han pedido a la jueza que se repita la declaración de la joven. La magistrada ha aceptado por lo que la mujer tendrá que comparecer de nuevo en sede judicial.
Durante la jornada de este viernes también han declarado una testigo de los hechos y un Policía Local de Pozoblanco amigo de la joven. Este último ha reconocido que la chica le relató que le habían intentado violar. Según las fuentes consultadas, el agente no ha sabido explicar por qué no la instó a que acudiese a un centro médico o a las autoridades. Se ha limitado a confirmar que la chica no presentó denuncia en su momento. Además este agente ha desvelado que él fue el encargado de identificar a la joven a partir de un fotograma del vídeo que envió a su comisaría la Policía Foral desde Pamplona.