El viraje en el discurso de Pedro Sánchez ha sorprendido a todos, hasta a sus más cercanos. El exsecretario general del PSOE aprovechó una entrevista con Jordi Évole el domingo por la noche para reconocer hechos hasta entonces inéditos. El ya militante raso se confesó ante el periodista y aseguró que el único error que cometió cuando dirigía el partido es haber llamado "populista" a Podemos, un partido con el que los socialistas, a su juicio, están condenados a entenderse. Ninguno de sus afines salió después a defenderle. Solo un "gracias" posterior. El de Pablo Iglesias.
Sus polémicas declaraciones provocaron otro tsunami en la casa socialista y las reacciones, todo críticas, no tardaron en llegar. El diputado por Madrid, Rafael Simancas, rectificó en una entrevista radiofónica al que fuera su secretario general con una rotunda afirmación: "Pablo Iglesias es populista". Y añadió que "gobierna mal cuando le corresponde. No nos equivocamos cuando hablamos de ellos como populistas". El exsecretario general del PSM puso a Madrid como ejemplo del "mal gobierno" de Podemos. "Hay más polución, atascos y enchufados" desde la llegada de Manuela Carmena, criticó Simancas. Carmena, por cierto, la alcaldesa a la que Sánchez agradeció que le enviara un mensaje de apoyo cuando renunció a su escaño para no abstenerse ante la investidura de Mariano Rajoy.
Los silencios de sus más fieles también son interpretados en el seno socialista como el certificado de que las confesiones de Sánchez en prime time no gustaron a nadie. Los quince diputados que un día antes votaron 'no' a Mariano Rajoy, saltándose la disciplina de voto, no han hecho ni una sola mención a la entrevista de Sánchez. Un síntoma de que quizá el nuevo mensaje no haya sido el más adecuado de revelar el día después de la abstención obligatoria que rompieron estos quince escuderos del 'no es no'.
"¿Por qué no lo dijo antes?"
Los 'sanchistas' que no se vieron identificados con las confesiones del exsecretario general también consideran que no es justo que ahora, una vez que ha caído, apueste porque Cataluña se reconozca como una nación. "¿Por qué no lo dijo antes? ¿Por qué no reveló cuando era secretario general que quería intentar un gobierno alternativo? ¿Por qué echa ahora la culpa a los demás?", se preguntan.
La única federación socialista que ha defendido siempre el diálogo con Podemos es el PSC. De hecho, la ponencia marco que la ejecutiva presentará en el congreso del partido este fin de semana, en el que se confirmará la elección de Miquel Iceta como primer secretario, dedica un apartado a proponer “la más estrecha colaboración con las fuerzas de izquierdas presentes en el Parlamento catalán” con la finalidad de dibujar una estrategia compartida. No dice nombres, pero el guiño va dirigido a la futura confluencia de izquierda integrada por los comunes de Ada Colau, la órbita podemita e ICV. Abogan por "dibujar una estrategia compartida de cambio y de articulación del bloque social y político", es decir, "una alianza catalana de progreso".
Los que declararon la guerra a Pedro Sánchez antes de que dimitiera han criticado sus piropos a Podemos, que entraron como puñales por la puerta de Ferraz. El presidente de Aragón, Javier Lambán, pidió públicamente este lunes al exsecretario general que "se retire con dignidad", que abandone "la primera línea" y que "deje que el PSOE encuentre soluciones a una crisis que se ha generado precisamente por determinadas actuaciones que solo son imputables", a su juicio, a Sánchez.
"Entre Podemos y el independentismo"
La que fuera vicesecretaria general en el PSOE con Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano, calificó la entrevista de Sánchez fuera de los límites del PSOE. "Está en la frontera con Podemos y el independentismo", aseguró. "Se aproxima a lo que él considera que es la izquierda verdadera, que es Podemos, algo que es legítimo pero no es el PSOE". En su confesión televisiva, Sánchez también criticó a los socialistas andaluces, el feudo de Susana Díaz, a quien retó a dar "un paso al frente" si quiere gobernar el partido. Él, advirtió, está dispuesto a reconquistarlo.
Los socialistas andaluces midieron mucho sus palabras antes de atacar a Sánchez. El diputado Antonio Pradas aseguró que "la lealtad del PSOE andaluz siempre ha sido evidente y "va a seguir siendo así" porque la federación andaluza es "un elemento vertebrador dentro del partido".