Rita Maestre y Ramón Espinar emprendieron su primer debate de campaña con una premisa: no hay necesidad de descalificar los planteamientos del contrario. Así fue durante el primer cuarto de hora. Más coincidencias que divergencias y poca cafeína. Hasta que llegó el PSOE. "Para no querer señalar, casi me metes el dedo en el ojo", dijo la candidata errejonista al portavoz de Unidos Podemos en el Senado.
La defensiva de Maestre llegó justo después de que Espinar acusara a varios miembros de su lista de aceptar medidas de populares y socialistas para lograr objetivos políticos. "Muchas veces, para alcanzar algo, te tienes que quedar con todo el paquete", le recriminó el hombre de confianza de Iglesias en un acto organizado por Público. "Cuando se ataca a una persona que no está delante, se le condena a la indefensión", le contestó la también voz cantante en el Ayuntamiento de Madrid.
"No es lo mismo el PSC que Susana Díaz"
La relación con el socialismo a la hora de formar gobiernos hace añicos cualquier atisbo de acuerdo entre las dos candidaturas. El reglamento les une a la fuerza porque la última decisión siempre corresponde a los inscritos, aunque los argumentarios previos a esa votación son radicalmente contrarios. Juntas Podemos -así se llama el proyecto de Espinar- rechaza de facto entrar en Ejecutivos con el PSOE.
En cambio, Adelante Podemos -corriente errejonista- opta por mantener "una relación laica" con Ferraz y decidir en función de las circunstancias. Sin ir más lejos, Maestre acuerda todas las semanas con el PSOE en el Ayuntamiento, que permite la alcaldía de Carmena. "No es lo mismo el PSC que el PSOE de Susana Díaz. Depende de cuál".
Espinar, que viró a la izquierda sellando un acuerdo con los anticapitalistas con el objeto de derrocar a Maestre, prefiere desechar esta opción: "Cuando negocias con el PSOE, te toca ceder y bajar grados de intensidad a la propuesta que defiendes".
¿Calle o instituciones?
"No creo que te quieras parecer al PSOE”, añadió Espinar a pesar de que esta crítica ha sido enarbolada por varios compañeros de su candidatura. Pero luego terció enviando un recado a su colega, una advertencia ante las consecuencias que podría acarrear el pragmatismo político: “Nos están metiendo en un callejón. El otro día había dos fotos en la investidura de Rajoy. Por un lado, el aplauso de PSOE, PP y Ciudadanos. Por otro, la calle aplaudiendo a Podemos. Dentro estamos muy solos, pero con la reacción de la gente estuve a punto de echarme a llorar”.
La reflexión de Espinar sustenta una idea repetida por Pablo Iglesias desde principios de verano, al cierre de lo que él conocía como un ciclo político electoral y tras el supuesto desgaste de sus votantes por la presencia del partido en las instituciones. De momento, una disyuntiva subyace de la carrera por la secretaría general de Madrid: calle o instituciones.
Frente a las palabras del candidato vinculado al 'pablismo', Maestre explicó: "Es preciso dejar las grandes frases y empezar a construir en lo concreto. El tiempo en el que la radicalidad se medía en cuántas chapas y adjetivos te ponías acabó en el 15M”.
Enredados por Cifuentes
Espinar pasó al ataque acusando a algunos de los miembros del equipo de Maestre de estar a favor de la propuesta educativa de Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid. "Hay personas en tu lista que apoyaban ese pacto". "Lo elegante sería criticar a alguien que pudiera defenderse", contestó Maestre.
En este punto, la portavoz del Ayuntamiento se defendió: "En general, la gente tiene prisa y agradece que se puedan llegar a acuerdos que, aunque no sean los que nosotros planteamos, puedan ser positivos". Al final, y a pesar de la tensión, ambos apuntaron: "Ha sido un debate constructivo". Y también correoso.