María Dolores de Cospedal ha aceptado ser ministra, pero no está dispuesta a renunciar a ser secretaria general del PP. Mucho se especuló sobre el destino final de la expresidenta de Castilla-La Mancha en el nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy. Todas las fuentes del Gobierno y del PP consultadas durante la conformación del Gobierno aseguraban que Cospedal solo aceptaría una cartera ministerial de “primer orden”, es decir, “teniendo los mismos poderes que Soraya Sáenz de Santamaría”. Finalmente ha sido nombrada ministra de Defensa.
El entorno de la vicepresidenta filtró a última hora de este jueves, cuando Rajoy hizo público su Gobierno, que el Cuerpo Nacional de Inteligencia seguía dependiendo de Vicepresidencia. Nada más conocerse el nuevo organigrama del Ejecutivo, todas las miradas se pusieron sobre el CNI. Los días previos se especuló sobre si el presidente devolvería sus competencias a Defensa, como anteriormente estaban, ahora en manos de Cospedal. Finalmente, esa batalla la ganó Santamaría y mantuvo el poder sobre uno de los cuerpos con más poder del Gobierno.
No había pasado una hora desde que tomó posesión de su cargo en el ministerio de Defensa cuando Cospedal quiso dejar bien claro que no estaba dispuesta a dejar su puesto en el partido, donde Sáenz de Santamaría no tiene ningún cargo orgánico, para volcarse de lleno en Defensa. “No os libraréis de mí”. Con estas palabras se dirigió a los periodistas que habitualmente cubren PP para dejar claro que la 'número dos' del partido sigue siendo ella. Además, quiso ir mucho más allá y con un movimiento de cabeza afirmó que su aspiración es seguir en la Secretaría General incluso cuando se celebre el congreso del partido donde supuestamente Rajoy tendría que renovar los mandos.
Cospedal quiso dejar bien claro desde el principio que tener un pie en el Gobierno y otro en el partido es perfectamente compatible. Sin embargo, no quiso entrar en detalles sobre cuándo cerró con Rajoy qué puesto ocuparía en el organigrama del Ejecutivo de la presente legislatura. Fuentes del PP aseguran que ésta sería la condición que le habría impuesto a Rajoy a la hora de aceptar la cartera ministerial: seguir como 'número dos' del partido.
El control del partido
La rotunda afirmación de la secretaria general ha sido interpretada en el seno del PP como “una manera de medir sus fuerzas con Soraya. Ella tendrá el control del Gobierno, pero el partido sigue siendo de Cospedal”. Sin embargo, las mismas fuentes aseguran que “decir hoy que seguirá siendo secretaria general en un congreso que todavía no está convocado es muy aventurado”. Aventurado, sobre todo, porque los militantes y los cargos intermedios piden desde hace tiempo renovación.
Rajoy condicionó la celebración de un congreso a la formación del Gobierno. Una vez que ha conseguido retener la presidencia del Gobierno, todas las fuentes consultadas aseguran que el congreso será “de guante blanco”, ya que “nadie va a cuestionar el liderazgo de Rajoy si ha conseguido ser revalidado en el Parlamento”.
Un congreso "abierto"
El líder del PP ya advirtió en enero, cuando su liderazgo estaba más cuestionado que nunca, que su intención era presentarse a ese congreso para seguir pilotando el partido. En el Comité Ejecutivo que se celebró el 21 de diciembre, un día después de las elecciones donde el PP perdió la mayoría absoluta, José María Aznar apareció por sorpresa para reclamar un congreso donde se hiciera una “profunda reflexión” sobre la evolución del PP. Un congreso “abierto” donde participen los militantes de forma directa es el mismo reclamo que le exigen desde Floridablanca, un think tank de militantes conservadores que pilota Isabel Benjumea y que piden a su partido renovación.