Mariano Rajoy ha vuelto a recuperar la calma desde que el Parlamento le devolvió la confianza el sábado, en mitad del puente de Todos los Santos. Han sido más de 300 días en funciones y necesitaba unos días para esbozar y perfilar el organigrama del Gobierno que desvelará el jueves a Felipe VI. En el PP y en el Gobierno solo se habla estos días de quién será ministro y quién saldrá del Ejecutivo, si es que "el jefe" prescinde de alguien. Todos están a la espera de su decisión.
La única realidad objetiva es que no hay ministerios para tanto aspirante a dirigirlos. El rumor que cada vez coge más forma es que el presidente del Gobierno ampliará el número de departamentos. Crearía, por ejemplo, el ministerio de Administraciones Públicas, en una legislatura donde la financiación autonómica va a ser uno de los temas estrella a tratar. De momento, solo el presidente electo sabe si ampliará el número de ministerios desdoblando alguno de los actuales.
Del equipo de Gobierno que acompañó a Mariano Rajoy durante la legislatura 2011-2015, son fijos en las quinielas a permanecer en el Consejo de Ministros la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro de Economía, Luis de Guindos; la de Empleo, Fátima Báñez; la de Agricultura, Isabel García Tejerina; el de Educación, Íñigo Méndez de Vigo y el de Justicia, Rafael Catalá, aunque éste último podría encabezar el departamento de Fomento que dejó Ana Pastor por la presidencia del Congreso de los Diputados.
Los que están en la cuerda floja son el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; el de Exteriores, José Manuel García Margallo y el de Defensa, Pedro Morenés. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, podría ser sustituido por uno de los hermanos Nadal, Álvaro y Alberto, dos gurús del área económica del gabinete del presidente, con talante más dialogante y muy cercanos a Rajoy. Sin embargo, en el PP y en el Gobierno hay muchas dudas sobre si el líder del PP será capaz de “rejuvenecer” su Ejecutivo “jubilando” a “grandes amigos” como son Fernández Díaz o Margallo. “Él es muy leal”, aseguran, “y no se desprenderá de ellos si no les encuentra un sitio donde estén cómodos”, argumentan.
Rajoy tiene una forma muy particular de tomar las decisiones. Siempre espera al último momento y da muchas vueltas al tema. Elegir a su Gobierno es una competencia exclusiva del presidente y así lo va a hacer: “Hablará él consigo mismo antes de tomar la última decisión”. Por eso, todas las fuentes coinciden en que los que estuvieron más cerca de él en los momentos más duros de estos cinco años obtendrán su recompensa.
Moragas, Ayllón, Hernando
Por esta vía aparecen los nombres de su jefe de gabinete, Jorge Moragas, que diseñó una campaña electoral tan exitosa el 26J que recuperó o mantuvo todos los escaños que sabía que estaban en el aire. Por su perfil, lo colocan más en Exteriores. También María Dolores de Cospedal “tendrá su recompensa” y podría estar al frente de Interior o Fomento. El tono que Rafael Hernando utilizó en la tribuna de oradores durante su última intervención en la sesión de investidura sonaba a despedida. Pronto se colocó entre la lista de ministrables, aunque él negó la mayor y aseguró que estaba muy cómodo en su actual puesto. El secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, es otro clásico de todas las quinielas.
Los mentideros del PP también creen que Rajoy impondrá una 'cuota gallega' tras la salida del Ejecutivo de su amiga Pastor, convertida ahora en la tercera autoridad del Estado. Por esta vía ganan puntos el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, José Manuel Barreiro; y el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, mano derecha de Alberto Núñez-Feijóo. Tampoco se descarta la vuelta de Alfonso Alonso, aunque es una opción remota, ya que Rajoy le encomendó recomponer el partido en el País Vasco y sus compañeros ven poco probable que “el presidente haga otro roto allí”.
Los barones: Rudi, Moreno, Monago
De los vicesecretarios que Rajoy aupó hasta la cúpula del partido en junio de 2015, son dos los nombres que suenan a ocupar un ministerio: Pablo Casado y Javier Maroto. Los dos se autodescartan en cuanto se les pregunta qué cartera les gustaría liderar. También hay ministrables entre los líderes regionales conservadores. Los que más suenan a recibir la llamada del líder durante las próximas horas son el andaluz Juan Manuel Moreno, el extremeño José Antonio Monago, el riojano Pedro Sanz y la aragonesa Luisa Fernanda Rudi. Ésta última sobresale entre todos los demás.
Dos alcaldes, uno en activo y otro reconvertido en diputado, aparecen también entre los futuros hombres del presidente. Íñigo de la Serna, primer edil de Santander desde 2007, con un perfil renovador, es uno de los preferidos entre sus compañeros entre todos los alcaldes de España. El nombre del sevillano Juan Ignacio Zoido también suena en la 'cuota andaluza'.
En la bancada femenina destaca el nombre de la portavoz de Educación del Grupo Popular en el Congreso, Sandra Moneo. En el PP recuerdan que “el gran pacto por la Educación será una de las batallas que habrá que liderar durante la presente legislatura” y buscan a alguien con perfil conciliador, donde podría encajar. Si Cospedal finalmente opta por no entrar en el Ejecutivo y prefiere mantenerse en la secretaría general, podría optar a ocupar una cartera uno de sus hombres fuertes mientras fue presidenta de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz. Tampoco se descarta al que fuera su mano derecha en el partido, el extremeño Carlos Floriano, y entra también en las quinielas el secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle.
Nadie descarta que el presidente opte por incorporar una figura independiente a su Gobierno, como gesto de diálogo con los demás partidos constitucionalistas. En este caso podría encajar Daniel Lacalle, el columnista de EL ESPAÑOL que hace unas semanas fue seleccionado por la Cámara de Comercio de Madrid para tratar de atraer a la región que dirige Cristina Cifuentes empresas procedentes de Reino Unido que se planteen abandonar el país británico ante el brexit. Hagan sus apuestas.