Apenas tiene 17 años, pero dice que ya ha vivido mucho. Pide disculpas antes de empezar a contestar preguntas porque se ha sentido un poco mareada y se ha tenido que tomar una pastilla. Fue novia durante cinco años del joven que la semana pasada asesinó en Chella (Valencia) a una amiga suya, Vanessa Ferrer, también menor de edad. "Desde el primer momento me lo olí. Sabía que había sido él", mantiene la adolescente, que asegura que sufrió un "infierno" de agresiones, maltrato y drogas durante el tiempo que permaneció a su lado. "Cuando contaba que era peligroso nadie me creía".
"Ahora la gente me está diciendo: 'qué razón tenías'", afirma en una entrevista mantenida con EL ESPAÑOL. Hija de inmigrantes lituanos, lleva viviendo toda su vida en España. Desde que era "una niña" empezó a salir con Rubén Maño Simón. Le cuesta recordar que tenía apenas 11 años cuando empezaron la relación; él tenía 14. "Era agresivo, tenía dos caras. A lo mejor te pegaba y a los cinco minutos se disculpaba llorando. La imagen que daba era que iba a cambiar, pero tiene dos caras. Estaba enganchado a las drogas", recuerda. Cuando se le pregunta qué tipo de drogas consumía afirma que "ha tomado todo tipo de sustancias. No trabaja, sólo vende pequeñas cantidades de marihuana", remacha.
"Se inventó que iba con dos chicos"
Insiste en que este joven y su amiga fallecida no eran amigos, sólo conocidos: "Quedaban, pero porque hay muy poca gente en el pueblo (2.500 habitantes) que salga por las noches. La mayoría está estudiando fuera. Los demás quedamos muchas veces para estar juntos porque solemos salir por las noches". Recuerda que el último día que se vio con vida a Vanessa todos se habían quedado en casa: "Como casi nadie salía, Rubén se inventó que iba con dos chicos más, pero resultó ser mentira. Estaba solo, él la engañó".
La joven se muestra segura de que, aunque Vanessa era "inocente", si hubiese sabido que se iba a quedar sola con él no habría salido de casa porque sabía de antemano cómo había sido su noviazgo con este chico. "Sabía muchas historias, pero no se lo he contado todo. Le he contado muy poquito porque como la gente no me creía, dejé de contarlo".
Lo que dejó de contar es que, al medio año de empezar a salir con él, "ya empezó a sacar su carácter". "A los tres años años decidí dejarle y poner una orden de alejamiento. Seguimos dos años más, pero seguía por obligación", relata. Recuerda con temor que cuando ella volvía de salir de fiesta, él esperaba en la puerta de su casa o en la terraza y que cuando veía que entraba, él entraba detrás de ella. "Yo sigo viviendo con miedo, aunque esté encerrado", reconoce apenas unas horas antes de que el juez decrete el ingreso en prisión del que ya es conocido como el asesino confeso de Chella.
"Conocía muchos sitios extraños"
Esta chica llegó a irse de casa sin decirle nada a nadie ni facilitar su nueva dirección. A pesar de eso, a los tres meses la encontró. Sobre la sima de gran profundidad en la que fue encontrado el cadáver de Vanessa, la exnovia del asesino dice que la conocía de ir cuando era pequeña con su prima. Él nunca le habló de ese lugar, pero recuerda que Rubén Maño conocía "muchos sitios escondidos en la montaña, conocía muchos sitios extraños".
"Todos los días, me maltrataba pisicológicamente y llegaba fácilmente a las manos. En las peleas me decía que la culpa de todo la tenía yo, que estaba loca, pero luego me decía que me quería mucho y que seguiría conmigo después de todo y que me necesitaba", describe esta chica, que habló con Vanessa por última vez el lunes, dos días antes de que desapareciese. Ahora esta joven pide que cambien las leyes porque "la Justicia está haciendo las cosas muy mal". Asegura que va a impulsar una recogida de firmas para conseguirlo y va a tratar de organizar algún acto de repulsa en Chella por el asesinato de su amiga a manos de su exnovio.