Las pesquisas en torno al caso Diana Quer arrancaron con un abanico infinito de posibilidades. La única certeza era que, en algún momento concreto de la madrugada del 22 de agosto, desapareció en A Pobra do Caramiñal sin dejar rastro. Pero los investigadores han logrado encontrar uno, en buena medida gracias a los datos obtenidos a través de su teléfono móvil, que se ha visto reforzado por los testimonios de un puñado de testigos, cruciales para determinar qué ocurrió con la joven desaparecida.
Los agentes de la UCO de la Guardia Civil y de la Policía Judicial han logrado dos avances cruciales en las últimas semanas: el hallazgo del teléfono móvil de Diana Quer y la identificación de un hombre sospechoso con el que la joven se montó en un vehículo en el muelle de Taragoña. Ambas pistas refuerzan la hipótesis del rapto.
Cumplidos 80 días de la desaparición, los investigadores manejan la hipótesis del rapto como la principal alternativa. Diana Quer abandonó A Pobra do Caramiñal poco antes de las tres de la madrugada y llegó en un coche acompañada de otros tres hombres hasta Taragoña. Allí se citaron con otro hombre, al que algunos testigos califican como de "mala pinta". Los datos aportados conducen a una persona concreta, con antecedentes penales por tráfico de drogas.
El móvil arrojado a la ría
La antena de repetición de Taragoña captó al menos dos señales del teléfono de Diana Quer entre las tres y las cuatro de la madrugada. Los indicios apuntan a que fueron estos individuos los que arrojaron el terminal a la ría de Arousa, donde fue hallado de forma casual por un mariscador.
De acuerdo a las investigaciones, el hombre con el que Diana quedó la noche de su desaparición no formaba parte de su círculo habitual de amistades. Juan Carlos Quer, padre de la joven desaparecida, señaló en una entrevista en televisión que Diana frecuentaba últimamente algunos amigos "al límite de la legalidad", según ha sabido a medida que han ido avanzando las pesquisas. Por eso, los agentes encargaron un listado de personas con antecedentes que habitualmente residían en Taragoña y en sus inmediaciones.
La "esperanza intacta"
Cuando se cumplieron 50 días de la desaparición de Diana Quer, su madre, Diana López-Pinel, sostenía que su hija había sido secuestrada y que algún día aparecería con vida. Un mes después, pasados 80 días y con los últimos avances en la investigación, se mantiene en la misma línea. Según declaró su abogado Pedro Víctor de Bernardo a Europa Press, López-Pinel mantiene la "esperanza intacta" y permanece "expectante" a las novedades que puedan surgir en el caso.
Los investigadores también sostienen el rapto como la principal vía a explorar. Los novedades registradas apuntan a que Diana podría haber sido retenida contra su voluntad en algún momento de aquella noche. Los agentes rastrean diferentes zonas a las que el individuo y la joven pudieron ir a parar, todavía sin éxito.
La investigación del caso se encuentra bajo secreto de sumario, que después de varias prórrogas se extiende hasta el 20 de noviembre.